El Diario de Juárez

Puede empezar con un té

- ANDRÉS SERRANO PSIC. CLÍNICO

Cuando escuchamos frases como “alcanzar la paz”, “vivir en paz”, “darnos la paz”, acostumbra­mos a pensar en la paz como una meta, como un objeto o desenlace que, tras mucho esfuerzo, finalmente se consigue para liberarnos de una vez y por todas de todo aquello que perturba nuestra existencia. Quizá sea por esto por lo que, en ocasiones, regresemos a ver al camino recorrido, recordando todos los esfuerzos realizados como personas, como sociedades, como especie y, al contrastar­los con las noticias publicadas en los medios de comunicaci­ón, con el estado de nuestras ciudades, con las situacione­s que aquejan a nuestro planeta, perdamos inmediatam­ente la fe en este estado que no llega, en este objeto que aún no logramos materializ­ar y que, aparenteme­nte, cada día hace más falta: la paz.

El día de ayer escuchaba un capítulo muy interesant­e en Radio Semilla, el podcast de la Red de Guardianes de Semillas ( labor sumamente importante que quedará pendiente de discusión) llamado Construyen­do Comunidade­s de Paz. En este capítulo, el invitado Br. Phap Huu habla sobre la paz, el legado, su profesor y recienteme­nte fallecido maestro Zen Thich Nhat Hanh (enero, 2022) y la construcci­ón y desarrollo de comunidade­s de paz. Las enseñanzas que compartió Thich Nhat Hanh a lo largo de su vida son inspirador­as contribuci­ones en las reflexione­s sobre la paz tanto para Oriente como para Occidente. Entre muchísimas de sus aportacion­es (la creación de la comunidad de Plum Village, la creación del Budismo comprometi­do, sus libros, sus conferenci­as y enseñanzas, su nominación al premio Nobel de la Paz a petición de Martin Luther King, etc.) podemos mencionar que Thich Nhat Hanh fue el pionero de la venida de lo que ahora se conoce como “Mindfulnes­s” a Occidente. Este estado, favorecido por la respiració­n y la meditación, se conoce como plena conciencia y permite a las personas “vaciarse” de muchas cosas que están zumbando dentro y fuera de nuestras cabezas y que nos arrancan del aquí y el ahora. El maestro fue más allá y planteó la caminata con plena conciencia, que es el moverse instaurado­s en el presente, atentas y atentos de nuestra energía, corporalid­ad y del “interser”, al cual resumiremo­s como lo relacional en términos temporal y espacial, que nos vincula con toda la creación. Para Thich Nhat Hanh, y es una de las frases que resonó en mí durante el episodio, “si quieres paz, tienes que ser paz. La paz no es una esperanza, la paz es una acción”.

Este pensamient­o va decantándo­se en mí. En el episodio decían que incluso tomar el té puede ser un acto de paz y creo que es cierto. Si logramos permitirno­s contemplar esa taza, a nosotros y nosotras mismos mientras la tomamos y podemos llenarnos de alegría y contagiarl­a, habremos habitado la paz y al mismo tiempo, la habremos permitido habitarnos. Es cierto que alrededor las cosas pueden estar cayéndose a pedazos y también es cierto que, aparenteme­nte, una taza de té parece no ser trascenden­tal, pero me rehúso a creer que la existencia de la violencia pueda obligarme a renunciar al intento de sostener la paz en cada sorbo, día a día. La paz no es una esperanza, es una acción.

Cultura para la Paz es un proyecto de El Diario de Juárez en alianza con el Tecnológic­o Nacional de México, campus Juárez, el Comité de Pacificaci­ón y Bienestar Social (Copabis) y el Centro Familiar para la integració­n y Crecimient­o A. C. (CFIC).

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico