LA COLUMNA de El Diario
No sean malagradecidos con su gran empleador” Sin interés para la frontera gira de AMLO Cierre con abucheos debería preocupar Pretende Corral mangonear a periodistas Tratan a polis con el pie... y los amenazan
En un comunicado interno de la Fiscalía General del Estado mandaron decir los jefes a los agentes ministeriales que no sean malagradecidos con su gran empleador.
Fue la respuesta ante la advertencia de que los policías estatales y agentes del ministerio público se irían a un paro de labores este día. Reclaman un retroactivo correspondiente a su incremento salarial de este año. La FGE uniformó el mensaje firmado por la Dirección de Administración de la Secretaría de Hacienda.
La explicación fue la misma de todos los años: no hay dinero y si se tuviera que pagar lo que piden, se tendría que correr cuando menos al cinco por ciento de todos los empleados, operativos y administrativos.
O bien, si querían retroactivo tendrían que haberse conformado con un incremento menor, de alrededor del dos o tres por ciento de su sueldo solamente, en vez del cinco que se les dio este año.
En suma, les dijeron que agradezcan que aún tienen trabajo.
“Si optan por bloquear los accesos tendremos que actuar legalmente en contra de quienes se sumen a los bloqueos. Eso implica ceses o procedimientos de remoción”, fue la advertencia de los administradores.
“No queremos llegar a eso porque con todo lo que estamos haciendo se trata de cuidar al personal, pero ellos nos deben entender”.
La falta de retroactivo no es privativa de los agentes y empleados de la Fiscalía, es de toda la estructura estatal de colaboradores de confianza.
Pero las justificaciones son cada vez menos creíbles. Apuntan más a un desorden administrativo y falta de planeación presupuestal, más que a la falta de recursos, al menos en este ramo de la seguridad que es un tonel sin fondo.
*** De poco sirvió la visita de casi tres días del presidente Andrés Manuel López Obrador al menos en relación a la crisis migratoria y la cacareada zona libre para la frontera que nomás no termina de cuajar.
El jefe del ejecutivo federal no dio respuestas ni a uno ni a otro tema, más allá de reiterar la bienvenida a los migrantes a México, convertido en “tercer país seguro” de facto. Pero no hay recursos federales para sostenerlos aquí.
Este tema migrante era planteamiento central de los municipios fronterizos y uno de los asuntos que abordó en la improvisada reunión con el gobernador Javier Corral.
Juárez seguirá cargando con el mayor volumen de indocumentados que aspiran a cruzar a Estados Unidos. Son en promedio seis mil los que permanecen en esta parte de la frontera norte mexicana.
La crisis no se previó el año pasado, desde el sexenio de Enrique Peña Nieto. Llegó el presente régimen y no ha pasado de repetir el presidente sobre el México hospitalario cuando es obvio que ya rebasó a los gobiernos federal y locales.
De aquí vendrá un mayor grado de descomposición social que se niega a verse como tal.
Este es un gran pendiente, tal vez el mayor aparte de la zona libre que se dejó de lado en estos tres días de López Obrador por tierra chihuahuense.
La gira se limitó a anuncios populistas del campo, bienestar, apoyos y más apoyos, pero nada de inversión productiva ni atención a prioridades auténticas como las descritas. *** En la vertiente política de la gira de López Obrador, la nota negativa otra vez la dio el gobernador Javier Corral.
Primero fue la improvisada recepción en la ciudad de Chihuahua el viernes y luego el cierre con broche de oro, que se llevó junto con el senador Gustavo Madero y el diputado del distrito 5, Mario Mata, en el último punto de la visita, Camargo.
Debería preocupar a los panistas el recibimiento, pues ni el regaño de AMLO frenó los abucheos.
Por eso fue que Corral la pensó mucho antes de pararse en cualquier punto de la gira.
Los alcaldes de Ojinaga, Cuauhtémoc, Parral y Camargo, Martín Sánchez, Carlos Tena, Alfredo Lozoya y Arturo Zubia, de colores variados, la libraron mejor que el gobernador en todos los actos públicos. Señal de que tienen mejor aprobación que el mandatario estatal.
De las grillas internas de la cuarta transformación que se evidenciaron con reclamos públicos al superdelegado Juan Carlos Loera por los actos de nepotismo de sus subordinados, parece que el presidente las limitó a eso, a meras grillas.
En los traslados, aseguran, varias veces le pidió a los funcionarios federales y liderazgos de su partido que no se peleen, que mejor colaboren.
Pero cero decisiones ejecutivas ni atención real a las quejas. Cero efectos o consecuencias, pues.
*** El gobernador Javier Corral ha buscado presionar al Congreso del Estado, a través de la diputada Blanca Gámez, a fin de que se agende, discuta y apruebe su propuesta de Ley de Publicidad Oficial.
Ha marcado, otra vez, esta iniciativa como una de sus prioridades para el siguiente período de sesiones. Lleva en el fondo la misma estrategia de descalificar a medios y periodistas, así como sobrerregular el sector de la vida pública que le saca ronchas y le genera intensas agruras.
El proyecto de ley que ha presumido como ejemplar no sólo para México sino para el mundo entero, busca controlar la contratación de publicidad en medios con criterios que rayan en afrentas directas a la libertad de expresión.
Además de trabas legales a quienes se les ocurra recibir o buscar publicidad gubernamental, pretende censurar contenidos mediante los contratos publicitarios. Es decir, determinar cuáles contenidos son buenos y cuáles malos y premiar o castigar según lo considere.
También busca intervenir al interior de los medios, diciéndoles cómo y en qué pueden gastar o invertir los recursos que ingresan por contratos con dependencias públicas.
La gran trampa de la norma es que se presenta como una gran solución a los problemas financieros del estado, cuando lo cierto es que el gasto publicitario apenas representa el 2 por ciento de su presupuesto.
Pero con eso distrae la atención de cómo se gasta el resto, el 98 por ciento, absorbido por grandes rubros del gasto público, generalmente en la opacidad.
Es toda la transparencia en el 2 por ciento del gasto y opacidad total a lo demás.
Los diputados de todos los partidos, sin embargo, tienen encendidas las alertas sobre esta propuesta. Incluso algunos del PAN están en contra. No quieren hacerle el caldo gordo a quien busca dejarle una camisa de fuerza a su sucesor, que por un pelito más sería fascista.
Por ahora el pretexto que tienen es que la actual Legislatura no conoce formalmente la iniciativa. Es que la envió a la anterior.
Además de que la operadora que eligió sólo ha servido para dos cosas en los tres años que lleva en su curul.