Así las cosas con la marcha
Para cualquier gobernante recibir el apoyo popular es imprescindible para mantener vigente su carrera política. Entendiendo que entre más heterogénea la composición del apoyo, más contundente será.
Por supuesto que debemos tomar en cuenta las múltiples formas en que un apoyo puede mostrarse, siendo válido desde un comentario en una red social hasta la asistencia a un mitin, o bien acudiendo a una marcha en el lugar donde ésta se lleve acabo. Las muestras de apoyo pueden darse en un tema en específico o sobre la gestión en general del gobernante.
Esto que les comento, queridos lectores, tiene que ver con la marcha que se llevó a cabo el día de ayer domingo 27 de noviembre en la CDMX, con motivo del informe del gobierno del presidente Andrés López Obrador.
La asistencia de delegaciones de participantes de prácticamente todos los estados de la República fue determinante para ser una de las mayores marchas en la historia de nuestro país. Soy una persona seria y precisamente por eso no quiero caer en una guerra de cifras aventurando números que en este momento no se pueden comprobar, además de que eso no contribuye en nada al desarrollo político y social de la nación. Las expresiones a favor y en contra deben tener el mismo valor en dignidad.
Tampoco es prudente entrar en el terreno de las descalificaciones, Esas que solamente dividen y fomentan bandos donde forzosamente unos ganan y otros pierden. Me gusta pensar en positivo y darle mérito a las personas que de una manera u otra han contribuido para que exista una mayor y mejor cultura política en todos los ámbitos de la sociedad.
Personalmente estoy convencido que a lo largo y ancho del país existen muchas personas que apoyan abiertamente al presidente Andrés Manuel López Obrador y su gestión, desgraciadamente, muchos de ellos no tienen manera de hacer un viaje hasta la CDMX, mucho menos gastar en hospedaje y alimentación, por lo que no veo reprochable que se les brinden las facilidades necesarias, siempre y cuando no se realicen con dinero público.
Mal haríamos en comparar esta marcha con la ocurrida hace unas semanas, los fines fueron distintos y los motivos no compaginan unos con otros, lo que es innegable incluso para los más acérrimos detractores del gobierno de la cuarta transformación, es que el poder de convocatoria del presidente sigue siendo el de un gran líder social y político.
Tampoco podemos hacer de lado el análisis político de una marcha tan grande como la que se llevó a cabo ayer, esto es una clara muestra del músculo político del presidente y de la capacidad de movilización del partido Morena. Sin caer en el error de anticipar eventos y pronosticar situaciones, estamos ante la posibilidad de convertir el logro de una marcha en un esfuerzo electoral, y lo repito para no crear confusiones es una posibilidad solamente.
Tanto el presidente como los organizadores y promotores de la marcha deben estar satisfechos de los logros conseguidos, pero también debemos ser conscientes que en una vida social tan dinámica como la que vivimos en nuestro país, los triunfos pasados e incluso los presentes, no aseguran los triunfos del futuro.
Sin duda esta marcha dará para análisis y discusiones durante los próximos días y tal vez semanas, lo que todos debemos dejar por sentado es que no debemos aprobar o descalificar a priori, algunos estarán a favor y otros están en contra, pero lo verdaderamente importante es que se necesita de todos para construir un país más generoso y noble con todos, pero especialmente con aquellos más vulnerables.
Queridos lectores, les invito a que veamos los puntos buenos y malos con prudencia, con un análisis imparcial y frío, sin caer en la trampa de las descalificaciones, pero tampoco renunciando a nuestros principios y valores.