¿Qué pasará en la frontera cuando EU suspenda el Título 42?
Ante el temor xenofóbico y racista que promueven y aprovechan los políticos radicales antiinmigrantes en el país del norte con sus campañas millonarias, –– y quienes propagan una visión casi apocalíptica de miles de migrantes traficantes, enfermos, pandilleros, sucios, etc.–– cruzando por la fuerza en oleadas imparables y caóticas hacia el norte, muchos se preguntan qué va a pasar ante la próxima suspensión del Título 42 este 21 de diciembre.
Según los promotores del miedo, miles y miles de personas cruzarían la frontera en ‘estampida’, violando las leyes de los Estados Unidos y colapsando sus instituciones migratorias, como en una película de terror.
Al menos es lo que promueven estos anuncios disfrazados de noticia que salen frecuentemente en Youtube.
Para los estadounidenses monolingües y monoculturales que viven a 20 millas o más de la frontera sur, esta visión no solo es posible, sino probable. Por décadas, la extrema derecha y los supremacistas blancos se han encargado de ello.
Pero, según el gobierno estadounidense, esta propaganda es insensata y no refleja la realidad.
Lo que viene: El Título 8
El Departamento de Seguridad de los Estados Unidos (DHS) anunció el pasado martes que, una vez que se suspenda el Título 48, entrará en vigor de nueva cuenta el Título 8 de la Ley de Inmigración. “Estamos activando nuestros planes”, dijo Blas Núñez-neto, subsecretario interino del DHS.
El Título 8 permite a los migrantes solicitar asilo en los puertos de entrada, sin embargo, también da la protestad al gobierno para deportar, e incluso imponer penalidades a quienes no cumplan con los requisitos y sean considerados inadmisibles en los Estados Unidos. La ley permite solicitar asilo, pero también incluye la deportación acelerada y la repatriación de migrantes dentro de las posibilidades. Entre los planes se incluirán medidas para reducir los tiempos de procesamiento, pero también se aplicarían represalias a quienes crucen la frontera sin documentos legales.
“Estados Unidos intentará trabajar con México y otros países para enfrentar a los coyotes y traficantes de personas”, dijo Núñez. Según el oficial, la administración del presidente Joe Biden conversa con otros gobiernos regionales para poder deportar a los migrantes venezolanos hacia terceros países. “Es algo que vamos a seguir haciendo”, dijo.
La principal diferencia entre el Título 42 y el 8 es que el anterior obliga a las autoridades a trasladar a los indocumentados a centros de detención durante varias horas, mientras el Título 42 permite deportar a los migrantes en 15 minutos y sin posibilidad para el asilo.
“Hay más de 23 mil agentes en la frontera y hemos incrementado significativamente nuestra capacidad de detención para poder transportar a los migrantes y deportarlos”, declaró Núñez.
Para concluir, ni la administración Biden, ni el nuevo Congreso entrante de ligera mayoría republicana, van a facilitar la entrada de los inmigrantes. Al contrario, los procedimientos seguirán siendo difíciles, burocráticos, lentos y estresantes. Los centros de detención y procesamiento seguirán a tope, y solo algunos cuantos lograrán su sueño americano; probablemente no sin antes vivir un infierno.
Por lo tanto, ni habrá un caos apocalíptico esta navidad, ni ingresarán masas de migrantes con posibilidades de residir legalmente en Estados Unidos.
Eso sí, por lo general, los métodos y leyes que proponen los demócratas para frenar la migración son, ––obviamente, a sabiendas de que lo hacen porque les puede convenir en épocas de elecciones–– más humanitarios que aquellos de los candidatos que representan la extrema derecha radical, que siempre enfoca sus campañas en el miedo, echándole la culpa a los inmigrantes latinoamericanos de todos los males sociales que aquejan al país.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos ha sido claro: si cruzan ilegalmente o si no siguen las instrucciones para solicitar asilo, lo más probable es que sean deportados.
Falta ver de qué manera responde el presidente de México, quien recientemente anunció una invitación no confirmada aún para reunirse con sus homólogos de los Estados Unidos y Canadá el próximo enero en la Ciudad de México, ante los problemas ocasionados por las miles de deportaciones que se esperan el año entrante, y que, desafortunadamente, parece que llegaron para quedarse.
El Título 8 permite a los migrantes solicitar asilo en los puertos de entrada, sin embargo, también da la protestad al gobierno para deportar, e incluso imponer penalidades a quienes no cumplan con los requisitos y sean considerados inadmisibles en los Estados Unidos”