Su vida son los trasplantes
Vive gracias a donación de riñón; es enfermera de estas cirugías
Magdalena Calzadillas asistió a los médicos hace poco en un trasplante de riñón, el único de los dos que ha podido ver con plena conciencia. El otro lo vivió hace 15 años, cuando, en la etapa de la adolescencia, presa de la insuficiencia renal recibió este órgano de su hermano de apenas 18 años.
Magdalena es una enfermera a la que hoy le toca estar del otro lado de la moneda. Dice ella orgullosa de haber tomado esa decisión.
Eso no es todo: la mujer, originaria de Casas Grandes, Chihuahua, trabaja con el mismo nefrólogo que le practicó este trasplante cuando ella había perdido casi todas las esperanzas de vivir.
“Me pregunté por qué me pasaba esto y por qué había llegado a la insuficiencia renal”, recuerda la profesionista. “Siempre quise saber y decidí estudiar enfermería para estar de este lado”.
La historia de Magdalena, que vive en Ciudad juárezdesd eh acedos meses, comenzó cuando ella tenía tan sólo 14 años.
En ese momento, rememora la mujer, la enfermedad había progresado tanto que pesaba apenas 29 kilos.
En virtud de tales efectos, que tuvieron un gran impacto en su autoestima, Magdalena tuvo que abandonar la escuela secundaria, lo mismo que a sus amigos. Debió renunciar a toda la vida que había conocido y enfocarse sólo en su condición.
“Y mi vida era muy triste, sin esperanza de vida, buscando la donación de
Siempre quise saber y decidí estudiar enfermería para estar de este lado”
un riñón, que alguien me apoyara con eso para poder vivir y rehacer nuevamente mi vida”, recuerda con cierta tristeza.
Sin embargo, la esperanza estaba en su propia familia. Su hermano, meses después de seguir estrictos protocolos y someterse a exámenes, fue candidato para donarle un riñón.
Magdalena es enfermera en uno de los pocos hospitales donde en la ciudad se mantienen activos los trasplantes.
Las actividades de esta naturaleza están suspendidas en el sector público desde 2015, año en que un fallido procedimiento obligó a las autoridades a decretar la suspensión.
De este modo, sólo unidades médicas y hospitalarias como el Hospital Ángeles, Poliplaza Médica y el Centro Médico de Especialidades, así como algunas clínicas oftalmológicas, cuentan con licencia para realizarlas.
La semana pasada, Magdalena estuvo presente en un trasplante de riñón que le fue practicado a un hombre de 21 años en el Hospital Ángeles, la unidad donde trabaja desde hace poco.
Gracias a la experiencia que vivió, la enfermera considera ser mucho más sensible a los sentimientos de los pacientes que deben atravesar por el mismo proceso, tal como el varón que recibió el riñón.
“Comprendo más sus estados de ánimo; no lo tomo tan personal cuando vienen enojados porque sé que es por algo. Trato de hablar con ellos y darles mi experiencia para que así ellos vean un reflejo de este lado. Tienen más ánimos, esperanza y se les quita el miedo”, explica la enfermera.