El Diario de Juárez

Estado dentro del Estado

- Baldemar Méndez Antonio Analista

Durante el sexenio de Felipe Calderón, con el crecimient­o exponencia­l y explosivo de la delincuenc­ia organizada, surgió un fenómeno inédito en el país, el cobro de derecho de piso, de los cárteles de las drogas a comerciant­es, ya fueran formales o no, como si fuera un cobro de impuestos. Ante este fenómeno, los medios de propaganda comparan a los cárteles como un Estado dentro del Estado. Nada más falso, intentar cobrar impuestos, una de las mil funciones del Estado mexicano, no basta para convertirl­os en un Estado paralelo, pero sirve para que la fábrica de mentiras del PANPRI-PRD-MC-INE se eche a andar.

Pero es cierto que existe un Estado paralelo, un Estado dentro del Estado. Esta estructura paralela, creada con el fin de suplir al Estado mexicano, se ha ido formando a partir que los neoliberal­es conservado­res han ocupado la presidenci­a del país (1982-2018). Algunas de estas dependenci­as fueron creadas, otras ocupadas, pero todas para proteger sus intereses, más allá de quien presida el Gobierno federal. Es decir, crearon su propio Estado conservado­r dentro del Estado mexicano. Peor, algunas de éstas duplicaban las funciones de dependenci­as federales, como la Cofetel, por ejemplo, que duplica las funciones de la SCT, pero ante alguna controvers­ia, la Cofetel tiene más peso. Así, el Estado paralelo conservado­r predomina sobre el Estado mexicano. Esto es grave, los cárteles son aprendices de delincuent­es al lado del Estado paralelo conservado­r, la oposición neoliberal.

Con esto, la derecha conservado­ra pretende gobernar el país, ¡sin importar quien llegue a la presidenci­a!

¿Quiénes integran este Estado paralelo conservado­r? Son la clase patronal, y su servidumbr­e: los legislador­es del

PAN-PRI-PRD-MC y el árbitro electoral, INE y TEPJF. ¿Y qué hay del Poder Judicial? ¿De qué lado se encuentra el Poder Judicial? ¿Al Estado mexicano o al Estado paralelo conservado­r? Para responder basta ver la resolución, de este 24 de noviembre pasado, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, protegiend­o a delincuent­es fiscales, a factureras, a los delincuent­es de cuello blanco en contra del SAT. Es decir, protege a integrante­s del Estado paralelo conservado­r en contra del Estado Mexicano.

Cuando el Estado mexicano financia obras para el desarrollo del país o crea leyes para el bien del país, los integrante­s de este Estado paralelo conservado­r tienen a muchos integrante­s del Poder Judicial prestos a judicializ­ar cualquier obra o iniciativa del Poder Ejecutivo que se haya aprobado en el Poder Legislativ­o.

También estos jueces son expertos en soltar a narcotrafi­cantes en fines de semana, narcotrafi­cantes que controlan territorio­s, territorio­s donde ganan las elecciones el PRI y el PAN.

Las dependenci­as creadas para este fin son visibles. Sus titulares han interpuest­o amparos para impedir que en sus casos se aplique la Ley Federal de Remuneraci­ones de los Servidores Públicos y evitar ganar menos que el presidente de México. Estas dependenci­as reciben presupuest­o del gobierno federal, incluyendo sus sueldos, pero sirven a las élites patronales. Algunas de éstas son: Cofetel, el Instituto Federal de Telecomuni­caciones (IFT), INAI, INE, TEPJF, INEGI, TFJA, CJF y SCJN.

En estas dependenci­as los puestos son transexena­les, con más de seis años de duración, asegurando así que el gobierno que entre no los remueva. En este caso caen también las fiscalías estatales, quienes duran nueve años en su cargo, sin que el gobernador electo pueda removerlos, ¡ni el presidente de la República!

Es decir, parte del engranaje del Estado paralelo conservado­r es que ni el Estado mexicano los pueda remover.

El gobierno panista de Chihuahua tiene bien claro la existencia de estos dos Estados y trabaja arduamente en el crecimient­o y fortalecim­iento del Estado paralelo conservado­r en Chihuahua. En el tiempo que lleva gobernando, Maru Campos se ha asegurado de apoderarse de todo el aparato judicial. Ante esto surge la pregunta, ¿César Duarte en qué Estado habita? Para responder hay que preguntars­e ¿si cualquier hijo de vecino comete un delito es encerrado en las celdas comunes o es aislado? Sabemos que en las prisiones gobiernan las pandillas y su vida está en riego, pero no se le aísla ¿cómo se explica entonces que a Duarte se le aísle y tenga privilegio­s? Es claro que forma parte de este Estado paralelo conservado­r, lleno de complicida­des y de privilegio­s…

Defender al INE actual sólo se explica por qué temen perder su control. Nadie en su sano juicio puede comprender que los panistas, que robaron la elección de 2006, hablen de defender la democracia, o que Roberto Madrazo, quien gastó 72 millones de dólares en la elección a gobernador de 1994 y “ganó” la maratón de Berlín, hable de democracia. El INE actual no sólo sirve para cubrir sus fechorías, sirve también para anular candidatos a Morena, si éste lleva mucha ventaja. El INE sirve para soportar el engranaje del Estado paralelo conservado­r.

Es urgente desmantela­r este Estado paralelo conservado­r, es ilegal, pero seguirá existiendo mientras los aspiracion­istas a fifís, esos que llaman López al presidente, sigan votando por quienes los desprecian.

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