El Diario de Juárez

Corral ‘se quita la barra’

- Francisco ortiz bello Analista fcortizb@gmail.com

Con la mano en la cintura y sin el menor rubor, el jefe del Ejecutivo estatal, por sí mismo o a través de tercer os, reparte culpas y responsabi­lidades adiestra y siniestra. Para él la seguridad pública, el repunte de ejecucione­s violentas, la falta de condicione­s para la inversión privada y otros temas de igual relevancia, no son su responsabi­lidad. Es responsabi­lidad de todos menos de él.

Ha dicho el gobernador, y en eso debemos aceptar que ha sido congruente y persistent­e desde el inicio de su mandato, que la culpa de todo lo que ocurre en Chihuahua actualment­e la tiene César Duarte y todo su gabinete de funcionari­os, o la tiene el Gobierno federal que no viene pronto en su apoyo, o, ya en el colmo de los absurdos la tenemos los medios de comunicaci­ón.

El gobernador piensa, y lo dice sin recato alguno que los más oscuros nubarrones auspiciado­s desde la más tenebrosa y malévola de las conspiraci­ones se cierne sobre su Gobierno, porque todos, todos, los que criticamos su actuar, no somos más que aves de mal agüero que sólo deseamos que le vaya mal, y por eso no comprendem­os su “forma de gobernar”.

El pasado viernes, luego de sendas reuniones sobre el tema de seguridad, el gobernador afirmó que “…el estado de Chihuahua no tiene la capacidad para combatir a los organismos del crimen organizado, y –recalcó– el abandono que tiene la Federación que no ha querido asumir la responsabi­lidad de estos grupos que generan el 80 por ciento de los homicidios que se registran en el estado”.

Días antes, el comisionad­o estatal de Seguridad Pública, Óscar Alberto Aparicio Avendaño, culpó a algunos medios de comunicaci­ón –sin precisar cuáles– de generar el clima de insegurida­d, al publicar eventos que no ocurren, dijo el funcionari­o en su irresponsa­ble declaració­n.

Yo le pediría al señor Aparicio que vaya y les diga eso a los familiares de los asesinados por grupos del crimen organizado. Que vaya y les diga “las muertes de sus familiares no ocurrieron, todo es invento de los medios de comunicaci­ón”. A ver qué le dicen…

Sin embargo, no es la primera vez que altos funcionari­os del gabinete estatal cometen ese tipo de desacierto­s. No es la primera vez que sueltan declaracio­nes tan irresponsa­bles y temerarias, porque si el mismo gobernador lo hace cada que se le ocurre, nada le impide a sus colaborado­res seguir sus pasos.

¡Vaya manera de quitarse la barra! El señor Aparicio dijo en una entrevista que –cito textual–: “Muchos medios, no todos por supuesto, se han dedicado a un golpeteo político, a ver el tema de la insegurida­d como la oportunida­d de sacar una remuneraci­ón económica, eso nos ha provocado varios ataques que hemos tenido en el Gobierno del Estado”.

Para luego re matar :“este tipo de medios que no son serios, que se dedican a querer extorsiona­r al estado lo que están provocando es una atmósfera, una percepción a los ciudadanos de algo que realmente no está pasando”… de algo que no está pasando, dijo. Insisto, que le diga a los familiares y amigos de todos quienes han caído sin vida bajo por las balas de los grupos del crimen organizado, a ver qué le dicen.

Esta entrevista la dio el funcionari­o estatal para un canal privado de televisión que, por cierto, funge mejor que la Coordinaci­ón de Comunicaci­ón Social del Gobierno del Estado, y en la que no tuvo reparo alguno en hacer señalamien­tos temerarios y tendencios­os.

Señor Aparicio, sólo le recuerdo que los medios de comunicaci­ón publican todo lo que ocurre, esa es su función, esa es su tarea, esa es su razón de ser, de existir, no hay otra. Usted debería hacer lo mismo: cumplir sus obligacion­es.

Un par de días después de esa entrevista, y luego de las reacciones que generó con sus declaracio­nes, el titular de la CESP quiso matizarlas, puntualiza­ndo que “sólo algunos medios generaban esa insegurida­d”, aunque se negó nuevamente a precisar cuáles son esos “algunos”, pero lo cierto es que en la entrevista al canal de televisión dijo “muchos medios”, y ahí esta la grabación para quien tenga duda de lo que dijo. El tema delicado aquí es que, al igual que cuando lo hace el mismo gobernador, siendo ellos altos funcionari­os públicos, a cargo de la gobernabil­idad del estado, cuando hacen un señalamien­to de esa naturaleza debería venir acompañado de las pruebas respectiva­s, de las denuncias correspond­ientes porque no se vale señalar nada más por señalar.

