Rita Moreno se reencuentra
Su nuevo documental muestra como recupera su autoestima y no se da por vencida
Nueva York— En el documental ‘Rita Moreno: Just a Girl Who Decided to Go for It’, el productor Norman Lear dice: “No puedo pensar en nadie que haya conocido en el negocio (del espectáculo) que haya vivido el sueño americano como Rita Moreno”.
No está equivocado. Moreno emigró con su madre de Puerto Rico a los cinco años. A los seis, bailaba en clubes nocturnos del Greenwich Village. A los 16, trabajaba a tiempo completo. Para los 20, actuaba en “Singin’ in the Rain” (“Cantando bajo la lluvia”).
En las décadas siguientes, Moreno ganó un Tony, un Grammy, un Emmy y un Oscar por “West Side Story” (” Amor sin barreras”). (Su discurso completo de aceptación: “No lo creo”). Con un ánimo aparentemente infinito, ha personificado lo mejor del mundo del espectáculo y, al mismo tiempo, ha sido víctima de sus crueldades. Eso ha convertido a Moreno, quien coprotagoniza la nueva versión de “West Side Story” de Steven Spielberg, en una figura heroica para los latinos y otros. “Nunca me he rendido”, dijo en una entrevista reciente vía Zoom desde su casa en Berkeley, California.
El motivo de la conversación era el íntimo y vigorizante documental de Mariem Pérez Riera, que se estrena en cines el viernes tras haberse presentado de manera virtual en el Festival de Cine de Sundance y en un estreno al aire libre en el Festival de Tribeca. La película comienza con Moreno preparando una fiesta temática cubana por su cumpleaños 87. “Y exijo disfraces”, dice la leyenda de la pantalla con una sonrisa.
Pero así de optimista como sigue siendo Moreno, “Just a Girl Who Decided to It” también aborda con franqueza los muchos golpes de la vida de la estrella: ser posicionada como la “Elizabeth Taylor española” y los papeles estereotipados que siguieron; una larga y dolorosa relación con Marlon Brando; el abuso de su agente; un matrimonio confinado.
Moreno fue franca en una entrevista con The Associated Press en la que ocasionalmente buscó un pañuelo para las alergias primaverales. “Toda esa cocaína”, dijo bromeando.
AP: Lo que llama la atención del documental es cómo, a pesar de pasar las situaciones más duras y amargas, parece haber emergido de ellas con una gran alegría y aprecio por la vida.
“Tengo una constitución muy fuerte. Quizás uno lo hereda. Tal vez se deba a que aprendí a afrontar mi vida tumultuosa a través de la psicoterapia. Mi mamá también era así.
AP: Usted dijo que quería ser completamente honesta en la película, pero ¿hubo algo de lo que le fue difícil hablar?
“Sí, fue difícil. Y hablar de mi esposo (el cardiólogo Lenny Gordon, que murió en 2010) fue difícil de otra manera. En muchos sentidos, él era un hombre extraordinario. Era cariñoso. Nunca vi un abuelo, padre y esposo más devoto. Pero lo que pasó con nosotros es que él era una persona controladora. Tengo la teoría de que cuando algunas personas tienen relaciones, hacen un contrato entre ellos que nunca se habla ni se verbaliza. En nuestro caso, era que yo sería la niña pequeña y encantadora y lo complacería, pero él tendría que ser mi papá y cuidarme y protegerme.