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ISLA DE LAS AVES

Cerca de la capital del país, este parque recreativo tiene diferentes actividade­s para sus visitantes. La aventura 4x4 nos llevó a cruzar profundos ríos

- Redacción autos@eleconomis­ta.mx

La aventura de esta semana llevó a los expedicion­arios a cruzar ríos en un paraje ubicado en el Estado de México.

La última aventura nos llevó hasta el estado de Durango y sin temor a equivocarm­e la declaro como una de las más atractivas en lo que va del año. Sin embargo, la enorme distancia a recorrer para quienes partimos desde el centro de la República demandó mucha resistenci­a y por tanto, al final resultó algo extenuante.

NO TAN LEJOS

Para equilibrar la lista de sitios a visitar en cuanto a lejanía, preparamos una ruta en el Estado de México que impactó a los aventurero­s por su singularid­ad y nivel de dificultad. Se trató de la Isla de las Aves, un sitio turístico ubicado en el municipio de Atlacomulc­o y que se encuentra a aproximada­mente dos horas con 10 minutos desde la Ciudad de México. En este parque recreativo, que está en medio de la presa José Trinidad Fabela, además de poder observar aves de distintas especies como palomas o gallinas de guinea, también se pueden realizar actividade­s como camping, senderismo o renta de cabañas.

Una de las ventajas de este sitio es que al haber diferentes actividade­s los miembros de cada tripulació­n tuvieron más opciones de diversión además de la propia ruta. A las 9 de la mañana del sábado pasado salimos desde la Hacienda la Purísima con rumbo al poblado de Santiago; después de 20 minutos de

trayecto abandonamo­s la vía para dirigirnos a nuestro destino a través de un camino de terracería. Entre lodazales, hoyos profundos y zanjas, el uso de la reductora fue inminente, la suspensión articulaba al máximo para no perder piso y con la asistencia del bloqueo de diferencia­l (el cual acopla las dos flechas al mismo tiempo) aseguramos evitar la pérdida de tracción.

Luego de los primeros ejercicios, los integrante­s de esta travesía hicimos un alto para comer en medio de un ambiente de amistad y convivenci­a. Luego del descanso y para terminar el día los equipos se alistaron para cruzar lagunas y ríos, donde fue esencial el equipamien­to adicional como el snorkel o contar con el sellado de partes dieléctric­as. Las inmersione­s superaron los 1.40 metros de profundida­d. La expedición se dio por terminada cuando llegamos al hotel sede alrededor de las 10 de la noche y tras haber superado incidentes como dos vehículos con llantas ponchadas y un motor con problemas por entrada de agua.

CÓMO CONDUCIR POR UN RÍO

La profundida­d determinar­á si es necesario contar con snorkel; si supera los 70 centímetro­s será obligado equipar la toma de aire elevada. Al cruzar la velocidad debe ser constante, para que la ola que generamos no vuelva contra nosotros y suba por el cofre, lo que supondría un riesgo de entrada de agua. A eso hay que sumar el avanzar en la misma dirección de la corriente engranando la primera marcha de preferenci­a. Si antes de sumergirno­s tuvimos mucha actividad con el vehículo, lo mejor es dejar enfriar el motor. Una vez superado el río es necesario presionar el pedal del freno en varias ocasiones mientras avanzamos lentamente para secar los discos y las pastas de freno.

La ruta superó los 115 kilómetros de distancia y estuvo dirigida una vez más por Gorila, el Jeep preparado por Mopar

El parque está a poco más de dos horas de la Ciudad de México. Cada tripulació­n escogió actividade­s de recreo adicionale­s

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