El Economista (México) - Turismo
EL PODER FINANCIERO DEL TURISMO
La ciudad atrae a viajeros de negocios de todo el mundo y es sede de los más vanguardistas centros de convenciones de Canadá
Es la capital de servicios financieros de Canadá y el centro financiero de más rápido crecimiento en América del Norte, que emplea a 222,400 personas en la región
TORONTO, Canadá. Cuesta 4 dólares, equivalentes a unos 60 pesos mexicanos, un hot dog en un food truck de las calles de la ciudad. En México, el mismo perro caliente no vale más de 15 pesos.
La diferencia de precios de un alimento clásico callejero no es casual, sino signo de una economía potente que ha sabido crecer con base en salarios unas 17 veces superiores que los ofrecidos en México.
Se ve que la ciudad más cosmopolita y moderna del país de la hoja de maple ha sabido aplicar bien las recetas de libre mercado que prometen atraer turistas internacionales.
El ambiente de progreso se percibe en construcción y renovación constantes. Abundan grúas y excavaciones donde se ponen los cimientos de nuevos edificios de oficinas, comercios o departamentos. La imagen de la capital de Ontario es la misma que la Ciudad de México proyecta, aunque en menor extensión territorial, en la zona de Nuevo Polanco.
Materiales como aluminio y concreto dominan el panorama, mientras que ladrillo rojo y madera escasean en el estilo arquitectónico de Toronto, ciudad que se fundó y comenzó a construir con estos dos últimos materiales hace 225 años por comerciantes ingleses procedentes de Estados Unidos.
“Toronto es una ciudad emocionante y dinámica, donde actividades y eventos únicos y eclécticos están sucediendo en torno a cualquier esquina. Si estás aquí por vacaciones familiares o viaje de negocios,
tenemos lo necesario para cumplir con tus expectativas”, dice Johanne R. Bélager, presidente y CEO de Tourism Toronto.
En la metrópoli la gente camina velozmente sobre las banquetas para llegar puntualmente a citas de trabajo o negocios, pero también, entre semana, antes de mediodía, se agolpan decenas de personas jubiladas en torno a diversos teatros para ver escenificaciones ligeras, que hacen sátira de la monarquía del Reino Unido.
A pie, en automóvil, metro subterráneo o tranvía, los habitantes se trasladan dentro de la metrópoli que el año pasado fue sede de 951 congresos, convenciones y eventos en que participaron 400,000 delegados y generaron ganancias de 634 millones de dólares.
Al mismo tiempo, se hicieron reservaciones de 934 congresos y convenciones para los próximos años, entre las que destaca la convención de Amway China, en el 2020, a la que acudirán alrededor de 10,000 agentes de ventas.
“Los indicadores de crecimiento futuro para la economía de los visitantes siguen siendo fuertes, y eso beneficia a la gran región de Toronto y a las 329,000 personas que trabajan en las industrias relacionadas con el turismo”, expresa Bélager.
CULTURAS NO MEZCLADAS
Aunque las estadísticas de las oficinas de turismo en Toronto no tocan el tema, en las calles es evidente una división de trabajo basada en el color de piel. La multiculturalidad existe, pero no amalgamada.
Se observan taxistas, albañiles o guardias de seguridad privada mayoritariamente de origen latino, africano o árabe. En contraste, ejecutivos de bancos, hoteles y empresas tienen apariencia anglosajona.
En las calles, además, sólo hay letreros de negocios y sitios públicos en idiomas inglés o francés, a pesar de que el progreso económico de la ciudad cuenta con una base no europea de la pirámide laboral.
SIETE AÑOS DE VACAS FLACAS
Stephen Harper, otrora primer ministro canadiense, estableció en el 2009 una medida sorpresiva: los mexicanos tenían que tramitar visa para ingresar al país. Esto causó tensiones diplomáticas entre ambos países y un descenso dramático en el número de turistas nacionales interesados en visitar el país del norte.
La época de vacas flacas para el turismo mexicano terminó en diciembre del 2016, cuando Justin Trudeau, sucesor en el cargo de Harper, dio marcha atrás a la medida proteccionista y permitió nuevamente la entrada de connacionales a la nación cuya capital es Ottawa.
“Ahora que fue quitada la restricción de visa, se ha incrementado la cantidad de turistas mexicanos que ha llegado a Canadá. Recibimos muchos viajeros de negocios procedentes de México. Hoy más que nunca existe una gran relación de amistad entre ambos países”, comenta Shaun Pearson, director de ventas y mercadotecnia del hotel InterContinental, en Yorkville, Toronto.
Las cifras oficiales avalan la percepción de Pearson, pues de acuerdo con Tourism Toronto, apenas el año pasado la cantidad de visitas de mexicanos se elevó en 72 por ciento.
CONVENCIONES ENTRE DINOSAURIOS
Formas prismáticas, cristalinas, que simulan formaciones de minerales, constituyen el aspecto exterior del Museo Real de Ontario, mejor conocido como ROM (por su sigla en inglés). Sin embargo, en su interior hay exposiciones de fósiles de animales de más de 250 millones años de antigüedad, además de tesoros arqueológicos de culturas milenarias.
Precisamente su vocación cultural y científica convierten a este lugar en un sitio único en Canadá para la realización de reuniones, convenciones o exposiciones. Esqueletos de dinosaurios o esculturas de civilizaciones antiquísimas llaman poderosamente la atención en las galerías donde empresarios organizan eventos.
“Con sus colecciones permanentes y exhibiciones especiales el Museo Real de Ontario ofrece un lugar inigualable para el cultivo de negocios, recepciones y eventos para recaudar fondos”, informa el departamento de eventos del recinto.
Ya sea que en mente esté una cena para 10 personas, una gala para 500 o una fiesta para 4,000 invitados, el ROM cuenta con espacios en donde se experimenta el ambiente cultural de una gran galería.
“El ROM organiza eventos privados sobre una base comercial (es decir, alquiler). Esto es similar a lo que hace el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York”, explica David McKay, coordinador de comunicación del recinto de arte e historia natural.