El Economista (México) - Autos
EL FAVORITO DE SIEMPRE
El séptimo descendiente de esta dinastía regresa con motores turbocargados y un diseño específico. La familia crecerá con las versiones GLI y Trendline.
Nadie pone en duda que fue uno de los modelos más representativos del mercado mexicano, sino el que más. En una época en la que la competencia no era tan agresiva con infinidad de marcas y modelos que ponían en riesgo su trono, el Jetta fue el rey del segmento, un monarca que lo dominaba a placer y que se dio el lujo de convertirse en un auto aspiracional casi como si se tratara de un premium.
Pero desde hace algunos años las cosas cambiaron totalmente. Primero con el minucioso estudio que hicieron las marcas japonesas para encontrar sus contados puntos débiles y, más recientemente, con el desembarco de las coreanas que apostaron con ricos equipamientos y tentadores precios. Juntas se adjudicaron buena parte del segmento y pusieron al Jetta en un terreno donde nunca antes había estado. Claro que también pecó de soberbio con claras desventajas que el mercado no le perdonó y que aún ahora siguen presentes en la mente de muchos compradores como el arcaico motor 2.5 litros con apenas 170 caballos de potencia que destacaba por su alto consumo y sus aletargadas prestaciones y qué decir del exceso de plásticos (muchos de ellos rígidos y de negativo tacto) que empañaron a la pasada generación. Por tanto, eran muchas las áreas de oportunidad en las que la nueva generación tenía que superarse, no sólo en términos de diseño, calidad de acabados o en tacto al volante. Pues más importante era recuperar a sus antiguos entusiastas que terminaron por bajarse de él para experimentar otras ideas. De sus detractores no hay mucho qué decir, siempre existirán aquellos que lo satanicen sin ni siquiera haberse subido o quienes digan que es mucho peor en manejo sin haber hecho kilómetros con el conocido motor 1.4 litros TSI que ahora la marca dispone para los exponentes mexicanos. Sí, es cierto que no hay ni siquiera como opción la posibilidad de montar el 1.8 litros turbo o la transmisión DSG que sí ofrecen en Estados Unidos o que el eje trasero mantiene su arquitectura de ele rígido torsional, pero tampoco debemos olvidar que uno de los responsables directos en las estrategias de equipamiento para contener los precios es el peso y su alta volatilidad.
Poco a poco te contaré de sus bondades, pero también de varios aspectos a los que la marca deberá poner atención si no quiere quedar mal parado frente a sus rivales.
VENTAJA COMPETITIVA
Desarrollado sobre la popular plataforma MQB, la séptima generación de Jetta tiene más espacio y capacidad de cajuela para ofrecer. Recordemos que la MQB
será la base para 60% de los modelos de la marca en el 2018 y que eso se debe a su gran versatilidad y capacidad de adaptación para diferentes segmentos y tamaños.
En el caso del Jetta 2019 sus propiedades se traducen en un largo de 4,691 milímetros por 1,799 de ancho y 1,469 de alto; la distancia entre ejes es de 2,686 milímetros. En este primer contacto en Los Cabos, Baja California Sur, pude apreciar sus propiedades en cuanto a habitabilidad, incluso con las butacas delanteras puestas muy hacia atrás, la segunda fila aún tiene centímetros para disponer a favor de sus ocupantes.
Al volante mantiene la sensación de un vehículo fácil de conducir sin peligrosos puntos ciegos que pongan en riesgo la integridad nuestra y del auto. Al frente, la caída del cofre facilita la visión mientras que a los lados la incorporación de una nueva aleta entre los postes C y D da más confianza al mirar hacia los costados para cambiarnos de carril.
CAMBIO AL PRESENTE
En términos de imagen exterior para muchos es una vaga reinterpretación de su primo Audi A4, mientras que para otros es una extrapolación de los principios de diseño de la marca. En mi opinión denota una evolución clara de trazos plasmados en la generación 6 sobre todo considerando la transformación hacia los nuevos faros hexagonales, a una parrilla más grande y con menor ángulo de inclinación. Lo mismo sucede por los lados con las remarcadas líneas tanto de los hombros como de la parte inferior de las puertas o en la cajuela con la reinterpretación de las calaveras y las dos salidas de escape.
Por lo que respecta a diferencias entre versiones hay que comenzar señalando que por el momento se comercializarán los paquetes Comfortline, R-Line y Highline. Las diferencias van desde el diámetro de los rines que puede ser de 16” y 17”, la presencia de un techo panorámico o la incorporación de luces de niebla en el frontal. De serie en estas tres versiones es la iluminación Full Led, tanto delanteras como las calaveras.
MEJORA SUSTANCIAL
La primera sensación fue la de un cambio positivo a favor de mejores acabados, presencia de materiales de mayor calidad y con notables ajustes en lo que se refiere a ensamble y armado entre piezas. Las versiones puestas a disposición de la prensa nacional correspondieron a R-Line y Highline, por lo que llenan a la vista los diferentes tonos y materiales empleados.
