COMIENZA A BROTAR LA FLOR DE MUERTOS
La tierra del Valle de Juárez está a unos días de pintarse de tonos amarillos y naranjas con el crecimiento de la flor de cempasúchil, que adornará tumbas y altares durante la tradicional celebración del Día de Muertos, que año con año rinde tributo a las personas que fallecieron.
A la salida del poblado de Loma Blanca, sobre la carretera Juárez-porvenir, los campos ya lucen el característico tono púrpura de las flores mano de león, que en México también se emplean para realizar ofrendas en tumbas y altares; con el paso de los días se espera que incrementen su tamaño y acompañen a la flor de cempasúchil.
El productor de estas flores es el señor Humberto, de 57 años, quien desde hace tres décadas ha trabajado la tierra al norte del estado para brindar a sus habitantes uno de los principales ornamentos que el Día de Muertos, celebrado el 2 de noviembre, revisten tanto altares al interior de los hogares como panteones.
La primera vez que el señor Humberto cultivó la flor de cempasúchil fue cuando trabajaba en su tierra natal, Villa de Juárez, Durango, aunque allá trabajaba para alguien más, con el tiempo aprendió el proceso para sembrarla y, sobre todo, para cuidarla; por ello, a pesar de los climas extremos de Ciudad Juárez, ha podido producirla.
En esta frontera Humberto no tenía la intención de trabajar la tierra, él era un empleado de la industria maquiladora, pero un día alguien le ofreció asociarse para juntos sembrar la flor de cempasúchil y mano de león en San Isidro y San Agustín, incluso en una temporada cultivó en Samalayuca, pero en ningún sitio le fue tan bien como en Loma Blanca.
Humberto prefirió trabajar en el Valle de Juárez porque, a diferencia de los campos en Samalayuca, se riega con agua tratada y eso beneficia el crecimiento de la flor, pero ese no es el único secreto del productor, también conoce los momentos más oportunos para sembrar, regar y cosechar, un conocimiento que adquirió luego de décadas de trabajo.
“Esto es un riesgo, la planta puede quemarse en cualquier momento”, dijo el señor Humberto, quien explicó que los climas extremos de la ciudad le han echado a perder en más de una ocasión la gran mayoría de la cosecha, aun así nunca ha dejado la siembra de flor de cempasúchil y mano de león, lo que lo ha posicionado como el mayor productor de la ciudad.
Al conocer las mejores fechas para el cultivo, Humberto cada temporada hace cambios –retrasa o adelanta el día de siembra– con el objetivo de encontrar el mejor momento para producir y ganarle tiempo a los imprevistos cambios de clima, porque cualquier temperatura cercana a los cero grados centígrados quema las flores.
Sin embargo, ese no es el único reto a vencer cada temporada de siembra: aunque se esparza por la tierra la semilla de la flor de cempasúchil existe la posibilidad que crezca otra planta similar al color, pero no a la forma, lo cual afecta las ventas porque no se trata de la característica flor redonda y abultada que busca la gente para rendir tributo a sus muertos.
Por el momento, el señor Humberto espera que en los próximos 15 días los flores de cempasúchil comiencen a abrirse y revistan los costados de la carretera JuárezPorvenir de sus característicos colores, para ser cortada a finales de octubre cuando comiencen las celebraciones por el Día de Muertos.