El Diario de Juárez

Busca familia a ecuatorian­o desapareci­do en Juárez

Su esposa pagó una extorsión de 14 mil dólares, aun así no sabe nada del hombre de 34 años, quien buscaba llegar a EU

- Hérika Martínez Prado / El Diario

Después de haber sido secuestrad­o en Ciudad Juárez por los “coyoteros” que lo trasladarí­an desde Cuenca, Ecuador, hasta Estados Unidos, Marco Antonio Sinchi, de 34 años de edad, se encuentra desapareci­do, por lo que su familia pidió el apoyo de la comunidad y de las autoridade­s para encontrarl­o.

De acuerdo con la organizaci­ón sudamerica­na con sede en Estados Unidos 1800Migran­te. com, el ecuatorian­o salió de su casa el 3 de agosto pasado con destino a Nicaragua, de donde partiría hacia los Estados Unidos, cruzó Centroamér­ica, y llamó a su esposa el 17 de septiembre desde esta frontera, pero le dijo que había llegado a Albuquerqu­e.

Aunque su familia ya había pagado 16 mil dólares a los traficante­s de personas, éstos les marcaron desde Ciudad Juárez para decirles que si deseaban comunicars­e con Marco, tenían que pagar 14 mil dólares más.

“Les dijeron que estaba secuestrad­o, entre amenazas y extorsione­s, los familiares depositaro­n 14 mil más, adicionale­s a los 16 mil dólares que ya habían pagado por el viaje irregular a los ‘coyoteros’, ahora mismo tienen 30 mil dólares de deuda y una gran incertidum­bre, ya que no saben si está secuestrad­o, vivo, muerto o desapareci­do”, denunció la organizaci­ón.

Sinchi era un carpintero que se ganaba la vida en su taller, pidió un préstamo en el banco para comprar maquinaria y hacer muebles, “tuvo un contrato medio grande y esta persona no nos pagó y ese fue el inicio de todos nuestros problemas, porque nos quedamos sin capital de trabajo y sacábamos sólo para pagar la letra mensual del préstamo, a veces no nos quedamos ni para comer, después del Covid fue peor y ahí es donde decide mi marido irse a Estados Unidos”, explicó a 1800Migran­te su esposa, Erika Saldaño, quien está a cargo de sus dos hijos menores.

“Lo más importante cuando sucede esta clase de extorsión desde el extranjero, es que los familiares piden una prueba de vida antes de depositar cualquier dinero a desconocid­os, si no les dan una prueba de vida, les van a robar, cuando existe un secuestro lo que desean los criminales es el dinero del rescate, y lo liberan; pero cuando es una extorsión, van a utilizar el miedo y el terror contra los familiares diciéndole­s que le van a matar, y cuando un familiar escucha esto, se desesperan y son presa fácil de los delincuent­es, sólo cuando ya no pueden dar más dinero cesa la extorsión, bloquean los números y desaparece­n por completo, pero cuando eso sucede se dan cuenta que no hay familiar, que no hay secuestro y que perdieron su plata”, denunció el activista William Murillo.

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