MARTE NECESITA INSECTOS
En dado caso de que los humanos lleguen a vivir en el planeta rojo, requerirían más que un pedazo de suelo para cultivar sus alimentos
Esos insectos comen vorazmente y casi de todo, si uno los alimenta bien, van a generar mucho estiércol”
Hellen Elissen
Investigadora de la Universidad Wageningen
Al principio sólo se trataba de una flor, aunque Emmanuel Mendoza, un estudiante de la Universidad de Texas A&M, había trabajado duro para ayudarla a florecer.
Cuando esa cosa con cinco pétalos surgió de su colección de plantas de chícharos a finales de octubre, y luego crecieron más flores y hasta vainas de chícharos, pudo ver también, un poco mejor, que el futuro podría pronosticar que puede existir otro mundo a millones de millas de retirado de la Tierra. Eso no será cualquier planta de chícharos. Algunas fueron cultivadas en el suelo para imitar el regolito inhóspito de Marte, una mezcla de rocas erosionadas y granuladas y minerales que cubren la superficie de ese planeta.
A ese simulado regolito, Mendoza le agregó fertilizante –el desecho que deja después que la larva de una mosca negra termina de comer y digerir, básicamente estiércol–.
El objetivo de Mendoza y sus colaboradores era investigar si ese estiércol y los insectos que lo crearon podrán ayudar algún día a los astronautas a cultivar alimentos y manejar los desechos en Marte.
La larva de esa mosca podría consumir los desechos orgánicos de los astronautas, procesarlos y convertirlos en estiércol, que podría ser utilizado como fertilizante para convencer a las plantas de crecer en ese suelo extraño.
Los humanos podrían comer plantas y hasta alimentos elaborados con esa larva, produciendo más desechos para que continúe el ciclo.
Aunque esa no sería finalmente la manera en que los astronautas van a cultivar alimentos en Marte, ellos tendrán que cultivar comida.
“No podemos llevarnos todo”, comentó Lisa Carnell, directora de la División de Ciencias Biológicas y Físicas de la NASA.
Pero los cultivos no sólo requieren de un pedazo de suelo, un poco de agua y los rayos del sol. También necesitan ingredientes muy animados: los insectos, como las moscas negras y microorganismos que mantienen esos sistemas ecológicos funcionando en orden.
Un viaje a Marte para una larga estadía, no sólo involucrará a los humanos. También involucrará un seguimiento en el que la gente no piensa cuando se imagina a valientes exploradores poniendo un pie en nuevos mundos.
Actualmente, cuando uno va al espacio se parece más a un prolongado viaje para acampar”, comentó Scott Parazynski, exastronauta de la NASA, quien pasó casi dos meses en el espacio.
Los astronautas llevan comida congelada y productos para mejorar el sabor, como salsa caliente.
Jardines marcianos
Para quedarse durante un largo período de tiempo en la superficie de Marte, los astronautas no podrán depender de sus alacenas espaciales.
Necesitarán tener jardines marcianos y esos necesitarán un poco de ayuda –tal vez de la larva de la mosca negra y de sus excreciones–.
“Esos insectos comen vorazmente y casi de todo, si uno los alimenta bien, van a generar mucho estiércol”, comentó Hellen Elissen, investigadora de la Universidad Wageningen en Holanda.
En los últimos cinco o 10 años, los científicos empezaron a usar el estiércol –que es rico en nitrógeno, potasio, fósforo y también bacterias– como fertilizante.
El material también contiene quitina, de los cuerpos de los insectos, y materia orgánica.
Pronto, surgió la idea de tener un sistema completo. Las larvas pueden comerse los desechos de alimentos de los astronautas y producir estiércol para fertilizar la mala tierra de ese lugar, que luego producirían plantas de alimentos.
Luego, la larva podría ser colocada en el suelo como una fuente de proteína, que los astronautas –o animales que podrían traer consigo– podrían consumir.
Ciclo de alimentación
“En este sistema, los humanos alimentarían a las moscas, las moscas a las plantas y animales y las plantas y animales a los humanos”, comentó Mendoza.
Ellos decidieron probar las capacidades del fertilizante de estiércol en los chícharos, plantados en suelo marciano simulado.
En un regolito simulado, se mezcló el estiércol con el suelo marciano simulado en diferentes proporciones, para ver si les gustaba a los chícharos.
Durante un experimento piloto, esas combinaciones van desde cero estiércol y todo lo demás de regolito hasta todo el estiércol sin regolito, abarcando ciertos porcentajes entre ellos.
Luego, el grupo comparó el crecimiento de esas plantas con los vegetales producidos en plantas de suelo para el consumo, también fertilizado con varias porciones de estiércol. Después de esa prueba, disminuyeron el rango, tratando los porcentajes de estiércol de cero a 50.
“Los chícharos tienen un desempeño igual tanto en suelo marciano como en una maceta”, comentó Noah Lemke, estudiante de Texas A&M.
De cualquier manera, los humanos tendrán que tener y vivir con esa compañía, junto con algunos insectos que son tan pequeños que no se pueden ver, a cualquier lugar que vayan más allá de la Tierra, porque es la única manera de sobrevivir allá y hacerlo lo más parecido a la Tierra, un planeta en donde pululan ricos nutrientes.