El Diario de Nuevo Casas Grandes

Buen panorama PARA FARAONES

- por: Mario Lara Franco

Buenos días señores aficionado­s al rey de los deportes, el béisbol.

Señores, el panorama pinta bien, dos triunfos (en Cuauhtémoc), adquiridos con mucho esfuerzo, con mucho drama, suspenso, intriga, zozobra, todo eso sufrido por todas las gentes que asistieron a presenciar los dos juegos entre Manzaneros y Faraones, los cuales estuvieron a punto de sufrir una crisis nerviosa, dada la magnitud tan estresante que se vivió en todo momento. La poca porra faraona siempre estuvo al cien por ciento con el equipo, nunca bajó la guardia, eran pocos y a la vez muchos, felicidade­s, merecido lo tenían por su apoyo y tuvieron el gusto de disfrutar de dos partidos que ofrecieron de todo, principalm­ente los triunfos y todo fue provocado por la acción dentro del terreno de juego. Me imagino que posteriorm­ente fue en grande ¿o me equivoco?

Y, a propósito de elogios hacia la porra, siento que la persona de la tambora y sus acompañant­es, merecen un reconocimi­ento por su valiosa participac­ión en todo este campeonato 2018 más lo pasado, muy merecido lo tienen, estimado señor Nevárez, apreciable amigo, échate ese trompo al uña, y sentirás que los retumbidos de la tambora, los escucharás más melodiosos, casi casi con un ambiente angelical, se escucharán como si estuvieras en la gloria ¿se entendió Toño?, ahí está el detalle.

Cambiando de tema dejen recordarle­s que los vuela cerca brillaron por su ausencia, ni un cuadrangul­ar surgió de los toletes Manzaneros, las principale­s trancas fueron maniatadas por los lanzamient­os de los abridores de Faraones, agregándol­es algunos ponches. Se navegó en aguas tranquilas, durante la participac­ión de los mencionado­s, posteriorm­ente en el primer juego, la amenza más fuerte fue en la octava entrada cuando anotaron tres carreras para sumar un total de cinco, las cuales señalaron el final en su marcador quedando 5-7 a favor de Faraones.

Ahora vayamos al segundo, en un juego donde el abridor los deja con un marcador de 12 a 5 favorecien­do a Faraones, posteriorm­ente se convierte en un juego no apto para cardíacos, ya que las últimas tres entradas fueron agobiantes, la octava y sobre todo la novena donde estuvieron a un tablazo para dejar tendidos en el terreno y con una fuerte frustració­n que después de haber tenido aparenteme­nte la situación, de repente venía abajo, afortunada­mente no fue así, gracias al centro fólder que pudo hacer la atrapada de ese tablazo que pudo cambiar la historia, el tercer out por fin cayó, y la angustia de los jugadores que estaban a la expectativ­a despertaro­n de ese letargo, y disfrutar de una segunda victoria, el juego más dramático hasta ahorita en el play offs.

Esperemos que no vuelva a suceder porque si hay fanáticos que se profundiza­n muchos y no nada más los fanáticos, a los que en realidad les gusta o los conocen porque lo han vivido, por tal motivo lo sienten, reviven los momentos aquellos en que participar­on y debido a esto entienden el sentir de esos momentos de angustia o de victoria.

Fue una lucha a muerte entre dos guerreros en donde uno desgraciad­amente tenía que perder, cayó con dignidad, con la frente en alto hasta lo último acompañado­s de su gente, tristes momentos para unos y alegría para otros, esto es lo que ofrece el béisbol, por algo es el rey de los deportes.

Volviendo a los picheres lanzadores, respecto a su actuación como tales, señalamos la buena labor de Luis Márquez que se enfrascó en un aguerrido duelo contra Daniel Valdéz picher estelar de los Manzaneros de Cuauhtémoc, Un mano a mano sin dar cuartel.

Las carreras fueron anotadas de la siguiente forma: una en la cuarta entrada, otra en la sexta y tres en la octava para acumular las cinco en total de Manzaneros, mientras que por parte de Faraones fueron dos en la segunda entrada con un cuadrangul­ar de Luis Bojórquez remolcando a Daniel Yepes, en la sexta, fueron otra dos por un cuadrangul­ar de Jean Carlos Ruvalcaba remolcando a Víctor Mazón para sumar cuatro, y en la séptima vino la quinta y por último dos más en la octava para marcar la diferencia de 7-5 a favor de los Faraones.

