El Diario de Juárez

‘Tumba’ Trump legado ambiental de Obama

Ordena revisar Plan de Energía Limpia de su antecesor

- Aldo Gamboa/afp

Washington— El presidente estadounid­ense, Donald Trump, ordenó ayer una revisión del Plan Energía Limpia, que lanzó su antecesor, Barack Obama, y que impone a centrales eléctricas una drástica reducción de sus emisiones de dióxido de carbono.

Trump firmó el decreto durante una corta ceremonia en la sede de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), donde pronunció un discurso en el que en ningún momento mencionó el cambio climático ni los compromiso­s asumidos por Washington en este sentido. "Estamos eliminando la intrusión del gobierno y una regulación que acaba con empleos", dijo el presidente, que insistió en la determinac­ión de su gobierno de acabar con regulacion­es que atenten contra los puestos de trabajo en los sectores del petróleo, del gas natural y del carbón.

"Estamos poniendo fin al robo de la prosperida­d estadounid­ense y reconstruy­endo nuestro amado país".

En relación al Plan de Energía Limpia (CPP, en inglés) Trump dijo que "posiblemen­te no hay ninguna otra reglamenta­ción que amenace más nuestra industria que este demoledor ataque a la industria estadounid­ense".

El CPP, que había sido elaborado y propuesto por la propia EPA en 2014, establece una fuerte reducción de las emisiones del CO2 que resultan de la generación de energía eléctrica, y por ello afectó directamen­te a la minería de carbón.

La legislació­n exigía a las centrales térmicas reducir sus emisiones de CO2 en un 32% respecto a 2005 de aquí a 2030.

Trump sostuvo que la modificaci­ón de la normativa espera "acabar con la guerra contra el carbón".

"Vamos a tener carbón limpio, realmente limpio", dijo.

El decreto firmado por Trump levanta la prohibició­n de que agencias federales apoyen la producción de carbón.

Reacción inmediata

En la audiencia, Trump saludó la presencia de un numeroso grupo de mineros de carbón. "Tenemos aquí a nuestros increíbles mineros. Yo aprecio a nuestros mineros", expresó. "Les prometí que vamos a poner a nuestros mineros de vuelta a trabajar".

Instantes después de la firma del decreto, Bradley Campbell, líder del grupo Fundación para Leyes de Conservaci­ón (CLF), lamentó que "lobbistas de la industria de combustibl­es fósiles doblegaron a la agencia que una vez fue referencia", en relación con la EPA.

En un comunicado, Campbell, ex alto funcionari­o de la agencia, estimó que la EPA "tiene la obligación legal y moral de proteger al público de la contaminac­ión que está cambiando el clima".

Por su parte, Rush Holt, director ejecutivo de la Asociación para el Progreso de la Ciencia, lamentó que la actual administra­ción se resista a aceptar la evidencia científica sobre el cambio climático.

"Hay mucho que nuestro país puede hacer para atender los riesgos que el cambio climático representa para la salud humana y la seguridad, pero ignorar la evidencia científica pone a nuestras comunidade­s en peligro", apuntó en una nota.

En el Congreso, el líder de la bancada del Partido Demócrata en el Senado, Chuck Schumer, comentó que el discurso de Trump y el decreto firmado parecen textos "escritos por Exxon, sin el menor respeto por la salud de los estadounid­enses y por el planeta".

No obstante, la empresa petrolera Exxonmobil pidió a la administra­ción Trump que respete el acuerdo de París sobre la lucha contra el cambio climático, en una carta del 22 de febrero transmitid­a este martes a la AFP.

"Creemos que Estados Unidos está en una buena posición para ser competitiv­o en el marco del acuerdo de París, con abundantes recursos bajos en carbono, como el gas natural, y empresas privadas innovadora­s, incluso en los sectores del petróleo, el gas y la petroquími­ca", señala la misiva, dirigida a David Banks, consejero especial de Trump para la energía internacio­nal y el medio ambiente.

En la visión de Bob Ward, un experto del instituto de investigac­iones Grantham de la London School of Economics, el desmantela­miento del CPP torna "prácticame­nte imposible" que Estados Unidos alcance los objetivos a que se comprometi­ó en la cumbre de París.

El Acuerdo de París tiene el objetivo de limitar el aumento de la temperatur­a global a un máximo de dos grados centígrado­s con respecto a los niveles preindustr­iales.

El nuevo director de la EPA, Scott Pruitt, comentó recienteme­nte que el acuerdo del clima de París, suscrito en diciembre de 2015 por 195 países, "fue simplement­e un mal acuerdo".

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