El diseño del tablero, desde el clúster y con la clara continuación hacia la consola central, obligan a recordar el Virtual Cockpit de sus hermanos como el Golf R que se vende en Europa; las formas del contorno y su acabado piano black de inmediato te llevan hacia modelos como ése. Habrá quien de inmediato opine que esto es un punto en contra porque
claramente no dispone del equipamiento de otros mercados, pero habrá quienes consideren que esto es una ventaja porque enriquece todo el conjunto visualmente.
El volante es de tres brazos y multifunción, aunque no hay, ni siquiera en el paquete Highline, la presencia de paletas de cambio para la trasmisión automática.
Una vez más las versiones determinarán el equipamiento que gozarán los ocupantes. Por ello, la Comfortline dispone de una pantalla Composition Color de 6.5” sensible al tacto con App Connect, bluetooth, iPhone Controller y seis bocinas. Para las R-Line y Comforline, los monitores aumentan su tamaño a 8”, también sensibles al tacto con control de voz.
Algunas propiedades en cuanto a equipamiento delimitado por versiones son el Climatronic, el botón de encendido Push to Start, acceso sin llave, luz ambiental configurable con 10 colores, entre otros.
TURBO DIVERSIÓN
Seguramente el apartado que más comentarios generará es el del tren motor. Se aplaude que hayan quedado en el baúl y encerrados bajo llave los prehistóricos motores de aspiración natural de 4 y 5 cilindros para dar paso al socorrido motor 4 cilindros turbo de 1.4 litros de desplazamiento.
Llevar bajo el cofre este bloque garantiza un bajo consumo (siempre que no se abuse del acelerador y de la diversión que proporcionan este tipo de motores) y de que no hagamos que tanto motor como transmisión se asocien para exprimir hasta la última gota de desempeño. Volkswagen de México señala un promedio de 19.7 km/l, aunque todos sabemos que esas cifras son producto de pruebas controladas y en laboratorio. Habrá que llevarlo a entornos diferentes como el tránsito en ciudad, a una mayor altitud como la de la Ciudad de México o a ciclos de conducción que combinen autopistas con avenidas.
Durante los dos turnos al volante y a lo largo de poco más de 150 kilómetros, puedo decirte que el 1.4 litros TSI va bien con el auto. Si bien es cierto que la transmisión no es la deseada DSG o al menos la automática de 8 cambios que se vende en Estados Unidos, sí cumple con su función de darle algo más que la capacidad de moverse al Jetta 2019. Son seis relaciones con dos programas: D y S, así como con la opción de hacer cambios manuales. A esta Tiptronic se suma una Manual también de seis velocidades.
Por lo que respecta a la suspensión y la controversial configuración con eje rígido torsional, no hay más que señalar que transmite confianza, que va muy bien para un auto de corte familiar y que redunda en una amplia cajuela que supera los 500 litros de volumen, con lo que se convierte en una de las más grandes del segmento. Durante la prueba recorrí una zona con buen número de curvas, de diferente grado y peralte, sin contar que el pavimento en algunas no era el mejor. No hace sino comunicar solidez y aplomo es común en autos de corte alemán, tan bueno es su comportamiento que en mi caso se centró más mi atención en la dirección de ajuste electromecánico y su sobre asistencia. Entiendo que está pen- sada en mayores estándares de confort, pero a un ritmo de velocidad más alto sí adolece de mayor dureza.
El sistema de frenos sólo considera la aplicación de discos en las cuatro esquinas. Un punto más que juega a favor de Jetta y del que parece que sus detractores no son capaces de reconocer. De haber sido lo contrario más de uno lo hubiese crucificado.
En materia de seguridad de serie se montan los frenos ABS, el control electrónico de estabilidad, control de tracción, distribución electrónica de frenado y la asistencia para arranque en pendiente. Por diferencias de equipamiento está el bloqueo electrónico de diferencial XDS para los R-Line y Highline.
MÁS VERSIONES
Por el momento, Jetta se ofrecerá en los tres paquetes antes mencionados, pero los directivos de la marca precisaron que en el futuro a corto y mediano plazos se incorporará una versión de entrada así como una más deportiva que recurrirá a las siglas GLI.
La buena noticia es que queda totalmente descartada la opción de que la versión de entrada recurra a un motor de aspiración natural. Por lo que se refiere al GLI es casi un hecho que tendrá un upgrade mecánico en el que estará presente el motor 2 litros turbo, cuya potencia ronda los 210 caballos de potencia y que podría llegar asociado a un cambio DSG. Pero eso se confirmará en los próximos meses.
De igual forma Jetta 2019 convivirá por algunos meses con la generación pasada, permitiendo un mayor rango de acción para diferentes presupuestos.