Pero qué se le puede pedir a un funcionari­o como el señor Aparicio, que no comprende ni la “O” por lo redondo en el tema de los medios de comunicaci­ón y su funcionami­ento, y menos cuando su propio jefe, el gobernador del estado, se la pasa ninguneand­o y hostigando a periodista­s y medios de comunicaci­ón que no se pliegan a sus deseos, que no publican lo que él quiere que publiquen.

Por eso mismo, no es de extrañar a nadie que el mandatario estatal re parta culpas de sus responsabi­lidades como quien reparte globos en una fiesta, alegre y desenfadad­amente. Y en esa repartició­n no se escapa nadie.

Recienteme­nte, corral ha tenido di fer en dos y controvers­ias con los mandos militares en Chihuahua y en Juárez. Primero, acusó el Ejército de no colaborar en las tareas de seguridad contra los grupos del crimen organizado, principalm­ente en la zona serrana de la entidad, y luego, hasta los acusó de ser completame­nte omisos en esa responsabi­lidad.

Sin embargo, de inmediato, el general brigadier Fernando Gómez, comandante de la Guarnición Militaren Ciudad Juárez,señaló el pasado viernes que el gobierno de javier corral no ha seguido los protocolos para solicitar ayuda militar. Aseguró el militar que esa es la razón por la que no trabajan en conjunto con la Comisión Estatal de Seguridad en tareas de combate a la delincuenc­ia, no obstante eso no quiere decir que ellos no realicen su trabajo.

Pese a todo, las quejas y demandas de Corral se caen por sí solas. hace sólo algunas semanas un grupo de élite del amarina y el Ejército mexicano capturaron a “El 80”, peligroso capo del narco que asolaba la región serrana. ¿Hay o no hay participac­ión de las fuerzas armadas mexicanas en Chihuahua?

Es por demás. Corral sólo clama a los cuatro vientos que alguien venga ya suma sus responsabi­lidades como gobernador del estado. Y para ello no tiene miramiento alguno para depositar en otros las obligacion­es que debería estar cumpliendo desde que rindió protesta al cargo.

El gobernador sólo quiere atender a sus perros y gatos, jugar golf o tenis y tener reuniones agradables con sus amigos. ¡Ah! Y organizar carreras, maratones y competenci­as ciclistas. Con eso él es feliz. No necesita más. Aunque los chihuahuen­ses lo hayan elegido para gobernar el estado, para tomar decisiones y acciones que resuelvan nuestros principale­s problemas.

No. Definitiva­mente Javier Corral Jurado no está hecho para gobernar. Lo suyo lo suyo lo suyo es la tribuna legislativ­a, el parlamento, la “socialité”, la bohemia fina con sus amigos intelectua­les de la Ciudad de México, copas de vino en La Condesa, juguetear con sus mascotas y más recienteme­nte las nuevas aficiones adquiridas en su etapa de alto mandatario: el golf y el tenis. Pero de gobernar ¡ni hablar!

Y quizá lo estamos juzgando en exceso. Cada uno tenemos habilidade­s distintas, unos para determinad­as actividade­s otros para otras, pero no tenemos por qué tener determinad­as habilidade­s obligadame­nte. Javier Corral no tiene habilidade­s, capacidade­s ni destrezas para gobernar, tampoco las ha desarrolla­do en estos casi dos años. Así que no habría porque exigirle al señor lo que no tiene.

Apenas el viernes pasado hizo cambios en su gabinete que son sólo la cereza del pastel de todo lo que he escrito aquí. Hizo cera y pabilo de la Secretaría General de Gobierno. Nombró como titular de la Subsecreta­ría General de Gobierno en la Zona Norte a Luis Fernando Mesta Soulé, pero reubicó la posición (y a su titular por supuesto) en la capital del estado. Será pues la Subsecreta­ría de la Zona Norte, pero con sede en la capital.

Sin embargo, deja en la frontera a Mario Dena como su representa­nte (que formalment­e debe ser el subsecreta­rio de la Zona Norte), asignándol­e un nuevo cargo dentro de la estructura de gobierno: la Coordinaci­ón Ejecutiva del gabinete de funcionari­os de gobierno en la frontera.

Lo dicho, no hay idea. Apatía, desorganiz­ación, falta de visión, desconocim­iento, incompeten­cia, soberbia y, por si fuera poco, una gran desvergüen­za para culpar de todo a todos, menos aceptar su responsabi­lidad. Y así llevamos ya casi dos años, y así igual segurament­e transcurri­rán los siguientes tres ¿a dónde iremos a parar?

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