SACRAMENTOS A LA VENTA
CON TAL DE EVITAR LAS PLÁTICAS PARA SER PARTE DE UN BAUTIZO O UNA CONFIRMACIÓN, CATÓLICOS PREFIEREN COMPRAR CONSTANCIAS, LO QUE REPRESENTA UN DELITO
Apesar de que la falsificación de documentos es un delito que se paga hasta con seis años de prisión, y de que la Iglesia católica entrega gratuitamente las constancias de participación a quienes acuden a las pláticas previas a recibir un sacramento, hay quienes prefieren comprar esos papeles a falsificadores, que cumplir con lo que les manda su religión.
Estos documentos los otorga la Iglesia al cumplir con sacramentos como el bautismo y la confirmación, pero por distintas razones la gente no va a esas pláticas como requisito para obtenerlos y deciden adquirirlos por la vía fácil, aunque les signifique pagar desde 400 hasta 600 pesos y se trate de un documento falso.
La falsificación y venta de estos documentos que se comercializan en la ciudad, principalmente tarjetas prebautismales y constancias de confirmaciones, son una muestra del problema de fe y de falta de conciencia de la gente, dice el sacerdote Jorge Pablo Lozano, coordinador de la Dimensión de la Pastoral de Evangelización y Catequesis de la Diócesis de Ciudad Juárez.
Sin embargo, advierte, cuando alguien lleva este tipo de documentos a la oficina parroquial, los encargados los identifican de inmediato, algunas personas se niegan a reconocer que son falsos, que los compraron, pero luego dan su brazo a torcer y confiesan el delito.
Y es que en el transcurso de su vida, el católico recibe o es parte de los siete sacramentos de la Iglesia, iniciando con el bautismo, luego la confirmación y la eucaristía; además de la penitencia, la unción de los enfermos, el orden sacerdotal y matrimonio.
Es precisamente en los dos primeros, el bautismo y la confirmación, en donde surge la necesidad de la gente por obtener el documento con el que pueden comprobar que los recibieron, a veces para llevar a cabo un trámite y en la mayoría de los casos para acompañar a un familiar o un amigo a cumplir con esos sacramentos, sobre todo el de bautismo. Hay quien cuenta con ese tipo de documentos, pero hay quienes no los tienen, y en lugar de asistir a las pláticas que se dan en todas las parroquias para obtenerlo, la gente opta por buscar los documentos por la vía fácil, aunque le represente una erogación económica y cometer un delito.
Por medio de conocidos o en las redes sociales como Facebook se puede contactar a quienes ofrecen en venta los distintos documentos que expide la Iglesia gratuitamente; éstos son completamente legítimos expedidos en la parroquia, afirma quien los ofrece en esa red social, aunque no se identifican.
Estos documentos, explican, cuentan con firmas, sellos y folios, son de entrega inmediata, y en cualquier día de la semana, aunque sea el de descanso en la parroquia.
Negociazo Por medio de las redes sociales se puede contactar a quienes ofrecen los distintos documentos que la Iglesia otorga gratis. Precio oscila entre los 400 y los 600 pesos
Los puntos de encuentro para el pago y recepción de los documentos son las plazas comerciales
“Detectarlos es fácil porque se promocionan en redes sociales, pero ante todo somos Iglesia y debemos actuar con misericordia, aun con el que se equivoca” Jorge Pablo Lozano Sacerdote
Incluso, aunque actualmente la Iglesia tiene suspendidas todas las celebraciones eucarísticas, entre ellas las bodas, bautizos, primera comunión, confirmaciones y demás, por la pandemia del Covid-19, los documentos con los que presuntamente se comprueba que la persona si cumplió, siguen a la venta.
Todo es que el interesado se comunique vía telefónica por Whatsapp y le regresan la llamada con la lista de precios de los documentos expedidos supuestamente por las parroquias.
La constancia de pláticas prebautismales tiene un precio de 400 pesos por persona; la de confirmación le cuesta 500 pesos, igual que la de comunión y la fe de bautismo.
El certificado de matrimonio sube un poco y cuesta 600 pesos, mientras que la constancia de que asistió a las pláticas prematrimoniales la venden en 400 pesos por persona.
