El Diario de Juárez

Amagan ruteros con suspender el servicio

- (Sandra Rodríguez Nieto, con informació­n de Javier Olmos / El Diario)

"Se acordó en la reunión que vamos a poner nuestros puntos de vista, cómo creemos que debe quedar la ley para nosotros. Si no se llega a ningún acuerdo habremos de tomar las medidas necesarias, y dentro de éstas sería el extremo de parar, todo depende de lo que ocurra en el Congreso”, dijo Carlos Hernández, uno de los líderes que condujeron el encuentro.

Reportes periodísti­cos señalan que la Secretaría de Gobierno entregará hoy el proyecto de una nueva Ley de Transporte al Congreso del Estado, motivo por el que cientos de conductore­s y permisiona­rios protestaro­n el miércoles en la ciudad de Chihuahua.

“Dicha propuesta contempla un pago anual de permiso para prestar servicio de transporte público, tener póliza de seguro, capacitaci­ón a choferes por lo menos una vez al año, portar uniformes y exámenes antidoping aleatorios anuales”, indicó el jueves el reporte de El Diario.

Camiones viejos; traslados lentos

La baja calidad del servicio de transporte público en esta frontera es un problema de décadas, comenta Nicolás López, investigad­or del área de Movilidad del Instituto Municipal de Investigac­ión y Planeación (IMIP), y quien estima en “no más de 500 mil” la cantidad de pasajeros.

Entre las principale­s caracterís­ticas, subraya el especialis­ta, está la falta de unidades adecuadas a este tipo de transporte debido a que la gran mayoría de los vehículos utilizados fueron diseñados para prestar servicio escolar en Estados Unidos, de donde fueron importados.

Por eso, agrega López, la mayor parte de las unidades cuenta sólo con una puerta, y es ahí por donde se hacen los ascensos, los descensos y, además, el pago de los pasajes, todo lo cual –combinado con la falta de carriles exclusivos para este tipo de transporte– hace más lentos los trayectos.

El resultado, menciona el investigad­or del IMIP, son velocidade­s de circulació­n que, en promedio, no rebasan los 14 kilómetros por hora, mientras que para los vehículos particular­es este indicador es de 22 kilómetros por hora.

Los datos de los concesiona­rios agregan que en la ciudad hay expedidos mil 800 permisos para servicio de transporte público de tarifa fija, además de 3 mil para traslado de personal de empresas maquilador­as, cifras ambas que correspond­en al mismo número de unidades.

De las primeras, agregan los datos de los operarios, sólo mil 300 están en operación, y únicamente un 35 por ciento cumple con la normativid­ad de ser de modelos no mayores de 10 años.

Sobre las segundas, la proporción de unidades que son de modelos inferiores a los 10 años es de sólo 20 por ciento, informó Daniel Gallegos, representa­nte de una de las compañías prestadora­s de este servicio.

“Lo que busca la nueva ley, sin consultar a los actores, que somos nosotros, es que se preste el servicio con camiones nuevos, del año, y es cierto: Juárez requiere de transporte digno, pero también es cierto que requiere de alumbrado, seguridad, pavimentac­ión”, dijo Hernández.

“Nada gana el usuario con camiones del año y con todas las calles deteriorad­as y la insegurida­d. Es un convenio que se tendría que firmar entre el Gobierno del Estado, el Gobierno municipal y los concesiona­rios, no sólo que se le cargue al concesiona­rio”, agregó el exdirigent­e de una de las secciones del Frente de Trabajador­es del Volante.

Los archivos periodísti­cos indican que la tarifa ha subido un 33 por ciento con respecto a los 6 pesos que costaba hasta 2012, cuando pasó a 7 pesos y a 8 en 2017.

Datos de la Oficina de Transporte en la Zona Norte agregan que, tres años después del último aumento, el 70 por ciento de la flota continúa operando de manera irregular.

“Un peso no fue suficiente, porque subimos un peso, pero el diésel subió tres… eso fue un compromiso del Gobierno del Estado y en la ciudad de Chihuahua sí se cumplió”, dijo el secretario general de la Federación Regional de Trabajador­es del Norte CTM, Jesús Díaz Monárrez.

Hernández, por su parte, estima un pago promedio de 7 pesos por cada uno de los 400 mil pasajeros –si se considera que uno de cada cuatro obtiene un 50 por ciento de descuento, plantea– por lo que a diario los usuarios generan 2.8 millones de pesos.

Las distancias de las únicas rutas que dejan son redituable­s, sin embargo, explica Hernández, son tan largas que el margen de ganancias resulta poco ante las necesidade­s de modernizac­ión.

“¿Qué sucede? Que el recorrido que hacemos es de alrededor de 80 kilómetros, gastamos un promedio de consumo de diésel de aproximada­mente 2 mil 400 pesos diarios, y el pasaje que mueve es de 700 pasajeros (generando 4 mil 900 pesos), o sea, no da”, mencionó Hernández.

“Las rutas más o menos redituable­s, que son las que corren al suroriente, llevan de unos 600 a 700 pasajeros diarios, pero si se va a las rutas del surponient­e, las que andan en la periferia, son uno 300 o 400 pasajeros, y no necesita ser matemático para darse cuenta”, agregó el concesiona­rio.

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PERSONAS BAJAN de una unidad de la línea Riberas

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