Soluciones reales, inmediatas, efectivas
La fase pre operativa del BRT2 o JuarezBus, actualmente en desarrollo, está cumpliendo cabalmente la función para la que se puso en marcha, precisamente, ha servido para medir y evaluar puntualmente recorridos, tiempos, semáforos, y varios otros elementos que es necesario coordinar y sincronizar ya en una fase final operativa.
Por ejemplo, ha sido un factor determinante a la hora de sincronizar semáforos a lo largo de todo el recorrido, permitiendo establecer los mejores tiempos de cruce para unos y otros, pero sobre todo estableciendo la prioridad principal que es el peatón, quienes hoy tienen la absoluta certeza de que pueden cruzar de un lado a otro de la Tecnológico, o de la Panamericana, o de la Paseo triunfo de la República, con toda seguridad si esperan su turno en el semáforo adecuado.
Por ejemplo, y aunque parezca una obviedad, hemos descubierto que las estaciones deben estar abiertas al público puntualmente minutos antes del inicio de actividades cada día, no es posible que el servicio inicie a las 6 de la mañana, y justo a esa hora apenas estén abriendo algunas estaciones, e incluso otras más tarde. Eso, definitivamente no puede ser.
También han sido recurrentes aún las invasiones al carril confinado, en muchas de ellas con accidentes viales incluidos, accidentes que han ocasionado importantes retrasos en la operación del BRT2 y, por ende, entre sus usuarios.
Pero vayamos por partes. Los accidentes viales han ocurrido debido a la necedad de los automovilistas que no terminan de entender que el carril confinado es exclusivo para el BRT, y que por esa razón no puede haber ningún obstáculo por pequeño que sea, que impida el libre paso del autobús. Ningún obstáculo, absolutamente ninguno.
El BRT debe tener vía libre absolutamente, ya que como parte de su concepto la velocidad a la que circula es superior a la que llevan los automovilistas, y eso garantiza un sistema de transporte urbano rápido, seguro y eficiente, y no faltará quien cuestione la seguridad del mismo, al presentarse accidentes aun en esta fase pre operativa, pues sí, sí se han presentado, pero es porque los automovilistas persisten en no acatar al pie de la letra las nuevas reglas de vialidad.
Insisten en dar vuelta a la izquierda en lugares donde no está autorizada la vuelta, y aun en aquellos donde sí se permite, “apuntan” sus vehículos hacia la izquierda invadiendo parte del carril confinado, lo que ha generado los accidentes viales mencionados.
Luego, una vez presentado el incidente vial, hay que esperar a los ajustadores de la aseguranza, los agentes de vialidad no mueven los vehículos accidentados y se quedan ahí, en medio del carril confinado impidiendo que el servicio continúe su marcha regular, pero no es culpa del sistema, ni de los operadores del BRT ni del gobierno, sino de automovilistas renuentes a acatar las nuevas reglas de vialidad.
Por la velocidad de circulación, el BRT tiene la exclusividad del carril confinado, el operador no espera encontrar ninguna clase de obstáculo en su camino, porque precisamente para eso fue diseñado así, así es como funciona en todas partes del mundo.
Y para que el sistema funcione adecuadamente, con rapidez y seguridad para todos, no se puede hacer ningún tipo de excepción sobre la exclusividad del carril confinado, ninguna clase de excepción.
Pero los problemas de vialidad que hoy sufrimos, no solo se limitan a los accidentes dentro del carril confinado, hay otros elementos que están ocasionando fuertes congestionamientos viales y que esos sí se pueden eliminar para resolver los problemas.
Estamos hablando de semáforos que fueron colocados indiscriminadamente a diestra y siniestra y que, en tramos muy cortos de vialidad interrumpen la fluidez de los vehículos.
Circulando sobre la Av. Gómez Morín, a la altura de Satélite, frente a una gasolinera, vamos a encontrar cuatro semáforos en menos de 150 metros, absurdo, y luego, apenas unos pocos metros adelante, otros cuatro semáforos en menos de 200 metros, casi al llegar al cruce con la Francisco Villarreal. Es decir, en un tramo concentrado de menos de un kilómetro de largo, hay ¡Ocho semáforos!
Esta situación se repite también en Gómez Morín casi en el cruce con Paseo de la Victoria, pero también en la Tomás Fernández en su cruce con avenida De las Industrias, en donde para dar salida a los vecinos del Campestre hacia la Tomas Fernández lo mejor que se les ocurrió fue colocar un semáforo, a 20 metros del otro semáforo del crucero grande.
La eliminación de tantos semáforos colocados indiscriminadamente, sí es una verdadera solución a los problemas de vialidad que hoy padecemos.