CONSTRUYEN BUGGIES DESDE HACE TREINTA AÑOS
Iván Álvarez y “el Cuate” Baeza ya tienen haciendo buggies con chasis de Volkswagen alrededor de 30 años, vehículos que colocan entre 90 y 95 mil pesos en diversos puntos del estado como La Sierra y playas, tal es el caso de Mazatlán y para realizar estos vehículos desde cero y con tubulares hasta terminarlos duran alrededor de dos meses.
Álvarez dijo que son tres décadas las que el taller tiene fabricando los buggies para distribuirlos en toda la República Mexicana.
Destacó que cuando es un Buggie desde cero es un tubular y ocupan del VW la suspendón trasera y el motor y todo lo demás se fabrica. El motor lleva las piezas cromadas y está totalmente reparado, con llantas nuevas.
Las satisfacciones dijeron que son propias, por el placer de fabricar y modificar ciertos vehículos y “es una pasión que uno lleva desde niño”, dijo Iván Álvarez.
La idea de hacer los buggies surgió de las necesidades de la gente que quiere algo más fuera de lo común, meterlos más en terracería y disfrutar del paseo.
Un buggy, bugui o arenero es un automóvil diseñado para andar en la arena. Suele tener un chasis ligero, una carrocería sin techo rígido y ruedas grandes. Los primeros buggies fueron construidos sobre la base del Volkswagen Escarabajo. El modelo es apodado bug, que significa bicho en inglés; buggy es el diminutivo de bug. Hoy existen buguis tanto basados en modelos de producción como totalmente artesanales.
Los buguis están pensados principalmente para personas que disfrutan con la conducción o diseño de este tipo de vehículos. Gracias a sus grandes ruedas suelen ser utilizados en las zonas costeras y los desiertos, donde se puede circular libremente y saltar entre las numerosas dunas. También pueden ser empleados para trabajar en el campo, cuando se les proporciona una suspensión reforzada. Su uso se ha extendido entre unidades especiales de distintos cuerpos militares.