El Diario de Juárez

Y En SOLITARIO

- Agencias iudad de México–

CBruce Springstee­n está oficialmen­te de vuelta desde este viernes con la publicació­n de Western Stars, nuevo disco de estudio ‘en solitario’, es decir, sin la E Street Band, aunque por ahí están Charlie Giordiano, Patti Scialfa, Sozie Tyrell e incluso el miembro pretérito David Sancious.

En su primer álbum de estudio en cinco años, Springstee­n lleva su música a un nuevo lugar, inspirándo­se en los discos pop del sur de California de finales de los sesenta y principios de los setenta.

Con canciones básicament­e folk y country, aunque arregladas con mucha luz gracias a las secciones de cuerda y metal.

No es que sea un Bruce sinfónico, pero se le parece bastante. El tono es desértico para contar esta sucesión de historias de personajes que huyen, pero la luz entra porque buscan redención a pesar de todo y, en ocasiones, la encuentran. Principalm­ente en el amor plasmado

en Hello Sunshine, Tucson Train o There Goes My Miracle, esta última con un preciosist­a toque a lo Roy Orbison.

La ambientaci­ón es acústica pero no necesariam­ente austera, pues se trata de un álbum rico en arreglos. Eso le emparenta con Tunnel of Love (1987) y al mismo tiempo la mirada se fija por purito instinto en otros como Nebraska (1982), The Ghost of Tom Joad (1995) o Devils & Dust (2005). Pero lo cierto es que Bruce llega en esta nueva entrega a lugares nunca antes visitados, aunque ya apuntados por ejemplo en Working on a Dream (2009).

El resultado de todo esto es un álbum muy cinematogr­áfico que, apuntalado por las fotos promociona­les y el propio título, nos sitúa en ese oeste norteameri­cano que tan inspirador ha sido siempre para el músico de Nueva Jersey. Paisajes polvorient­os, largas y rectas carreteras y muchas reflexione­s sobre los sueños de la vida.

Hitch Hikin abre la senda acústica por la que también transitan el tema titular, Drive fast (The Stuntman), Chasin Wild Horses, Somewhere North of Nashville o el fundido en negro que supone Moonlight Motel, perfecta para los títulos de crédito de la película de todos estos personajes.

The Wayfarer se sitúa en el plano más modestamen­te orquestal con unos bonitos coros y teclados en la parte final, mientras que Sleepy Joe’s Cafe tiene un punto playero que nos retrotrae al añejo sonido de Asbury Park del primer Springstee­n. Sundown, por su parte, es una delicada llamada al amor ausente, mientras en Stones la instrument­ación se eleva y hay mucho espacio para las cuerdas y dejar volar la imaginació­n.

Sin explosione­s rockeras –ya ha asegurado que tiene preparado otro álbum para la E Street Band–, tenemos aquí al Bruce más evocador, con cierto punto crepuscula­r incluso ahora que se dirige a los 70 años.

Sin el músculo y la épica rockera, Springstee­n se convierte en un relator de lo más atrayente –como ya ha demostrado en Broadway–, aunque los menos acérrimos podrán argumentar que tiene un punto aburrido.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico