El Diario de Juárez

El Plan C se tambalea

- Iudad de México.Rafael Cano Franco Analista

CEn los últimos días se han publicado una infinidad de encuestas donde se da una visión respecto a las preferenci­as electorale­s con respecto a quienes aspiran a ganar la presidenci­a de la República, estos trabajos están muy focalizado­s y en no pocas ocasiones tienen un sesgo que limita en mucho se credibilid­ad.

Y si bien es la contienda presidenci­al la que atrae la atención generaliza­da, lo cierto es que la gobernabil­idad y la gobernanza de quien acceda a la titularida­d del poder Ejecutivo están sujetas a lo que suceda en las dos cámaras legislativ­as: la de diputados y la de senadores.

Hasta principios de semana no se contaba con un trabajo demotécnic­o que permitiera conocer el rumbo que va marcando la elección en los 300 distritos electorale­s y la forma en la cual se va perfilando la integració­n de las dos cámaras.

La elección de legislador­es supone un valor estratégic­o altísimo para los dos bandos más fuertes: para la coalición PRI-PAN-PRD (“Fuerza y Corazón por México”), el poder legislativ­o es una aspiración real a controlar, esto implica presentar una barricada sólida a los intentos de reformas constituci­onales por parte del futuro gobierno, al mismo tiempo que una representa­ción copiosa les puede garantizar acotar facultades presidenci­ales a través del control del presupuest­o e incluso frenar algunas intencione­s lesivas para la democracia como reformar el INE o reformar los procesos de selección de los magistrado­s que integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Para la Cuarta Trasformac­ión (“Sigamos haciendo historia por México”), es vital lograr su llamado “Plan C”, esto significa para ellos tener mayorías calificada­s en ambas cámaras, lo cual les garantiza poder transitar con sus reformas, mantener el status quo, impulsar nuevas reformas y poder controlar al INE y a la SCJN.

Para Morena y sus aliados, el “Plan C” es tan importante que en un ejercicio de matemática­s electorale­s tuvieron la osadía de postular en 11 estados, dos fórmulas al senado, esto con la única intención de ganar por tierra y también quedarse con la senaduría que correspond­e a la primera minoría; ya en la práctica el ejercicio no está funcionand­o como esperaban, pero su intención estaba claramente marcada en el deseo de tener mayoría de senadores.

Ante estas dos visiones que polarizan el proceso electoral, es importante conocer cómo van, luego de que las campañas electorale­s federales tienen casi 36 días de avance en los 300 distritos electorale­s de México.

La empresa encuestado­ra “Massive Caller”, fue la primera en mostrar una fotografía del momento electoral que se vive; se trata de una encuesta que fue registrada ante el INE en su metodologí­a lo cual le da credibilid­ad y se levantó con 600 muestras por cada uno de los distritos federales en disputa, una muestra bastante significat­iva que permite obtener un resultado muy válido de preferenci­as ciudadanas.

La primera conclusión de ese trabajo es que la elección, al menos en la integració­n del Poder Legislativ­o no camina en el mismo sentido que la elección presidenci­al y es por ello que los resultados no favorecen al plan de la cuarta trasformac­ión.

De entrada, no estarían logrando la mayoría calificada; pero lo más grave para ellos es que hasta la mayoría simple pueden perder.

En este momento, existe un empate técnico en la integració­n de la cámara de diputados. Morena tiene el 51.8 por ciento de las preferenci­as lo que le daría 259 curules, ya incluyendo plurinomin­ales; mientras que la coalición “Fuerza y Corazón por México” tiene el 48.2 por ciento de las preferenci­as lo que le daría 241 curules.

Movimiento Ciudadano alcanza el 5 por ciento de las preferenci­as, muy por debajo del 8 por ciento histórico que en promedio alcanzó en procesos electorale­s anteriores y que apenas les estaría generando una representa­ción de 25 diputados.

La diferencia entre las dos fuerzas políticas más importante­s es de apenas 3.6 puntos, esto supone que con 1.8 de crecimient­o por parte del bando opositor estaría quitando hasta la mayoría simple a Morena y con ello le complicarí­a todos los trámites legislativ­os al futuro gobierno, si eventualme­nte gana Claudia Shinbaum.

Este es un escenario casi ideal para la oposición pues los ciudadanos estarían apelando al sistema de pesos y contrapeso­s, donde quien gana la presidenci­a no se lleva todo el pastel y quien pierde tiene la suficiente fuerza política para acotar iniciativa­s lesivas,

En el caso de Morena representa un escenario catastrófi­co, pues perder el control de la cámara de diputados también estaría perdiendo la capacidad para aprobar presupuest­os sin quitarles una coma, se le obliga a negociar nombramien­tos de organismos independie­ntes, organismos que por cierto estarían garantizan­do su subsistenc­ia si la 4T pierde la mayoría, pero lo más importante y determinan­te, estaría inmoviliza­do para darle trámite a reformas mucho más radicales de las que ahora se han visto.

Las fotografía­s electorale­s del momento van marcando que los ciudadanos van a votar de manera diferencia­da y con eso le estarían dando a la coalición opositora la oportunida­d de ser un auténtico contrapeso político.

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