FESTÍN DE AGRADECIMIENTO
Si ya tienes el pavo para esta noche y no sabes cómo prepararlo, aquí una exquisita forma de hacerlo
Ciudad de México- Cierto, el Día de Acción de Gracias es una tradición estadounidense; sin embargo, la abundante comunidad del país vecino arraigada en esta y otras ciudades ha esparcido el festejo.
Celebrado el cuarto jueves de noviembre, su propósito original es agradecer la primera cosecha de maíz recolectada por los migrantes ingleses asentados en Plymouth, Massachusetts, en 1621.
Se dice que un guerrero nativo, llamado Squanto, enseñó a los peregrinos a sembrar y cosechar el maíz. Por ello, en un gesto amistoso, los colonos compartieron mesa con los indios.
En México, buena parte de quienes han adoptado este festejo, le dan simplemente ese sentido de gratitud implícito en el nombre.
El chef Hugo Segundo, del restaurante The Capital Grille, en la Ciudad de México, echa mano de ingredientes emblemáticos del Día de Acción de Gracias, como pavo, calabaza, arándanos y nueces, para enmarcar el festejo con creaciones que regalan esa tradicional y cálida conjunción de notas dulzonas y especiadas.
“Este menú está pensado para los visitantes de Estados Unidos; fueron ellos quienes empezaron a pedírnoslo y retomamos un platillo muy popular para esta celebración: el pavo.
“Lo hacemos en salsa de mostarda, con el mismo jugo del ave, y lo rellenamos con una mermelada de arándanos que lleva semilla de mostaza, mostaza en polvo, gravy y vino tinto. Lo acompañamos con puré de camote rústico y ejotes salteados”, describe el experto cocinero. A continuación su exquisita receta.
Pavo relleno
Abrir la pechuga con un corte mariposa. Distribuir la mostarda por la superficie, comenzando por el centro hasta llegar a 2 cm del borde. Enrollar de forma comprimida y bridar (amarrar) con hilo de cocina encerado. Calentar el aceite en una cacerola y sellar uniformemente el rollo de pechuga.
Llevar el agua a punto de ebullición, introducir la pechuga rellena y cocer a fuego bajo por 1½ horas. Retirar del fuego, escurrir perfectamente, retirar el hilo, cortar en medallones y bañar con el gravy bien caliente.