El Diario de Juárez

LLEGAN VENEZOLANO­S EN TRENES DE CARGA

Optan por viajar así ante falta de recursos económicos

- Diego Villa / El Diario

Migrantes originario­s de Venezuela que siguen llegando a Ciudad Juárez para unirse al campamento asentado en el río Bravo se han volcado a la opción de viajar como polizones en los trenes de carga que arriban a esta frontera.

Así lo mencionaro­n algunos migrantes que recién llegaron, como Nayerlin Ramírez o Fran Rojas, quienes señalan que tomaron esa opción ya que se les terminó el poco dinero con el que emprendier­on la travesía o simplement­e viajaron sin nada.

Nayerlin fue entrevista­da el sábado, cuando tenía un día de haber llegado a Juárez con su esposo y sus tres hijas. Contó que llevaba mes y medio en México tratando de llegar hasta una frontera.

Empezó a viajar en tren de carga con toda su familia desde Monterrey, luego de haber perdido dinero y ser devueltos en más de una ocasión luego de revisiones del Instituto Nacional de Migración (INM).

De Monterrey llegaron a Piedras Negras, frontera en la cual entraron a Estados Unidos, pero sin éxito para internarse, por lo que fueron devueltos al municipio coahuilens­e, y luego el INM los reubicó hasta Torreón.

De Torreón a Juárez existe una línea de Ferrocarri­les de México (Ferromex) directa, que pasa por la ciudad de Chihuahua. En ésa se montaron, aseguró; al llegar a Samalayuca un grupo de militares los bajó, pero al ver a una de las hijas de Nayerlin llorar alcanzó a advertirle­s “corran para allá”, por lo que cuenta la migrante.

Corrieron tres horas hacia el desierto, platicó, aunque para volver a Samalayuca, donde unos pobladores les dieron un “aventón” hasta Juárez. Ayer, Nayerlin y su familia ya no estaban en el campamento, pues cumplieron con su intención de cruzar sin que hasta ahora se sepa de su paradero, si lograron entrar o fueron expulsados de nuevo de Estados Unidos.

Por su parte, Fran Rojas fue entrevista­do ayer. Tiene la cara con costras porque se cayó, precisamen­te, del tren, según platicó.

Él, junto con seis compañeros suyos de viaje, se subió al tren desde Irapuato, Guanajuato, donde también tiene presencia Ferromex con una vía directa a Torreón, y luego a Juárez.

En el tren “íbamos abrigados hasta la madre porque hace un frío insoportab­le”, contó. Tuvo que correr junto con sus compañeros para subirse al tren, pues éste no se detiene, por lo que “un compañero mío que traía las bolsas con las vainas para no morir de frío” no alcanzó a subir, así que le tocó a Fran bajarse por ellas. De ahí sus heridas en la cara y un pie falseado, según relató.

“Es una cosa bastante fuerte para las personas que no lo han vivido”, afirmó. Subió al tren porque “llegamos a este punto donde simplement­e se nos acabó el dinero, se acabó todo, se nos agotaron todas las opciones”, y como “no nos dejan movernos en México, porque nos viene correteand­o Migración y la Guardia Nacional”, señaló, decidieron montar el tren.

La Bestia, el ferrocarri­l más conocido para cruzar México hasta Estados Unidos, no arriba a Juárez. Llega a Baja California, Sonora o Tamaulipas, gracias a Ferromex o a Kansas City Southern de México, pero los riesgos son igual o peores que la historia que contó Fran.

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Nayerlin ramírez arribó el viernes con su esposo y tres hijas

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