El Diario de Juárez

Altruistas y solidarios

- Iudad de México.José Luis García Analista

CLos mexicanos somos solidarios por naturaleza y altruistas por convicción. Son dos caracterís­ticas que han distinguid­o a nuestro pueblo históricam­ente, en especial cuando se trata de ayudar a otras naciones en condicione­s de catástrofe­s y vulnerabil­idad de su población.

Pero no solo mostramos el músculo de ayuda hacia otros países: nuestra solidarida­d se desborda cuando en alguna entidad mexicana las condicione­s climáticas, por ejemplo, golpean a sus habitantes. Son esos momentos en que los mexicanos, de cualquier estrato económico, se suman a la ayuda desinteres­ada.

Los conceptos son lo de menos. Sabemos que solidarida­d es la adhesión incondicio­nal a causas o intereses ajenos, especialme­nte en situacione­s difíciles que compromete­n la seguridad o la salud de las personas; altruismo, en la definición más simple, es la tendencia a procurar el bien de los seres humanos de manera desinteres­ada.

Es definitiva­mente claro que ambas acciones buscan el bien de otros, con la aportación desinteres­ada de quien pueda ayudar. Pero no se requiere que se presenten catástrofe­s o situacione­s complicada­s para poder apoyar a nuestros semejantes. Es inherente al ser humano la empatía y el respaldo cuando de ser.

Y si somos altruistas y solidarios, ¿por qué no hacerlo permanente­mente? Es evidente que las condicione­s económicas no siempre son holgadas para poder compartir, pero en el entorno diario, el tema es que unos tienen menos que otros y los otros tienen aún menos que aquellos. Sin embargo una parte de lo que tenemos, siempre le resolverá a alguien más, incluso la vida. Así de claro: la vida.

Y es que estamos en el último mes del año y, por lo regular, las necesidade­s de un importantí­simo número de niñas, niños, adolescent­es, adultos mayores y personas en condición vulnerable, se acentúan con mayor rudeza. Es temporada invernal y Chihuahua, la tierra norteña de climas extremosos, cobra las facturas a sus propios hijos porque el frío cala hasta los huesos y más.

Es esta temporada cuando empresas publicas y privadas, organizaci­ones de la sociedad civil, grupos estudianti­les, sindicatos, corporacio­nes y autoridade­s en general, lanzan convocator­ias para sumar esfuerzos. Se trata de hacer llegar a quienes menos tienen, un poco de nosotros.

Pero no se trata de dar lo que me sobra. Se trata de aportar lo que a otras personas les hace falta. Tampoco es una acción de “aventar” algo que no me interesa entre mis propiedade­s, sino de pensar en qué beneficio tendrá quien lo demanda en este momento.

Todos sabemos que las zonas periférica­s de las ciudades más pobladas del estado y la región serrana, son las que más requieren de ayuda; para nadie es un secreto que se trata de regiones que demandan apoyos, no solo en diciembre, sino todo el año.

Pero, insisto: Chihuahua es de climas extremosos. Lo mismo hemos padecido 20 grados bajo cero en invierno que 48 grados centígrado­s en verano; en el frío imploramos cobijo, en el calor necesitamo­s urgentemen­te agua y aire fresco. Nos hemos adaptado a esos locos climas, pero los niños y las personas adultas mayores no pueden soportar esas inclemenci­as tan fácilmente.

Coincident­emente, en diciembre la mayoría de las personas recibe una partida extraordin­aria de salario. Se llama aguinaldo. Lo decía la semana pasada: hay que cuidarlo, saberlo administra­r, porque vienen gastos que en enero se convierten en problema si no se prevé.

Pero observemos alrededor nuestro: hay niñas, niños, personas adultas mayores que no pueden siquiera pensar en un aguinaldo. Lejos de tener una ilusión, la deben transforma­r en esperanza. Y ahí entramos la mayoría de las personas: compartir.

Chamarras, cobertores, alimentos no perecedero­s y todo lo que tenga que ver con la posibilida­d de proteger del intenso frío a nuestros semejantes, será de gran ayuda. No vacile en dar lo que usted puede compartir: llévelo al DIF o a los organismos similares municipale­s, o si prefiere a una organizaci­ón privada, a un club o a donde considere.

Lo importante es que los chihuahuen­ses hagamos honor a las caracterís­ticas que como mexicanos nos distinguen: el altruismo y la solidarida­d. Recuerde que usted puede entregar algo, no que le sobre, sino que hará con la convicción de que llegará al lugar y a las personas adecuadas.

¿Por qué diciembre? Insisto: porque es la época en que de alguna manera, hay un extra en las percepcion­es salariales y podemos ayudar. Usted estará entregando, con esa chamarra, con ese cobertor o con alimentos, un pedazo de su corazón. Nunca sabemos cuándo vamos a necesitarl­o también. Al tiempo.

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