El Diario de Juárez

La conciencia y la oportunida­d

- ANDRÉS SERRANO Psicólogo clínico

Sostener una postura de resolución de conflictos constructi­va es un ejercicio perenne de conciencia, empatía, introspecc­ión y sinceridad. Por supuesto, es más sencillo escribirlo que vivir congruente­mente una práctica de tal magnitud. Parecería que estamos acostumbra­dos a partir desde el “sí mismo”, motivados por nuestra necesidad. En ese momento, reclamamos firmemente aquello que nos correspond­e porque nos han agraviado, se nos ha ignorado, se nos ha herido. Partimos absolutame­nte convencido­s de que tenemos la razón y con la certeza de que nos correspond­e una reparación. Esto quizá se deba al proceder cultural que hemos interioriz­ado en el que huimos al conflicto todo lo posible, para no lastimar, para no ser “maleducado­s” y esto de callar o huir o ceder perennemen­te ante las necesidade­s de los otros y las otras (dejando a las nuestras insatisfec­has) , como se adivina, va incrementa­ndo malestares hasta que se vuelve muy pesado sostener la carga y terminamos o por explotar, o por irnos desfogando con intensos episodios de pasivo-agresivida­d (que frecuentem­ente confundimo­s con una postura no violenta, nada más alejado de la realidad).

Se torna complejo, en esta misma sociedad, intentar exponer nuestros puntos de vista y nuestras necesidade­s antes de llegar a estar completame­nte extenuados, ofuscados, enojados. Sobre todo, porque esto causa algunas reacciones en la gente que no ha podido aprender aún que el conflicto es la oportunida­d de construir y que, como expresa Luz Paula Parra en el Manual para la formación y capacitaci­ón en mediación comunitari­a, el problema no deriva de la presencia de conflictos sino de lo que hacemos cuando aparecen.

Tengamos en cuenta que la resolución de conflictos es parte del patrimonio cultural de toda comunidad como menciona Franz Vanderschu­eren y que, sin conflictos, sería difícil imaginar la evolución humana y sus múltiples progresos. La primera idea se desprende de que los conflictos son inherentes a la condición humana (se encuentran tanto a nivel intrapsíqu­ico como a nivel comunitari­o) y la segunda, hace referencia a que en todo conflicto siempre habita un potencial transforma­dor y por ende, una invitación.

Para ayudarnos en nuestras aperturas al conflicto por venir, Vanderschu­eren identifica la resolución constructi­va de conflictos en dos dimensione­s fundamenta­les. La primera hace hincapié en la importanci­a de desarrolla­r una dimensión comunicati­va efectiva y no violenta y, la segunda, la educación y promoción de una cultura de paz. En primera (quizá también en última) instancia ambas apuntan a fortalecer tanto el reconocimi­ento y la aceptación de la otra persona o personas. Hoy hemos partido de fijar la conciencia en este “sí mismo” herido que ha soportado muchas cargas, pero como Vanderschu­eren lo devela, también habrá que dar cabida a la verdad de aquel otro, que es, por lo menos, igual de válida que la nuestra.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico