PIFIA EN CASO CAMPO ALGODONERO
Eduardo Chávez Marín, preso desde 2011 y acusado de la muerte de Esmeralda Herrera, será dejado en libertad por falta de pruebas
Por falta de pruebas, tumba juez sentencia a acusado del homicidio de Esmeralda Herrera Tras más de seis años en la cárcel y dos fallos impugnados, Eduardo Chávez quedará libre
Irma Monreal, madre de Esmeralda Herrera Monreal, quien contaba con 15 años de edad cuando desapareció el 29 de octubre del 2001 y fue localizada muerta el 6 de noviembre de ese mismo año en el campo algodonero, ayer fue notificada de la resolución que deja en libertad a Eduardo Chávez Marín, acusado por la Fiscalía General del Estado del crimen de la adolescente.
En 2016 el acusado fue sentenciado a 40 años de prisión. El fallo condenatorio y la pena fueron emitidas en contra de Eduardo Chávez Marín el 30 de septiembre de ese año por parte del juez Primero de Ejecución de Penas y Sistema Tradicional, Rubén Efrén Ramírez Santillán, al resolver la causa penal 4-21/11.
El acusado posteriormente apeló la sentencia que fue ratificada en una segunda instancia.
Chávez Marín se inconformó y llevó su caso ante la Tercera Sala Penal Regional y la jueza Dora Imelda Rodríguez Díaz resolvió que no es culpable del delito que le imputan y ordenó su libertad el pasado lunes 12 de marzo.
Ayer la familia de la víctima fue notificada del fallo judicial y este miércoles Eduardo Chávez Marín abandonará el Cereso Estatal número 3.
Años atrás y luego del arresto de Chávez Marín, el entonces fiscal Jorge González Nicolás afirmaba que con esa captura daban cumplimiento, sólo en parte, a la sentencia emitida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por el llamado caso González o Campo Algodonero.
“Esa es la gran mentira”, dice Ivonne Mendoza Salazar, coordinadora de casos de feminicidio del Centro para el Desarrollo Integral de la Mujer
(Cedimac), quien representa a Irma Monreal y explica que por segunda vez el Estado falla en la búsqueda de la justicia y la verdad para Brenda Esmeralda Herrera Monreal.
El caso
Brenda Esmeralda Herrera Monreal apenas tenía 15 años cuando desapareció el 29 de octubre del 2001. Pese a su minoría de edad ella, salió de su casa, ubicada en la colonia Granjas de Chapultepec, para ir a la casa donde trabajaba en la limpieza doméstica cerca del centro comercial Coloso Valle.
El cuerpo de Brenda Esmeralda fue encontrado el martes 6 de noviembre de ese mismo año en el predio algodonero y días después su familia reconoció la ropa que portaba.
En ese terreno, ubicado en las avenidas Ejército Nacional y Paseo de la Victoria, se descubrieron los restos de ocho personas del sexo femenino, de los cuales tres se entregaron y sepultaron en panteones de esta ciudad, entre ellos el de Brenda Esmeralda.
Por estos asesinatos estuvieron presos Víctor Javier García Uribe, alias “El Cerillo”, y Gustavo González Meza, “La Foca”, quien murió en la cárcel.
“El Cerillo” fue sentenciado en el 2004 a 50 años de prisión, pero un magistrado le revocó la condena y ordenó su inmediata libertad, siendo ésta efectiva el 14 de julio de 2005.
Ambos fueron acusados de los homicidios de Guadalupe Luna de la Rosa, Verónica Martínez Hernández, Bárbara Araceli Martínez Ramos, Mayra Juliana Reyes Solís, Laura Berenice Ramos Monárrez, Claudia Ivette González Banda, Brenda Esmeralda Herrera Monreal y María de los Ángeles Acosta.
Antes de morir “La Foca” y “El Cerillo” señalaron como responsable de la detención y maltrato a Alejandro Castro Valles, quien era primer comandante de la Policía Judicial de Chihuahua, pero que no fue investigado.
A Castro Valles se le ligó extraoficialmente a las desapariciones forzadas realizadas por agentes judiciales al servicio del Cártel de Sinaloa. Las víctimas fueron inhumadas, según ha trascendido en el ejido Jesús Carranza y Juárez y Reforma, donde actualmente se siguen realizando exhumaciones.
El nombre de eduardo chá vez marín surge cuando los investigadores hurgan en el entorno familiar de Brenda Esmeralda y la madre refiere que Chávez Marín labora en un taller cercano a la casa donde trabajaba Brenda Esmeralda. Eduardo empezó a cortejar a la adolescente, según le confió ella a su madre y eso fue lo que Irma le dijo a los agentes.
Eso bastó para que lo acusaran de un crimen sin la más mínima evidencia, explica Ivonne Mendoza que reprueba la creación de chivos expiatorios por parte de los agentes del Ministerio Público adscrito a la Unidad Investigadora de Homicidios de Mujeres.
Ernesto saldrá absuelto de la cárcel este miércoles, dos mil 292 días después de ser presentado y exhibido como criminal por la Fiscalía General del Estado.
“La madre lamenta mucho esta situación, porque el caso fue cerrado y durante todos estos años no se investigó quién asesinó a Brenda Esmeralda, una de las ocho víctimas del caso Campo Algodonero. Por estas muertes de mujeres hay más personas detenidas de las que se duda su participación en esos hechos”, asevera la abogada.
En el caso del asesinato de Brenda Esmeralda estuvo suspendida su investigación y quien pierde es la familia, pierde la víctima a su derecho de llegar a la verdad y la justicia, pierde quien estuvo preso siendo inocente y quien nunca pierde es la Fiscalía; ahí no pasa nada, sigue habiendo estos casos fabricados y ahí no pasa nada, no hay funcionarios sancionados, no hay castigo. Ya no hay credibilidad en esa institución, afirma Mendoza.
Esa es la gran mentira” Ivonne Mendoza Salazar, coordinadora de casos de feminicidio del Centro para el Desarrollo Integral de la Mujer (Cedimac), quien representa a Irma Monreal y explica que por segunda vez el Estado falla en la búsqueda de la justicia y la verdad para Brenda Esmeralda Herrera Monreal