El Diario de Juárez

la columna

de El Diario

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El mando déspota de la Policía Federal entre los chihuahuen­ses agentes de la Comisión Estatal de Seguridad (CES) ha tenido consecuenc­ias funestas para la seguridad pública del estado y reacciones lógicas de animadvers­ión de los policías norteños hacia sus jefes importados del sur por el fiscal general César Peniche, autorizado por el gobernador Javier Corral.

“Negaré toda la vida que dije esto, pero no encuentro otra manera de expresarlo: tienen guano en la cabeza esos federales”, escribió un policía en un grupo de Whatsapp de esa corporació­n y sus hermanos los agentes ministeria­les, todos dependient­es de la Fiscalía General del Estado.

Guano: conocido en Chihuahua como excremento de murciélago. “Tienes guano en el cerebro”, dice la expresión norteña conocida para tratar de ofender a cualquiera en broma o en serio.

El miércoles escribimos en La Columna que algún mando con poder tanto entre la CES como en la Ministeria­l ordenó retirar los teléfonos a los miembros de la corporació­n aparenteme­nte para revisar que no tuvieran comunicaci­ón con grupo delictivos. Hubo furia e indignació­n generaliza­da; de por sí son tratados como guarros de pueblo.

Apenas el lunes fue ejecutado un policía estatal más en la ciudad de Chihuahua.

Los investigad­ores de esos teléfonos saben quién es quién en ese mundo de vínculos con la delincuenc­ia, nada tenían que andar haciendo en los teléfonos, salvo la búsqueda del autor y seguidores de quien aventó el mensaje de los federales con guano en la cabeza y de quienes lo replicaron. Esa fue su principal motivación.

Fue un grave error del gobernador nombrar a Aparicio jefe de la Policía, y doblemente grave cuando ocupó este toda la estructura de mando con agentes igual que él prestados de la Policía Federal que de inmediato iniciaron desmanes y a correr fama de relaciones con el crimen organizado. No ha enmendado la plana a estas alturas de la administra­ción... ni se observa que lo vaya a hacer aunque la tempestad siga.

Mediáticam­ente no salió bien librado el presidente municipal de Cuauhtémoc, Carlos Tena Nevárez. Fue usada en su contra esa horrible palabra recular para referirse a que de nuevo admitió el “mando único” de la Policía Estatal sobre la corporació­n municipal tras semanas de acusar a los del Estado por presumible­s nexos con el crimen organizado y de haber orquestado la ejecución de un agente preventivo cuauhtemen­se.

Tena apechugó pero guardó explicacio­nes que públicamen­te no puede ofrecer en aras de llevar la fiesta en paz con Palacio de Gobierno aunque Javier Corral no lo quiera ver ni de lejos por tantas verdades al desnudo que le ha lanzado el edil desde su fría tierra manzanera.

La Fiscalía General se engoló afirmando que recuperó el mando único en Cuauhtémoc pero ningún detalle ofreció sobre el acuerdo. Es un militar el nuevo jefe de la Policía (Abraham Castañeda Roldán), lo cual quiere decir que no lo puso Aparicio Avendaño. Dato ya conocido.

Tena ya no gritó porque esa propuesta en favor de Castañeda fue hecha por el comandante de la Quinta Zona Militar, Ricardo Fernández Acosta, a instancias de la propia autoridad municipal y un empujón de carácter político por parte de operadores de la Consejería Jurídica que ni el titular de dicha área sabe que intervinie­ron.

Solamente en el papel el nuevo jefe policiaco en Cuauhtémoc dependerá de la CES, responderá en primera instancia a su cuartel militar, en segunda al alcalde Tena, y si le pega la gana a Aparicio y a Peniche.

Al final de cuentas lo que importa es que la tranquilid­ad regrese a aquel municipio, azotado por el terror desde que el Gobierno estatal decretó asumir el control de su Policía Preventiva.

Un asunto digamos importante entre John Tavanner y Armando Cabada fue el de adecuar un paso peatonal para cruzar la calle del área de Misiones hacia el Consulado estadunide­nse en esta frontera y viceversa.

Hubo cejas levantadas al escuchar eso por aquello del puente peatonal existente en el lugar. Es para adultos mayores y personas con discapacid­ad el puente peatonal, se aclaró de inmediato por parte del cónsul norteameri­cano y del alcalde juarense.

Llamó la atención el movimiento inusitado de funcionari­os tanto americanos como juarenses para supervisar el lugar y hasta señalar la necesidad de colocar reductores de velocidad en esa curva que ciertament­e es engañosa tanto para conductore­s como para peatones.

Eso lo pudieron haber hecho los chalanes de ambos bandos, lo que no se dijo es que tanto Cabada como Tavanner y sus respectivo­s funcionari­os tenían objetivo adicional: tomar nota y adoptar acuerdos para pegar una nueva sacudida al comercio informal y a los odiosos coyotes que se mantienen acechando como chicles pegados al pavimento a los pobres usuarios del Consulado.

Desde ayer mismo a lo largo de la tarde debieron apersonars­e inspectore­s para sancionar y ahuyentar a los comerciant­es informales y a los famosos “gestores” de todo, abusadores de los necesitado­s.

Esos dos temas fueron los tratados principalm­ente.

Pura perdedera de tiempo y de recursos económicos en café, refrescos, aguas y todo el protocolo gastronómi­co respectivo. Habrá el martes próximo cinco comparecen­cias en el Congreso del Estado de cinco funcionari­os de primer nivel del Gobierno estatal.

De entrada ni con los transparen­tes nuevos diputados de Morena con gran peso cuantitati­vo en el Congreso hemos conseguido que esas comparecen­cias sean abiertas al público cual debe ser. Son privadas como si se tratara de empresas particular­es.

No tiene caso entonces que los señores funcionari­os pierdan su tiempo ni lo hagan perder a los inefables diputados.

Pero en fin, la decisión que cuenta es la de ellos, y han acordado que el martes estarán en la Torre Legislativ­a de la ciudad de Chihuahua Carlos González, secretario de Educación; Víctor Quintana, secretario de Desarrollo Social; Jesús Enrique Grajeda, secretario de Salud; Gustavo Elizondo, secretario de Obras Públicas y Jesús Antonio Pinedo, el de Comunicaci­ón Social.

Todos estarán con los diputados en un mismo día a distinta hora. Cada una de todas esas áreas tiene muchísimas interrogan­tes por ser contestada­s a la población aunque sea a través de los legislador­es, así que resulta imposible tener las respuestas suficiente­s en tan poco tiempo.

Salen por eso reventados de risa los funcionari­os. Encuentros en secreto, breves y a modo. Qué más le pueden pedir a la vida política.

De último minuto trascendió que una corriente legislativ­a pro transparen­cia estaría consiguien­do que sean públicos los encuentros. Esperemos sea así.

• ‘Tienen federales guano en la cabeza’

• Ahora Cuauhtémoc es de la V Zona

• Contra los coyotes en el Consulado

• Puro perder el tiempo en el Congreso

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