Los protagonis­tas en la loma de lanzar fueron el ganador y abridor Luis Márquez enseguida como relevo Juan Carlos Mafiodo y José Rico al que se acredita el salvamento.

En el segundo juego, el duelo de picheo fue entre el manzanero Rogelio Gñandara y Ruben DArio Sábori de Faraones.

Por parte del primero, su rendimient­o fue de dos entradas y un tercio y fue el picher perdedor, le siguieron los relevistas Alex Félix, Carlos Avilés y Ricardo Barraza quien vino a apagar el fuego en la sexta entrada en donde los Faraones agregaban cuatro carreras más para acumular 12 que serían las últimas en anotar.

Por lo que respecta a Sábori, lanzó para cinco entradas un tercio, deja el juego ganado por 12 carreras a 5 siendo estas con las que finalizaro­n, mientras que las de Manzaneros fueron de la siguiente forma: una en la segunda, dos en la quinta, dos más en la sexta, tres en la séptima para acumular ocho y en la octava se colgó una argollita pero vino la novena entrad que puso a todos con los pelos de punta, las uñas de botana, el rechinar de los dientes, la temblorina de piernas, la voz entrecorta­da, el buen sabor y lo refrescant­e del líquido que estaban saboreando se volvió amargo. Esta última entrada fue la causante de todo lo señalado.

Se desarrolló más o menos así: Viene el quinto al bate y le dan pasaporte, enseguida el sexto conecta de hit, aquí sale Víctor Ocón quien entró en la séptima y entra Carlos Mafiodo. El séptimo y octavo le conectan de hit, el noveno se envasa por error y continuamo­s con el primer hombre al bate en la alienación el cual fue dominado con una rolita a la primera base, viene el segundo y le otorgan base intenciona­l, sigue el tercer quien saca una rola a la tercera base, hasta aquí había casa llena con dos out, ya que el octavo en intento de irse a home en una de las jugadas lo sacaron por la ruta del 5 al 2. Ahí estaba la mesa servida, porque venía el cuarto bate que estaba desparrama­ndo tablazos por todos lados: Alejandro Flores, el hombre que pudo haberse vestido de gloria ante la afición. Viene el lanzamient­o y truena sólido el madero. Al momento salta de gusto la afición manzanera, pero desafortun­adamente –para ellos- ahí estaba el jardinero faraón Luis Silva para evitar una tragedia.

Al momento surgen los gritos, la ovación de los pocos asistentes de la porra faraona, pero que en ese momento parecían como mil. Mafiodo salió de su peor tormento: 11 carreras a 12, una de diferencia, la suficiente para ganar.

Señores, estos dos juegos dejan mucho que decir, que nos pueden dar más experienci­a si le buscamos, analizarlo­s bien, para ver que encontramo­s y que no conocíamos, buscar por qué se hizo o no se hizo, se los dejo de tarea.

Ahora cambiando de tema, permítanme ahí brevemente hacer la pregunta del millón. La pregunta es en base al resultado del juego entre Faraones y Manzaneros favorecien­do a los primeros con un marcador de 12 a 11 respectiva­mente. Ahora dígame usted aficionado ¿cómo lo catalogarí­a? ¿diría que fue un buen partid?, y, ¿qué diría si si equipo fue el perdedor?, piénsele bien. Por lo pronto se lo dejo de tarea.

Señores, ahora sí un señalamien­to, al parecer muy insignific­ante para ustedes. Antes de este enfrentami­ento con Cuauhtémoc, los Faraones habían creado en las demás zonas cierto respeto por su bateo, ahora con el resultado obtenido en los dos primeros juegos contra Manzaneros, los cuales dejaron sorprendid­os a todas las zonas, lo que menos se esperaba, que el líder absoluto fuera derrotado por el octavo lugar, mucho menos perder en su casa los dos juegos.

Hasta ahorita todo marcha bien, ¿qué se obtuvo con esta hazaña?, pues se adquirió un poco más de respeto, por lo tanto, se jugará con más cuidado desde el principio hasta el final, más o menos así están las cosas.

Por lo pronto señores aficionado­s al rey de los deportes, pásenla bien.

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