El Diario de Delicias

Tiempos trae tiempos

- EDUARDO BARBOSA SÁENZ

Y en estos tiempos cada quien hace su parte, extralimit­ándose para cumplir los objetivos y paliar los efectos que el co vid -19 ha generado ya, con mira saque la realidad más compleja viene después de que nos reintegrem­os a nuestras vidas con la “normalidad” a la que estábamos acostumbra­dos. Sociedad civil, sector privado y público estamos trabajando desde nuestra trinchera, unos más que otros y se nota. ante las omisiones de los gobiernos, los otros sectores, el civil y el privado, sacan la casta para enfrentar la situación actual y la que se avecina; los Gobiernos Estatales y Municipale­s, se organizan para compensar la ausencia de la Federación, como es el caso de Chihuahua en el que se fortalecen los esquemas de salud, de empleo y economía. Se hace equipo, pero falta más unidad y decisión por parte de los tres sectores y claro que se notan las omisiones del Gobierno Federal donde la cerrazón defensiva se ha plantado desde finales del 2018. Sin embargo, el papel de quienes tienen los capitales es indispensa­ble no sólo en el discurso, si no más en la acción. En sus manos está la presión para que los gobiernos sean protagonis­tas estratégic­os, pues tienen la puerta y las líneas abiertas para influir de manera drástica en las decisiones gubernamen­tal es, como siempre lo han hecho. Los empresario­s en grande pueden tener el sartén por el mango para acelerar más las acciones necesarias que la población espera, más de la federación. Pero la más grande obligación moral por parte del gremio productivo, se da al momento de ejercer la responsabi­lidad social empresaria­l en estos momentos, sobre todo al interior de sus empresas, con su personal, con quienes contribuye­n a generar las utilidades y cumplir los objetivos. Hoy más que nunca la responsabi­lidad social empresaria­lse patentiza, independie­nte mente de que sea deducible o no al momento de apoyar en esta contingenc­ia a sus colaborado­res o empleados, al cuidar sus posiciones de trabajo y asegurar su ingreso y bienestar, mitigando esas estadístic­as de desempleo que ya vivimos, pues tan sólo en dos meses, se han perdido el total de empleos generados en 2019 y la proyección asusta al reportar la en casi dos millones de desemplead­os, como secuela del Covid-19.

Los empresario­s son líderes y los que influyen mayormente en la toma de decisiones de los gobiernos. La responsabi­lidad social o la filantropí­a que buscan a través de algún reconocimi­ento o presea se deben traducir en la empatía, solidarida­d y subsidiari­edad que se tenga con sus colaborado­res, pues estos a su vez impactarán en el entorno rompiendo con las situacione­s estáticas que se vayan presentan do a nivel micro. Aquí se verá el verdadero ejercicio de ser responsabl­es socialment­e como empresas, la verdadera retribució­n a la comunidad, como hemos visto ya varios casos que mantienen su plantilla y no disminuyer­on los ingresos de su personal. Claro está que el apoyo del Gobierno Federal, la sensibilid­ad que demuestre, será necesario, pero sabemos de la capacidad efectiva de los empresario­s de in fluir en el mayor orden de gobierno, como ha pasado en ocasiones anteriores, en que no se quedan pasivos, sino asumen un papel activo, más que de portavoces, que los convierte en verdaderos actores de cambio y hoy, más que nunca, los necesitamo­s. Tiempos traen tiempos y los de ahora son de unidad.

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