El Economista (México) - Autos
Tiguan R-Line
Con un conjunto más atrevido, esta versión especial de Tiguan va por quien necesita funcionalidad, pero con una imagen agresiva. La deportividad se nota en cada centímetro
Requerir un auto familiar y eficiente ya no será aburrido para algunos. La imagen agresiva llega para este SUV.
La comercialización de este SUV ha resultado un éxito para la marca a nivel global. Tan sólo el año pasado se colocó entre los 10 autos más vendidos en el mundo. En México ocurre lo mismo y cada día es más fácil encontrarse un ejemplar en las calles. Por esta razón y aprovechando el buen momento, Volkswagen lanzó en México la versión R-Line que se distingue por un equipamiento exclusivo en el que destaca la idea deportiva que transmite su exterior.
CON HISTORIA
El Tiguan tiene 10 años en el mercado nacional, al que llegó co- mo un deportivo utilitario con un carácter agresivo de tintes premium. El 2008 fue el año en el que se introdujo en México y desde entonces se colocó como un SUV con uno de los mejores desempeños. Basta recordar que el motor 2 litros turbocargado lo había heredado directamente del GTI. Cuatro años después, recibió el primer facelift, mientras que en el 2013 el motor turbocargado de 1.4 litros se colocó por primera vez bajo el cofre. La primera edición R–Line llegó en el 2014 y fue bien recibida gracias a que el paquete estético de su momento la hizo rejuvenecer.
La nueva versión R–Line sufrió un reacomodo dentro de la estrategia de Volkswagen porque ya no es una versión tope como lo fue en su momento la primera; por el contrario, ahora se acomodó entre las versiones Comfortline y Highline. Recuerda también que la denominación R–Line sólo apunta a una mejora en la imagen en la que no se altera en lo absoluto la mecánica. Justamente ésa es la razón de la división R, como el Golf R, que se ofrece con mejoras en términos de prestaciones.
ESPECIAL
Sus dimensiones no tienen cambio alguno, por lo que sus 4,701
milímetros de largo sirven como base para la imagen deportiva que caracteriza al R–Line. En el frontal comienza a notarse el estilo con molduras y otros embellecedores sobre la fascia y que van en color negro. La parrilla ostenta el logo R–Line, mientras que por el lado funcional las luces principales se valen de la tecnología Full Led; es decir, desde las de posición, cortas y altas. Los faros niebla también se incluyen en este paquete.
Por los costados se aprecian mejor los estribos, pues destacan una distancia menor al piso, a ellos se suman los rines de aluminio de 19” con el diseño Sebring, los rieles portaequipajes en negro, luces led para las intermitentes en los espejos y calaveras también con led en la parte trasera.
SÓLO PARA CINCO
El habitáculo destaca por elementos que son de serie en la versión más alta. El primero de ellos es el techo panorámico que llama la atención por sus dimensiones, ya que alcanza a la segunda fila así como por su iluminación ambiental. La tapicería es de piel, mientras que los asientos delanteros tienen el diseño top-comfort y ofrecen sistema de calefacción. Esta versión sólo se ofrece con la configuración de dos filas de asientos. En la consola central una pantalla táctil de 8” es la encargada de administrar a los diferentes sistemas. Ya ofrece las herramientas de Android Auto y Apple CarPlay.
IDÉNTICO
Como te conté, el motor de 4 cilindros TSI se mantiene intacto con sus 150 caballos de potencia, asociado a una transmisión DSG de 6 relaciones. Tampoco hay retoques en la suspensión, por lo que el eje delantero continúa con el esquema McPherson, mientras que en el posterior el conjunto multibrazo sigue haciendo un excelente trabajo para dotarlo del control y estabilidad que caracterizan a esta generación del Tiguan.
En seguridad, el balance se pone a su favor con seis bolsas de aire, detector de cansancio, frenos ABS, control de estabilidad, control de tracción, sistema de bloqueo electrónico de diferencial, así como distribución electrónica de frenado.