‘En esa prisión hay muchas lágrimas’
Siete padres indocumentados liberados en El Paso, narran cómo les arrebataron a sus hijos
El Paso— Miriam, migrante guatemalteca de 32 años, cuenta su historia: tardó unas dos semanas para llegar a la frontera y cruzar a EU; luego fue detenida junto con su hijo de cinco años.
“Los agentes vinieron de madrugada y me dijeron que no podíamos estar juntos. Se llevaron a mi niño dormido, no pude despedirme de él”.
Ahora, aunque lo ha localizado a cientos de kilómetros de distancia, el pequeño está molesto con ella y no le quiere hablar.
“Ofrecí irme del país, pero me dijeron que era una delincuente y que tenía que estar en la cárcel”, señala Miriam. La semana pasada, el presidente Trump firmó un decreto para reunificar a familias migrantes separadas en la frontera. Esto significó que a decenas de jefes de familia se les retiraron cargos criminales.
Miriam y 31 migrantes más fueron liberados de la Cárcel del Condado de El Paso el domingo. Ahora enfrentan la incertidumbre de encontrar a sus hijos, tarea nada fácil… 29 de ellos no han establecido contacto alguno.
Siete padres de familia liberados alzaron la voz para contar cómo les fueron arrebatados sus descendientes. Por razones de privacidad y cuestiones legales, sólo fueron identificados con su primer nombre en la conferencia de prensa realizada en Casa Vides.
Iris, originaria de Honduras, fue separada de su hijo de 6 años de edad, quien cumplió años el 15 de junio, cuando ella se encontraba en detención.
“Para una madre esta es la tortura más grande que nos han podido hacer, es algo que no se lo deseamos a nadie. En esa prisión hay muchas lágrimas, ahí nos ha costado sobrevivir esta desilusión y ha sido muy triste y desgarrador para todas las madres”, describió Iris.
Al momento que Mario, otro padre de familia también originario de Honduras, fue separado de su hija de 10 años, se le indicó que él sería enviado a una prisión y que su hija no podía acompañarlo ya que sería enviada a un albergue, en donde se le prometió que sería alimentada y cuidada.
Mario contó que dentro de su encarcelamiento lo único que recibió fue un número telefónico al que podía llamar para tratar de obtener algún dato de la ubicación de su niña, pero denunció que este número nunca funcionó.
“Intentamos e intentamos y no sólo yo, sino muchos de los padres encerrados también intentaban, todos desesperados y nunca cayó la llamada. Sólo nos decía que el número no estaba habilitado”. Mario explicó que hasta la fecha no se ha podido comunicar con su hija.
Varios de los padres presentes mencionaron que las agencias migratorias realizaron fuertes promesas que no fueron cumplidas, algunos afirmaron que agentes les habían dicho que se reunirían con sus hijos en un lapso de dos días, otros comentaron que serían reunidos dentro de los centros de refugio.
Rubén García, director de Casa Anunciación, se ha comprometido junto con su equipo a brindarle refugio a los 32 padres que llegaron el domingo, quienes provienen principalmente de El Salvador, Guatemala y Honduras. Más los 65 padres adicionales que se esperan para el comienzo de la semana.
Labor titánica
También se han encomendado la monumental tarea de brindar apoyo para buscar enlazar a los migrantes con sus familiares y así acercarse un poco más a la reunificación familiar.
“La información con la que cuenta cada uno de los padres varía, algunos saben que la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) ya ha contactado a sus familiares que se encuentran en los Estados Unidos y quienes iban a recibir a sus hijos, hay otros padres que han tenido éxito en contactarse con sus niños y hay otros que no saben nada hasta la fecha del paradero de sus pequeños”, especificó.
“Nuestra prioridad son las familias que van llegando, pero nuestro enfoque también incluye los cruces internacionales, en donde queremos detener el bloqueo de personas que están buscando asilo político, queremos detener esa política”, agregó.
Además de ser el vínculo que conecte a estos padres con representación legal para tratar sus casos migratorios.