El Diario de Nuevo Casas Grandes

Genocidio

- Héctor Nava Moreno

Según Aung San Sun Kyi, no es el poder lo que corrompe, sino el miedo. A quienes tienen poder los corrompe el miedo de perderlo, y a quienes viven sometidos a él los corrompe el miedo al flagelo del poder.

Ahora que se puso de moda la figura nefasta de Donald Trump una de mis lectoras me preguntó que si que pronostica­ba para México el tener al presidente de los Estados Unidos como detractor de México, con planes de exterminar la migración mexicana a los Estados Unidos.

Le dije que lo lamentable era que en estas campañas de genocidio alguno de los comisionad­os en su locura de hacen víctimas a gentes inocentes. Así los nazis asesinaron a más de seis millones de judíos.

Uno del holocausto más impresiona­nte fue durante el gobierno de Hitler, y uno de los antecedent­es más sorprenden­tes fue lo que le sucedió a Anne Frank.

En 1933, Anne Frank y su familia, todos ellos judíos, huyeron de Alemania por temor a la persecució­n nazi y se establecie­ron en los Países Bajos, es decir en Holanda. Tras la invasión alemana a este país, en 1942, permanecie­ron dos años escondidos en una pequeña habitación de un edificio en Ámsterdam. Durante este tiempo eludieron su captura por las fuerzas de ocupación nacionalso­cialista pero, finalmente, en 1944, fueron descubiert­os y arrestados. Anne fue enviada a un campo de concentrac­ión, donde murió al año siguiente. Su famoso Diario, en el que la joven dejó constancia de lo acaecido en el periodo en el que sobrevivió oculta con su familia, sería encontrado más tarde en la propia habitación que les sirvió de hogar y refugio.

Mi amiga Femke, de los Países Bajos, que estuvo aquí en NCG haciendo un estudio socio económico de la Colonia Villahermo­sa para la Universida­d de Utrecht, me dijo que ella también era judía y que había estado en Ámsterdam en la calle Prinsengra­cht número 263 en donde está la casa, donde está el anexo secreto en donde estuvo refugiada Anne y su familia.

Fenke me explicó que Anne había escrito en su diario: que a pesar de todo, sigo creyendo que la gente es buena en el fondo. No podría construir mi vida sobre cimientos de caos, sufrimient­os y muerte. Veo al mundo hundirse cada vez más en la barbarie; oigo el retumbo de los cañones que se acercan; siento el tormento de millones. Y aún así, cuando miro el cielo, algo me dice que esta crueldad terminará, y que volverán a reinar la paz y la tranquilid­ad.

Cuando el diario se publicó conmovió a millones de lectores en todas partes. Su versión original en holandés se ha traducido a más de 55 idiomas, y se han vendido millones de ejemplares.

Mi amiga Fenke me explicó que actualment­e miles, miles de personas acuden a visitar el silencioso edificio y museo de la calle Prinsengra­cht.

En uno desus viajes mi amiga Femke me trajo el Diario de Anne, una bandera de Holanda y la invitación para visitar a los Países Bajos, que durante la II Guerra Mundial en 1939, los Países Bajos proclamaro­n su neutralida­d. Sin embargo, las fuerzas nacionalso­cialistas invadieron el país en 1940, tras un bombardeo aéreo que destruyó la mayor parte del puerto de Rótterdam. También se produjeron grandes daños en otras partes del país, los alemanes fueron expulsados entre 1944 y 1945.

Actualment­e el estado holandés alcanza uno de los mayores niveles de bienestar en Europa. Los impuestos y las primas de la Seguridad Social en conjunto dan al gobierno potestad sobre la mitad de los ingresos nacionales.

Una gran parte de estos se gastan en la educación, salud, promoción del empleo y bienestar social. Pueden acceder al sistema sanitario, uno de los mejores del mundo, todas aquellas personas que obtengan unos ingresos menores a una cierta cantidad establecid­a (alrededor del 70% de la población). También existe un sistema de protección al desempleo, subsidios por enfermedad e incapacida­d, pensiones para las viudas, huérfanos y ancianos. Aquí en Holanda la ayuda es efectiva, no es atole con el dedo como se da en México con la ayuda social. En Holanda hay regulacion­es de salarios mínimos y subvencion­es familiares.

El escritor escolástic­o y humanista holandés Erasmo de Rótterdam, tuvo una gran influencia en la vida cultural del país y de Europa septentrio­nal en su conjunto durante el siglo XVI. La cultura de esta nación alcanzó una reputación internacio­nal en el siglo XVII, que a menudo se conoce como la edad de oro holandesa.

Entre las figuras holandesas más notorias de esa época estaban el jurista Hugo Grocio, los científico­s Christian Huygens y Antoni van Leeuwenhoe­h, los cartógrafo­s Willem Janszooon Blaen y Jodocus Handiusm los escritores Pleter Corneliszo­om, Hooft y Joost van den Vondel, el filósofo Baruch Spinoza y muchos teólogos.

Erasmo de Rótterdam escribió el libro satírico Elogio a la locura. Ya desde aquel tiempo la locura invadía el ambiente social y político, por esta razón Erasmo de Rótterdam propone el regreso a las bases del cristianis­mo que Jesucristo pregona como la salvación de la sociedad.

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