No pierden la esperanza
La señora María Luz Barrios, de 75 años, olvidó el día en que su hijo Antonio se despidió de ella para irse a vivir a Estados Unidos; sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido nunca perdió la esperanza de volverlo a ver y cree firmemente que la separación de su familia valió la pena porque su hijo y Juana encontraron la estabilidad que buscaban.
La familia de Juana y Antonio fue la número 181 dentro de una lista de 200 que la mañana de ayer cruzaron la escasa agua del río Bravo y sobre una delgada tarima se abrazaron durante cuatro minutos, un lapso que despertó sentimientos contradictorios entre los asistentes: por un lado, la emoción de poderse tocar por un momento; por otro, la tristeza ante el breve instante.