Para obtener estas constancias los únicos requisitos es dar los nombres de los interesados y el tipo de documento que necesita, lo que se envía por mensaje y de regreso le informan a qué hora y dónde recogerlos, pero aunque dicen que son de alguna parroquia, ahí no se puede acudir, los debe recoger en una zona comercial, ya sea Plaza Las Torres, Plaza Sendero o Las Misiones.
El castigo
Y a pesar de que la falsificación de documentos es un delito que se castiga con multas y cárcel, quienes venden estos papeles aseguran que no son falsos, por lo que no están faltando a la ley.
El Código Penal del Estado de Chihuahua, en el capítulo III relacionado con la falsificación o alteración y uso indebido de documentos, establece las sanciones para quien incurre en este delito.
El Artículo 330 dice que: A quien para obtener un beneficio o causar un daño, falsifique o altere un documento público o privado, se le impondrán de tres a seis años de prisión y de cien a mil días de multa, tratándose de documentos públicos y de seis meses a tres años de prisión y de 100 a mil días de multa, tratándose de documentos privados.
Las mismas penas se impondrán a quien, con los fines a que se refiere el párrafo anterior, haga uso de un documento falso o alterado o haga uso indebido de un documento verdadero, expedido a favor de otro, como si hubiere sido expedido a su nombre, o aproveche indebidamente una firma o rúbrica en blanco.
Iglesia no va contra defraudadores
El padre Lozano comenta que este delito no ha podido ser erradicado, pues la Iglesia, en su misericordia, no ha interpuesto una querella para que se castigue a los responsables.
Sin embargo, dijo, los más perjudicados son quienes compran estos documentos apócrifos, porque algunos creen que son válidos y que en las parroquias se los aceptarán, pero no nos engañan, sabemos detectarlos, lo único que hacemos es llamarles la atención y retenerles los documentos.
A quienes los presentan, nosotros lo único que hacemos es darles una llamada de atención y quitarles el documento, pero si quieren, pueden tomar sus pláticas para recibir su sacramento, indicó.
Hay algunas personas que reaccionan de manera violenta cuando son descubiertas, dice el presbítero, pero luego reconocen que se les hizo fácil comprarlos y ofrecen disculpas, y una serie de argumentos de por qué lo hicieron. Otros se enojan y se van asegurando que los papeles son originales y quieren que se los regresemos, pero no lo podemos hacer porque cometieron un delito, indica.
“Lo importante es que la gente acuda a las pláticas que se dan previo a la ceremonia de los sacramentos, muchos no entienden que si van a la Iglesia no se les cobra nada, sólo deben dedicar el tiempo de la catequesis o curso”, explicó.
El padre Jorge Pablo consideró que las personas que optan por comprar documentos falsos son aquellas que regularmente no son gente de Iglesia, quizá tengan alguno de los sacramentos, pero no se acercan a la Iglesia, no hacen su opción por Dios, no le han dado tiempo a Dios para que los ayude a encontrar la verdad y la esperanza.
Reiteró que la falsificación de documentos es un delito con pena de cárcel y de multa, porque son documentos oficiales, y los que venden estos documentos falsos es gente que abusa y engaña a los demás.
“Detectarlos es fácil porque se promocionan en redes sociales, pero ante todo somos Iglesia y debemos actuar con misericordia, aun con el que se equivoca”, expresó.
Detección de documentos
Explicó que las tarjetas de pláticas prebautismales y constancias de confirmaciones, son los documentos falsos que más presenta la gente, pero además de que ellos saben cómo detectarlos, las secretarias también lo hacen con frecuencia.
Una de las características de estos documentos que detectan en las oficinas parroquiales es que tienen el mismo sello y logotipo de las parroquias.
Sin embargo, los falsificadores buscan mejorar su técnica y ahora los hacen como si fueran parroquias de otras ciudades para confundirnos, pero ya sabemos reconocerlos. Hacemos lo posible por verificarlos delante de ellos, pero por los distintos horarios de oficina, la gente se desespera, dijo.
Además de la experiencia personal que las secretarias van adquiriendo, ellas también reciben capacitación en los encuentros que organiza la Diócesis para ellas dos veces por año.