Tiempos trae tiempos
Y en estos tiempos cada quien hace su parte, extralimitándose para cumplir los objetivos y paliar los efectos que el co vid -19 ha generado ya, con mira saque la realidad más compleja viene después de que nos reintegremos a nuestras vidas con la “normalidad” a la que estábamos acostumbrados. Sociedad civil, sector privado y público estamos trabajando desde nuestra trinchera, unos más que otros y se nota. ante las omisiones de los gobiernos, los otros sectores, el civil y el privado, sacan la casta para enfrentar la situación actual y la que se avecina; los Gobiernos Estatales y Municipales, se organizan para compensar la ausencia de la Federación, como es el caso de Chihuahua en el que se fortalecen los esquemas de salud, de empleo y economía. Se hace equipo, pero falta más unidad y decisión por parte de los tres sectores y claro que se notan las omisiones del Gobierno Federal donde la cerrazón defensiva se ha plantado desde finales del 2018. Sin embargo, el papel de quienes tienen los capitales es indispensable no sólo en el discurso, si no más en la acción. En sus manos está la presión para que los gobiernos sean protagonistas estratégicos, pues tienen la puerta y las líneas abiertas para influir de manera drástica en las decisiones gubernamental es, como siempre lo han hecho. Los empresarios en grande pueden tener el sartén por el mango para acelerar más las acciones necesarias que la población espera, más de la federación. Pero la más grande obligación moral por parte del gremio productivo, se da al momento de ejercer la responsabilidad social empresarial en estos momentos, sobre todo al interior de sus empresas, con su personal, con quienes contribuyen a generar las utilidades y cumplir los objetivos. Hoy más que nunca la responsabilidad social empresarialse patentiza, independiente mente de que sea deducible o no al momento de apoyar en esta contingencia a sus colaboradores o empleados, al cuidar sus posiciones de trabajo y asegurar su ingreso y bienestar, mitigando esas estadísticas de desempleo que ya vivimos, pues tan sólo en dos meses, se han perdido el total de empleos generados en 2019 y la proyección asusta al reportar la en casi dos millones de desempleados, como secuela del Covid-19.
Los empresarios son líderes y los que influyen mayormente en la toma de decisiones de los gobiernos. La responsabilidad social o la filantropía que buscan a través de algún reconocimiento o presea se deben traducir en la empatía, solidaridad y subsidiariedad que se tenga con sus colaboradores, pues estos a su vez impactarán en el entorno rompiendo con las situaciones estáticas que se vayan presentan do a nivel micro. Aquí se verá el verdadero ejercicio de ser responsables socialmente como empresas, la verdadera retribución a la comunidad, como hemos visto ya varios casos que mantienen su plantilla y no disminuyeron los ingresos de su personal. Claro está que el apoyo del Gobierno Federal, la sensibilidad que demuestre, será necesario, pero sabemos de la capacidad efectiva de los empresarios de in fluir en el mayor orden de gobierno, como ha pasado en ocasiones anteriores, en que no se quedan pasivos, sino asumen un papel activo, más que de portavoces, que los convierte en verdaderos actores de cambio y hoy, más que nunca, los necesitamos. Tiempos traen tiempos y los de ahora son de unidad.