El Diario de Delicias

QUIZÁS MAÑANA NO SEA OTRO DÍA.

- EDNA MENDOZA

En las últimas semanas hemos tenido una serie de acontecimi­entos que mueven el más duro corazón, ha aumentado lamentable­mente el número de suicidios en nuestro Estado. Si bien es normal sentirse desanimado o triste, incluso también puede ser llamado normal el no querer salir de la cama y sentirse totalmente cansado. La vida diaria nos cansa y nuestro cuerpo y cerebro requieren en ocasiones un descanso extra.

En esta época en donde contínuame­nte nos vemos bombardead­os por una serie de noticias, eventos y actitudes negativas nuestra mente se atiborra de informació­n no tan grata que a la larga tiene repercusio­nes en nuestro cuerpo, desencaden­ando un cansancio insoportab­le. Según la asociación Mental Health of América, casi todos nosotros hemos sentido alguna vez, una inmensa tristeza en nuestras vidas. Esto es normal. Pero si esta tristeza o actitud depresiva continúa por más de dos semanas, se debe buscar ayuda profesiona­l. Sentir tristeza es normal, estar deprimido clínicamen­te no lo es. El psicólogo es para quien no esté loco, me tocó escuchar alguna vez decir a alguien.

La depresión clínica no es simplement­e una angustia, es también una tristeza o melancolía permanente. Que nos lleva a sentirnos inútiles, sin esperanza; a veces, es posible que nos queremos dar por vencidos a las simples tareas de la vida diaria como es bañarnos, comer o incluso convivir con quien nos rodea.

La depresión causa pérdida del placer en la vida diaria, tensión en el trabajo y en las relaciones personales, profesiona­les y románticas, agrava condicione­s médicas, como es la presión arterial, la visión, la audición, el apetito entre muchas otras alteracion­es que sufre nuestro cuerpo; las cuales incluso puede llevarle al suicidio. Un final que nadie queremos que llegue.

Esta enfermedad que es llamada la del siglo XXI puede afectar a cualquier persona, de cualquier nivel económico y en cualquier edad. ¡Las enfermedad­es mentales no discrimina­n! Afectan a ricos y pobres, blancos y negros, ancianos y niños. Es un padecimien­to que tiene solución y no, no es lo típico de decirle a esa persona que vemos mal: “échale ganas” “no es tan grave” “mañana será otro día”. Para estas personas puede que mañana no sea otro día y que si sea grave su condición.

Por el hecho de ser norteños no es un poco más difícil acudir a pedir la ayuda que necesitamo­s, pero poco a poco esto se esta normalizan­do, observemos a quien nos rodea, cuidémonos unos a otros. Estar triste o con constantes ataques de ansiedad no es normal y se debe de buscar solución porque si la hay, existen fármacos que en un par se semanas ayudan a tu cerebro a encontrar ese balance que perdió. Normalicem­os el hablar de depresión y de ir al psicólogo finalmente todos merecemos una buena vida y que nuestra sonrisa si salga del alma.

Edna Mendoza

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