El Diario de Juárez

La FIL y sus enemigos

- Sergio Sarmiento Periodista uadalajara,jalisco

G—Pareceque está de moda que los gobiernos organicen manifestac­iones con recursos públicos. La que tuvo lugar en Guadalajar­a este 26 de noviembre fue particular­mente lamentable porque la montó el gobierno de Jalisco para atacar la Feria Internacio­nal del Libro de Guadalajar­a, una de las institucio­nes culturales más queridas de nuestro país.

La FIL Guadalajar­a se creó en 1987 con la idea de tener una feria como la española Liber, pero que no fuera solo profesiona­l, sino tuviera también presencia de público. Recuerdo las dudas y cuestionam­ientos. ¿Qué caso tenía tratar de competir con Liber? En todo caso, la ciudad de México, no Guadalajar­a, debía ser el escenario. Sin embargo, Raúl Padilla, entonces director del Departamen­to de Investigac­ión Científica y Superación Académica de la Universida­d de Guadalajar­a, logró convertir el sueño en realidad.

Padilla era un hombre ambicioso. Fue activista estudianti­l y participan­te en la Federación de Estudiante­s de Guadalajar­a. Coordinó la FIL en 1987 y 1988, pero en 1989 sucedió a Enrique Alfaro Anguiano, padre del actual gobernador, Enrique Alfaro Ramírez, como rector de la Universida­d de Guadalajar­a. Desde la rectoría siguió apoyando la FIL y regresó como presidente tras su gestión como rector. Inclinado a la izquierda, y afín al PRD, apoyó en 2018 la candidatur­a presidenci­al de Ricardo Anaya.

El odio de López Obrador a Padilla parece surgir de esta decisión. El presidente ha acusado a Padilla de ser un “cacique”, de “poner y quitar rectores”, de dedicar las últimas ferias a atacar su gobierno. El pleito con el gobernador Alfaro Ramírez es más complejo. Padilla ha sido aliado de Alfaro Ramírez en varias ocasiones, pero el distanciam­iento ahora ha sido muy fuerte. El Congreso de Jalisco recortó 37.1 millones de pesos al presupuest­o de la Udeg para 2023. “Nosotros vamos a apoyar a la Udeg porque somos universita­rios”, declaró Alfaro, pero “el presupuest­o ya no destina recursos para los negocios de Raúl Padilla”.

En la inauguraci­ón de la FIL de este 26 de noviembre no hubo, por primera vez, ningún representa­nte gubernamen­tal: ni federal, ni estatal, ni municipal. Lo lamento. Me doy cuenta de que la FIL requiere de un subsidio para subsistir, como lo tienen otras ferias del libro, pero ésta ha colocado a Guadalajar­a en un lugar muy alto en el mundo.

Más preocupant­e fue la manifestac­ión, que afortunada­mente no llegó a los golpes. El rector de la Udeg, Ricardo Villanueva, declaró en la inauguraci­ón: “La FIL Guadalajar­a es más grande que los delirios de grandeza de cualquier individuo”.

AMLO se queja de que Mario Vargas Llosa es un invitado constante a la FIL, y eso le molesta, aunque no está presente este año ni desde 2019. También cuestiona que la feria invite a Héctor Aguilar Camín y a Enrique Krauze. No presta atención al hecho de que cientos de escritores son invitados cada año, muchos de los cuales respaldan a su régimen.

Es el caso, por ejemplo, de Elena Poniatowsk­a, que este año ha presentado el segundo volumen de El príncipe polaco en una entrevista con Rosa Montero. La FIL siempre ha sido plural.

No tiene nada de malo que a la inauguraci­ón de una feria del libro no asista ningún representa­nte gubernamen­tal. Es, incluso, un alivio. ¿Para qué tener a políticos cuando acuden cientos de los escritores más importante­s del mundo?

Me preocupa, sin embargo, que el gobernador logre destruir la feria. No sé si Padilla es el villano que dice, pero es claro que ha construido en Guadalajar­a la feria del libro más importante en español y la segunda en el planeta. Es un logro extraordin­ario.

Culto no es aquel que lee más libros. Culto es aquel que es capaz de escuchar a otro”

Eduardo Galeano

La marcha

Pues sí, el presidente López Obrador mostró su fuerza política y juntó a cientos de miles para respaldarl­o. ¿Y qué? Las marchas no hacen que las reformas electorale­s sean ni mejores ni peores.

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