DIFERENCIAS EN LOS HÁBITOS DE SALUD Y ESTILO DE VIDA
Los expertos no saben cómo alguien se convierte en superanciano, aunque en el estudio español se observaron algunas diferencias en los hábitos de salud y estilo de vida de los dos grupos. En particular, los superancianos tenían una salud física ligeramente mejor, tanto en términos de presión arterial como de metabolismo de la glucosa, y obtuvieron mejores resultados en una prueba de movilidad. Los superancianos no reportaron hacer más ejercicio a su edad actual que los adultos mayores típicos, pero eran más activos a mediana edad. También tenían mejor salud mental. Pero en general, dijo Strange, había muchas similitudes entre los superancianos y los adultos mayores normales. “Hay muchas cosas que no son especialmente llamativas en ellos”, dijo. Y añadió: “Vimos algunas omisiones sorpresivas, cosas que cabría esperar que estuvieran asociadas a los superancianos y que en realidad no estaban ahí”. Por ejemplo, no hubo diferencias entre los grupos en cuanto a sus dietas, la cantidad de sueño que dormían, sus antecedentes profesionales o su consumo de alcohol y tabaco. Los comportamientos de algunos de los superancianos de Chicago también fueron una sorpresa. Algunos hacían ejercicio con regularidad, pero otros nunca lo habían hecho; algunos seguían una dieta mediterránea, otros subsistían a base de comidas congeladas preempacadas; y unos pocos seguían fumando cigarrillos. Sin embargo, según Rogalski, uno de los rasgos comunes del grupo era que tendían a mantener relaciones sociales sólidas.