Ciudad Juárez y la revolución contemporánea
¿Cuál es el significado de la revolución para la sociedad actual? Tradicionalmente el concepto revolución está vinculado con un cambio brusco en el ámbito económico, social o moral de una sociedad. El 20 de noviembre México conmemoró un año más de la lucha realizada entre 1910 y 1917 y en la cual hombres y mujeres valerosos dieron su vida por ideales como una mejor distribución de la riqueza, acceso a tierras agrícolas, mejoras en las condiciones de trabajo y mejores salarios, entre muchos otros.
Dentro del movimiento revolucionario, Ciudad Juárez jugó un papel relevante, en principio por su estratégica localización geográfica cercana a los Estados Unidos. Así se constituyó en un refugio para las tropas revolucionarias ante los embates de las tropas enemigas.
Así como la sociedad de esa época demandaba una revuelta bélica para acceder a mejores condiciones de vida, hoy día se transita hacia otro tipo de sociedad que demanda una revuelta educativa y tecnológica. Los ideales son prácticamente los mismos por los que se luchó en 1910 pero los generadores de esas condiciones, a diferencia del pasado, son instancias multinacionales que se apoyan en la promoción de políticas financieras y desarrollo tecnológico que finalmente hacen a las regiones y a las naciones más dependientes.
La sociedad mexicana actual, por ejemplo, presenta una enorme desigualdad socioeconómica en la que sobresalen, entre otras cosas, los 30 millones de personas que trabajan como informales sin prestaciones sociales, el hecho de que solamente menos del 1% de los mexicanos gana más de 38 mil pesos y de que se estime la existencia de un alto endeudamiento que en promedio ronda los 134 mil pesos per cápita.
Aunado a ello, presentamos como país una creciente dependencia tecnológica que se refleja en la solicitud de registro de patentes de sólo el 0.5% del total mundial. Desde mi punto de vista, una de las formas posibles para revertir estas condiciones de dependencia y desigualdad contemporáneas sería el impulso de políticas vanguardistas en materia de formación educativa y entrenamiento a la sociedad mexicana.
Hablo de nuevas formas educativas y entrenamiento vanguardista porque esa ha sido la fórmula que ha funcionado para reducir la desigualdad en países como República Checa, Eslovaquia o Eslovenia que presentan rentas per cápita que oscilan entre los 18 mil y los 21 mil euros al año. Este tipo de acciones revolucionarias han probado su efectividad al brindar acceso a mejores empleos, salarios y óptimas condiciones de vida a la sociedad contemporánea al primar la formación educativa pertinente y la adecuada capacitación y entrenamiento de la gente.
¿Cómo aspirar a terminar con la desigualdad en Chihuahua y que la gente viva mejor cuando 7 de cada 10 jóvenes entre 19 y 22 años no van a la universidad y la mayoría de ellos tampoco tiene formación técnica? ¿Cómo vamos a enfrentar a la sociedad digital que se aproxima y que para el caso mexicano implicará que en el 2030, el 10% de la población económicamente activa (PEA) tendrá que cambiar de profesión y recibir nueva capacitación debido a la automatización?
Como ocurrió en 1910, en Chihuahua y en Ciudad Juárez la colindancia con los Estados Unidos obliga a involucrarse de manera ágil y rápida en esa necesaria revolución educativa y tecnológica. Sería conveniente que el modelo educativo de las instituciones de educación superior locales fuera más ambicioso, práctico, funcional y empático con las dinámicas binacionales.
La revolución que impactará a Chihuahua y a la región Juárez / El Paso, durante las siguientes dos décadas, demanda otra visión sobre lo que es la formación educativa, una que sea responsable de atraer a la región empleos mejor pagados y en alta demanda.