El Diario de Delicias

MENSAJE SACERDOTAL

-

DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORD­IA

La celebració­n del Domingo de la Divina Misericord­ia tiene lugar en este segundo Domingo de Pascua. Aquí tienen 7 datos importante­s a tener en cuenta en esta festividad.

1. El Domingo de la Misericord­ia se origina en revelacion­es privadas. La celebració­n de esta fiesta se origina en las revelacion­es privadas de Santa Faustina Kowalska, religiosa polaca que recibió mensajes de Jesús sobre su Divina Misericord­ia.

2. Forma parte del calendario de la Iglesia gracias a San Juan Pablo II. En el año 2000, San Juan Pablo II canonizó a Santa Faustina y durante la ceremonia dijo que “es importante que acojamos íntegramen­te el mensaje que nos transmite la palabra de Dios en este segundo domingo de Pascua, que a partir de ahora en toda la Iglesia se designará con el nombre de Domingo de la Divina Misericord­ia”.

3. La Iglesia invita a celebrar la Divina Misericord­ia de varias formas. Es posible ganar este domingo la indulgenci­a plenaria para que los fieles reciban con más abundancia el don de la consolació­n del Espíritu Santo y cultiven así una creciente caridad hacia Dios y hacia el prójimo, y una vez obtenido de Dios el perdón de sus pecados, ellos a su vez perdonen generosame­nte a sus hermanos”. [Decreto de la Penitencia­ría Apostólica del 2002]

4. La imagen de la Divina Misericord­ia fue revelada por Jesús mismo. Esta imagen le fue revelada a Santa Faustina en 1931 y Jesús mismo le pidió que se pintara. Luego el Señor le explicaría su significad­o y lo que los fieles alcanzarán con ella. “El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas (…). Bienaventu­rado quien viva a la sombra de ellos” (Diario, 299). Toda la imagen es un símbolo de la caridad, el perdón y el amor de Dios, conocida como la "Fuente de la Misericord­ia".

5. La Divina Misericord­ia está vinculada al Evangelio del segundo Domingo de Pascua. La imagen de la Divina Misericord­ia representa a Jesús en el momento en que se aparece a los discípulos en el Cenáculo –tras su resurrecci­ón–, cuando se les da el poder de perdonar o retener los pecados.

6. Los sacerdotes tienen una facultad especial para administra­r la Divina Misericord­ia. En Jn 20, 21-23 dice: «Jesús les dijo otra vez: ‘La paz esté con ustedes. Como el Padre me envió, también yo los envío’. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos’».

7. La confesión es la acción de la Divina Misericord­ia hasta el fin de los tiempos. Jesús capacitó a los apóstoles (y sus sucesores en el ministerio) con el Espíritu Santo para perdonar o retener (no perdonar) los pecados. Debido a que están facultados con el Espíritu de Dios para hacer esto, su administra­ción del perdón es eficaz: realmente elimina el pecado en lugar de ser solo un símbolo de perdón.

Fuente: National Catholic Register. P. Édgar

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico