El Diario de Delicias

La Loba Sandoval, de la casualidad al Salón de la Fama

- Jesús C. Aguirre Maldonado/el Diario

El ya fallecido Martín “La Loba” Sandoval, uno de los grandes de la historia del boxeo de Delicias, brilló como pocos en este rudo deporte de los puñetazos junto a Armando “Mando” Muñiz, radicado en los Estados Unidos y el excampeón nacional medio Raúl Delgado Modesto, a quienes acompañará en el Nicho de los Inmortales de esta ciudad.

Si La Loba viviera tendría hoy en día 81 años, ya que nació el 10 de agosto de 1936, en Valle del Rosario, municipio de Balleza, Chihuahua. Sufría de párkinson y no podía hablar y fue ese mal, el mismo que derribó al gran campeón de los pesados Muhammad Alí “Cassius Clay”.

Sandoval, quien fue uno de esos casos raros del boxeo, ya que entró por casualidad al deporte de los puñetazos, luego de que al acudir con un grupo de amigos a la desapareci­da Plaza de Toros Silverio Pérez, que se ubicaba en lo que hoy es el Cinema Delicias, al fallar un boxeador de la cartelera, se le invitó a subir al cuadriláte­ro, con tan buena fortuna que en su debut noqueó a su rival en el mismísimo primer asalto.

Hoy a diferencia de su debut, con los guantes celestiale­s y desde el cuadriláte­ro del reino de Dios, Sandoval llegó al lugar que la historia y el destino le tenían preparado: el Salón de la Fama de los Deportes de Delicias, a donde será entronizad­o en la tercera edición.

Solo a la llamada “enfermedad del boxeo”, el terrible párkinson, no pudo derrotarla, arrinconar­la contra las cuerdas, mucho menos aplicarle un nocaut.

Hoy a cambio y para beneplácit­o de su familia, ocupará el lugar que se le tenía preparado.

Los años no pasaron en balde y estos le cobraron factura cuando el terrible mal le aplicó el nocaut. Atrás quedaron esos años en que sudaba la “gota gorda” en el gimnasio y ya arriba del ring iba al frente en busca de la ansiada victoria. Pero con el párkinson fue muy diferente y tuvo en él un duro rival que lo llevó a la tumba.

Tras darse a conocer la lista de los que serán entronizad­os vuelven a volar sus puños por los aires, buscando la humanidad de su rival y de nuevo y desde el cielo aplica el llamado cloroformo, resurge una vez más su estilo recio, fiero en el encordado.

Ahora Martín “La Loba” Sandoval será el orgullo de sus hijos y nietos, quienes evocarán sus días de gloria a través de las crónicas deportivas, al leerse su basta trayectori­a deportiva en la ya próxima ceremonia de entronizac­ión.

También atrás quedaron sus árduas jornadas sentado frente a la máquina de coser, pues hay que recordar que su oficio de toda la vida fue el de sastre.

Las imágenes con sus manos vendadas y cuando se le calzaban los guantes para demostrar su poderío en el cuadriláte­ro ante lo más granado del boxeo de la época, volverán a ponerse de moda como en antaño, ya que las piernas no le temblaban y su mirada tampoco, cuando se fijaba en su rival.

Martín “La Loba” Sandoval en sus años mozos noqueó en el primer round en su debut en la plaza de toros “Silverio Pérez”, y fue tal la calidad y fuerza de sus puños, que mostró en ese su primer combate, que ahí mismo fue invitado para que acudiera a entrenar y posteriorm­ente ingresar al boxeo de paga.

Estuvo casado con Celia Talamantes Estrada, con quien procreó siete hijos (Margarita, Sonia, Irma, Martín, Jesús Arturo, Enrique, y Celia) todos vivos, a don Martín le vino el apodo de “La Loba” porque era bueno para la pisca del algodón, era “una loba”, decían los trabajador­es del campo de la época y los amigos de la palomilla.

Como anécdota llegó a contarnos en vida Salndoval, que después de venir de piscar algodón se fueron a la función de box a la plaza de toros “Silverio Pérez”, que estaba donde se encuentra hoy el Cinema Delicias.

Como falló un peleador ahí fue donde sus compañeros lo subieron a pelear, ganando en el primer asalto y le hicieron la invitación de entrenar, iniciándos­e en el boxeo amateur entre los años de 1958 y 1960.

En su carrera fue subcampeón estatal amateur en 1959 y preselecci­onado nacional. Peleó en el año de 1960 contra el campeón estatal amateur, Rubén Muñoz, en Ciudad Juárez.

Ya como profesiona­l, donde marcó su debut ante el parralense Tito Luján, “La Loba” Sandoval, de oficio sastre, tuvo alrededor de 40 peleas en un lapso de seis años, peleando en varias partes del estado como Ojinaga, Camargo, Ciudad Juárez, Saucillo, Chihuahua, Hidalgo del Parral y varias peleas en Torreón, Coahuila.

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