Cambridge Analytica: la empresa que se aprovechó de un fallo
Londres–en 2014, cuando Cambridge Analytica, una empresa que hace perfiles de los votantes, se preparaba para incursionar en las elecciones intermedias de Estados Unidos, se topó con un problema, no contaba con la información necesaria para que sus nuevos productos funcionaran.
Así que la firma extrajo información privada de los perfiles de Facebook de más de 50 millones de usuarios sin su consentimiento, de acuerdo con exempleados, exasociados y documentos de Cambridge Analytica, lo cual dio como resultado una de las filtraciones más grandes de la historia de las redes sociales. La filtración permitió a la empresa explotar la actividad privada en redes sociales de un porcentaje enorme del electorado de Estados Unidos para desarrollar técnicas que apuntalaran su trabajo en la campaña de 2016 del presidente Donald Trump. Christopher Wylie, quien ayudó a fundar Cambridge Analytica y trabajó ahí hasta finales de 2014, se refirió de este modo a los líderes de la empresa: “No les importan las reglas. Para ellos, esto es una guerra y todo se vale”. “Quieren librar una guerra cultural en Estados Unidos”, añadió Wylie. “Se suponía que Cambridge Analytica sería el arsenal de armas para combatir esa guerra”. En el Reino Unido, Cambridge Analytica está enfrentando investigaciones entrelazadas del parlamento y los reguladores gubernamentales respecto de los alegatos que señalan que realizó actividades ilegales en la campaña del brexit. El país tiene estrictas leyes de privacidad y el sábado su comisionada de información anunció que estaba investigando si los datos de Facebook “se adquirieron y utilizaron de forma ilegal”.
Leer las mentes de los votantes
En un inicio, con el grupo contratista SCL, lo que después se convertiría en Cambridge Analytica hizo experimentos en países del Caribe y África, donde las reglas de privacidad eran laxas o nulas y donde los políticos que emplearon la empresa brindaban con gusto información en poder del gobierno, según aseguraron exempleados.
Robert Mercer, un acaudalado donador republicano, accedió a financiar un proyecto piloto de 5 millones de dólares para sondear a los votantes y probar los mensajes psicográficos.
Aleksandr Kogan, psicoanalista, creó una aplicación y en junio de 2014 comenzó a recolectar datos para Cambridge Analytica. La empresa cubrió los costos —más de 800 mil dólares y le permitió mantener una copia para sus propias investigaciones, de acuerdo con correos electrónicos y registros financieros de la compañía.
No les importan las reglas. Para ellos, esto es una guerra y todo se vale… Quieren librar una guerra cultural en Estados Unidos”
Christopher Wylie Fundador y extrabajador de la firma