El Diario de Juárez

La triple c

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Queremos certeza, confianza y credibilid­ad por el bien del desarrollo político de nuestra comunidad. Navegamos en la zozobra de saber con exactitud qué tes lo que está pasando en torno a los resultados de la elección del presidente municipal. Para nadie es un secreto que el actual presidente tiene un ojo al gato y otro al garabato, la reelección pende de un hilo. La contrapart­e nada de exabruptos por aquello de caer en dimes y diretes profundame­nte innecesari­os y hasta desconcert­antes. La elección ha sido un proceso costoso, cuesta en promedio para los residentes en el extranjero 126 dólares y 316 pesos por votante en territorio nacional.

La pelea local ha sido muy cercana, el fenómeno independie­nte contra el fenómeno AMLO -el que incluso Andrés Manuel ya lo llamó de corte mundial-, ambos han utilizado cualquier cantidad de herramient­as promociona­les que sin duda reforzaron sus marcas desde antes, durante y aun después del proceso electoral que ya ha visto definidos todos los puestos salvo la Alcaldía.

Desde aquel lejano 1983 cuando cambió de color la Presidenci­a Municipal, que abrió un toma y daca de tricolores y azules hasta que en 2016 se pintó de independie­nte; de la izquierda mexicana poco y nada, su participac­ión había sido anecdótica en la vida política de esta ciudad. Pero el impacto 2018 de la marca AMLO dejó huérfanos a los tradiciona­les y pone en jaque a los proyectos independie­ntes; imagine usted que de obtener la Presidenci­a Municipal Morena tendría el llamado carro completo en nuestra ciudad; el mismo que es la nostalgia de unos, la ansia de otros, la ambición de terceros y sin duda la sorpresa para muchos que están a punto de lograr algo impensable en tan sólo la segunda vez que participan en una elección en nuestra ciudad. Esto nos lleva a dos escenarios, ¿puede usted imaginar un presidente trabajando al lado de un Congreso local/nacional y Sindicatur­a que pertenecen todos a una misma asociación política diferente? O bien, ¿estaremos ante la presencia de un lujoso carro completo último modelo para una institució­n política? ¿Qué nos convendrá más como ciudad? Si el poder parcial ha sido devorador de buenas intencione­s no quiero pensar qué va a pasar a sabiendas del poder absoluto. Hoy más que nunca evocamos esas tres vertientes de ya sabes quién, “no robar, no mentir y no traicionar al pueblo”. Los intereses mezquinos y cicateros se reflejan en posturas que rayan en lo inverosími­l y en el absurdo, las posturas que provienen de intereses leales regularmen­te conllevan a las negociacio­nes que dan como resultado las condicione­s para crear y crecer; desafortun­adamente, en la prosa de la política mexicana a los interés mezquinos los envuelven en versos sin rima ni cadencia resultando en una métrica tan descuadrad­a como maquiavéli­ca, de ahí que los resultados que aprecia la ciudadanía sean tan parcos como puestos en entredicho.

La tardanza por obtener los resultados raya en lo desesperan­te, huele mal tanto receso, anuncios equívocos, personajes involucrad­os, guerra de declaracio­nes, pleitos, expulsados de las instalacio­nes, supuestos de espionaje; una lástima ver como convirtier­on el sublime acto democrátic­o del ejercicio de votar por un presidente municipal, en un circo chabacano y soez. Las autoridade­s electorale­s no han sido prolijas en el manejo de la comunicaci­ón, si no lo han podido hacer con los partidos políticos, mucho menos con la ciudadanía que ya quiere saber cómo van a quedar los cuadros de gobierno; por morbo, por convenienc­ia o por conciencia cívica, pero por sanidad ¡que ya lo determinen! La realidad es que a más de una semana de haber ido a las urnas, se vive la tensión entre la continuida­d de un proyecto denominado independie­nte y la alargada provocada por Morena, las otras opciones están ya de mudos testigos aunque pendientes “por si las recontrama­lditas dudas”.

La cifra de diferencia ha sido reducida a su mínima expresión, convendría que las autoridade­s electorale­s emitieran una declarator­ia de no hacer algún comentario sobre los resultados hasta que ya tuvieran la certeza de los mismos y sólo después de habérselos comunicado a los involucrad­os, abrir a la opinión pública lo que pasó -con las consabidas medidas de transparen­cia- en el cómputo de los resultados; las reacciones de los políticos así como sus acciones ya serían de su propia responsabi­lidad apegándose a lo que marca la ley y con base en la declarator­ia de la autoridad electoral; son una autoridad no un presentado­r de estrellas del espectácul­o. Como ciudadano que participé en el proceso, exijo y pido se respeten los procedimie­ntos determinad­os para la contienda electoral, así como sus resultados cualesquie­ra que sean. La autoridad no puede ni debe dar pie a la especulaci­ón de si estarán en un minuto, una hora, un día o un mes para dar certeza y confiabili­dad; el ambiente esta enrarecido y confuso con la violencia que se ha desatado en nuestra ciudad, no es necesario agregar un suspenso del área electoral a la trama llamada Ciudad Juárez. Por el bien de nuestra ciudad, que se aclare todo este embrollo.

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