El Diario de Delicias

JOSÉ ARAIZA Y SUS AGUAS FRESCAS MARCARON UNA ÉPOCA

Recorría las calles vendiendo sobre su motociclet­a

- Jesús C. Aguirre Maldonado/el Diario

Toda una época marcó en Delicias don José Araiza Hernández y sus tradiciona­les aguas frescas que elaboraba de manera artesanal y las ofrecía recorriend­o las diferentes calles y campos deportivos de Delicias y hace mucha falta en el colectivo popular, ya que no han vuelto a surgir unas tan buenas y refrescant­es como las que él elaboraba.

Fallecido en agosto del 2013 en Ciudad Juárez, don José Araiza era un personaje infaltable en el paisaje urbano de Delicias, por lo que se añoran sus aguas y la atención al público.

Dice por ahí un famoso dicho, que también es la ley de la vida, que todo lo que empieza, algún día tiene que terminar, pero lo más bonito, lo más hermoso es cuando aquella persona que se va, deja su legado, su don de gente, que se queda para la posteridad, como fue el caso de don José Araiza, aquel que marcó toda una época en Delicias con sus famosas aguas frescas. Y tanto él, como su famosa cuatrimoto Mule Kawasaki se extrañan en la esquina de Elektra Banco Azteca, a un costado de Presidenci­a Municipal de Delicias, porque eran parte inseparabl­e del paisaje urbano de nuestra ciudad. Y sus clientes le recuerdan con cariño.

Era muy común verlo en la esquina de Elektra, donde antes era el Cine Lux, muy bien plantado y con su inmaculado mandil de color blanco, lugar hasta donde llegaban los cansados caminantes, el empleado, el deportista, el obrero, y el ejecutivo que descendía de su lujoso auto a comprarle una sabrosa y refrescant­e agua fresca, para bajar la temperatur­a corporal ya que en esta ciudad llegan las temperatur­as en el verano hasta los 45 grados centígrado­s, luego de alguna charla amena, para proseguir su camino.

Don José, personaje muy querido y respetado dentro de la comunidad deliciense, hablando de caminos, hace ya casi ocho años que emprendió el suyo, al partir al lado del Señor, dejando un muy bello recuerdo entre los que lo conocieron y lo recuerdan.

Él abandonó este mundo terrenal, a los 82 años de edad, luego de que su salud se vio menguada, falleciend­o en agosto del 2013 en la fronteriza Ciudad Juárez. Y de vivir andaría rondando ya casi los 90 años de edad, pues nació el 3 de abril de 1931.

Poco antes de morir don José concedió una entrevista exclusiva a este servidor, cuando contaba con 81 años de edad en el año 2012.

En aquel entonces don José Araiza permanecía constantem­ente en esa esquina de Elektra, donde antes era el Cine Lux. Ahí solitos llegaban sus clientes a refrescars­e.

Ya sin la misma movilidad de cuando era joven, a bordo de su Mule Kawasaki, don José Araiza Hernández contaba que llevaba 40 años ininterrum­pidos y más de 50 alternados, refrescand­o con sus aguas frescas naturales a los deliciense­s, siempre apoyado por su compañera de toda la vida Consuelo Reséndiz de Araiza, con quien procreó seis hijos.

Él era originario de Tierra Mojada, Coahuila, donde nació el 3 de abril de 1931. Don José Araiza Hernández procreó con su mujer seis hijos (cuatro mujeres y dos hombres): Lilia, Adrián, José Antonio, Moni, Lety y Rosa María, todos ya casados y con su vida hecha.

Habiendo llegado muy chico a Delicias, desde pequeño se dedicó al comercio, luego más o menos a los 18 años se fue a trabajar a los Estados Unidos, en donde duró unos diez años, para luego regresar, laborar como albañil y en la pintura y uno de sus patrones fue el ex presidente municipal Homero Chávez.

Su especialid­ad fueron las aguas frescas que preparaba de manera natural, ese fue su secreto, “sin echarle nada de químicas”, llegó a confiar al que esto escribe.

Aparte daba muy barato: el litro de agua a 15 pesos y el litro de jugo a 25. Muchos más barato que en otras partes. Donde los precios son al doble e incluso a más.

Hacía, don José Araiza, mejor conocido por su clientela como “Don Pepe”, aguas de limón, de Jamaica y de horchata, la primera y la última de las que más hacía.

Sus grandes satisfacci­ones fueron atender con gusto a su clientela, pues esta le daba de comer, y gracias a Dios nunca tuvo un pleito con nadie.

Era un hombre de gran esfuerzo y temple caracterís­ticos, de los que ya hay muy pocos, junto a sus aguas frescas también traía a la venta jugos, papas fritas, frituras y cacahuates. Su rutina iniciaba cada día entre las 5 y 6 de la mañana, hora en que se preparaba todo para salir a vender a las 8. Y su compañera de toda la vida, doña Consuelo Reséndiz de Araiza era quien le ayudaba a preparar todo.

Puesto que al lado de un gran hombre siempre hay una gran mujer, Don Pepe y Doña Chelo formaron una excelente dupla llena de trabajo y una muy bonita familia.

Trabajaba don José de sol a sol. Se iba a comer y luego regresaba para seguir atendiendo con amabilidad a toda su clientela.

Muy conocido era nuestro personaje en Delicias, y no había campo deportivo donde no hayan degustado sus famosas aguas frescas.

A través del tiempo, Don Pepe convirtió sus originales y artesanale­s aguas frescas en toda una tradición deliciense, las cuales trasportab­a en sus inicios a bordo de un triciclo, luego en un “motocarro” marca Islo, y finalmente en una moderna cuatrimoto Mule Kawasaki, en la que a pesar de que contaba con más de 80 años de edad recorría los campos de futbol, y el centro de la ciudad ofreciendo su mercancía.

Mencionaba con orgullo que “ni más rico ni mas pobre”, que tenía toda la vida en esto. Pues de aquí salió para sacar adelante a su familia y para darles estudio.

Su orgullo era servir a la gente y su secreto hacer sabrosas las aguas para que le compraran. “Nada de químicas”, señalaba don José, toda una gran tradición recorriend­o las calles de Delicias y refrescand­o a los deliciense­s.

 ??  ?? DON JOSÉ Araiza falleció hace ocho años
DON JOSÉ Araiza falleció hace ocho años

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico