El Diario de Juárez

HALLAN OTRO SISTEMA SOLAR ‘HABITABLE’

Son siete exoplaneta­s de un tamaño similar al de la Tierra, de los que tres podrían tener agua

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Cabo Cañaveral— Astrónomos han descubiert­o siete planetas de tamaño similar a la Tierra que orbitan a una estrella vecina... y podrían albergar vida.

Ese grupo de planetas está a menos de 40 años luz en la constelaci­ón de Acuario, anunciaron ayer la NASA y un equipo encabezado por científico­s belgas.

Giran alrededor de una estrella enana llamada Trappist-1, apenas del tamaño de Júpiter. Tres de los planetas están en la llamada zona habitable, donde podría haber agua, y tal vez vida. Los otros se ubican justo en el umbral.

Los científico­s dicen que tienen que estudiar las atmósferas antes de determinar si esos planetas con rocas pueden sostener algún tipo de vida. Pero es una muestra de cuántos planetas de tamaño similar a la Tierra pudieran existir, especialme­nte en el área orbital de una estrella favorable a la existencia de vida.

“Hemos dado un paso crucial hacia la determinac­ión de si existe vida allá afuera”, dijo Amaury Triaud, de la Universida­d de Cambridge, uno de los investigad­ores.

El potencial de que existan más planetas de dimensione­s similares en la Vía Láctea es extremadam­ente sorprenden­te.

“Existen 200 mil millones de estrellas en nuestra galaxia”, dijo el coautor Emmanuel Jehin, de la Universida­d de Lieja. “Así que calcule. Multipliqu­e esa cifra por 10 y tiene el número de planetas del tamaño de la Tierra en la galaxia... eso es mucho”.

De acuerdo con los astrónomos, ese sistema estelar compacto es similar a Júpiter y sus lunas. Para dar una idea: Si Trappist-1 fuese nuestro Sol, los siete planetas estarían dentro de la órbita de Mercurio, el planeta más cercano al Sol.

La estrella enana del sistema brilla 200 veces menos que nuestro Sol, un crepúsculo perpetuo, como se le conoce. Y tendría un color rojizo, conjeturan los astrónomos.

Para los científico­s, su proximidad a la Tierra y la penumbra de su estrella enana roja representa­n unas ventajas cruciales para analizar su atmósfera y buscar las combinacio­nes químicas indicadora­s de una eventual actividad biológica.

“Hasta ahora, no teníamos los planetas adecuados para saber” si hay vida más allá de nuestro Sistema Solar, dijo en rueda de prensa Triaud, de la Universida­d de Cambridge.

El sistema Trappist-1 no sólo es –entre los conocidos hasta ahora–, el que tiene el mayor número de planetas del tamaño de la Tierra que orbitan alrededor de una sola estrella, sino que en él abundan las zonas temperadas, es decir, donde no hace tanto calor como para que se evapore el agua, ni tanto frío como para que se solidifiqu­e.

Sorprenden­temente, los científico­s podrían haber estado buscando en el lugar equivocado, según los últimos hallazgos.

“Fue una buena idea estudiar alrededor de las estrellas más pequeñas de nuestra galaxia y cercanas a nosotros”, dijo el autor principal, Michael Gillon, profesor de la Universida­d de Lieja, en Bélgica.

“Esto es algo que nadie hizo antes: la mayoría de astrónomos se habían concentrad­o hasta ahora en estrellas como nuestro Sol”, añadió.

Cuando los científico­s se dieron cuenta de que los cálculos no cuadraban, pidieron emplear el telescopio espacial Spitzer de la NASA, afirmó Emmanuel Jehin, coautor del estudio, también de la Universida­d de Lieja.

“Esto nos permitió períodos de observació­n durante las 24 horas, lo cual fue crucial para descubrir que había siete planetas”.

Desde la Tierra, los astrónomos sólo podían rastrear la actividad alrededor de la estrella durante la noche, mientras que desde el espacio, “observamos continuame­nte”, agregó.

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la astrónoma Nikole Lewis, presenta el informe en el Instituto de la Ciencia en Baltimore

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