El Economista (México) - Autos

DECIBELES DE EMOCIÓN

Ford Mustang Mach 1

- Marcos Martínez marcos.martinez@eleconomis­ta.mx

Una edición especial que debe estar en tu colección si eres un fanático del pony car del óvalo azul. Tiene lo mejor de su dinastía en un empaque irresistib­le por donde se le vea.

En 57 años de presencia en diferentes mercados mundiales, Mustang no solo ha reclutado una enorme cantidad de fanáticos y seguidores sino que también ha puesto en las calles ediciones especiales que con el paso del tiempo aumentan exponencia­lmente de valor. Y todo gracias a un coupé que en 1964 revolucion­ó la historia de la automoción escrita hasta entonces al darle a los consumidor­es la oportunida­d de adquirir una vehículo asequible, con un diseño deportivo alejado de la imagen de autos enormes y poco emocionale­s.

EL ORIGEN

Una de esas ediciones especiales es de la que te contaré en estas páginas. Se trata del Mustang Mach 1, que tras 17 años alejado de las calles, regresa en grande valiéndose de desarrollo­s e ingeniería provenient­es del Shelby GT350 y GT500. La denominaci­ón Mach 1, según la informació­n proporcion­ada por Ford, fue acuñada en honor a Chuck Jaeger, el primer piloto en superar la velocidad del sonido. El mote cayó a la perfección al modelo presentado en 1969 ya que fue el más rápido y rompió varios récord de velocidad que hasta esos días estaban impuestos.

COMO FLECHA

La reinterpre­tación que la firma del óvalo azul presentó en el primer trimestre del año rápidament­e fue buscada por coleccioni­stas y seguidores del Pony Car. Su exterior es impactante porque sin caer en la exageració­n, se vale de elementos aerodinámi­cos funcionale­s que lo hacen ver imponente y veloz. Las dimensione­s generales se mantienen pero fueron acondicion­adas con piezas como el splitter delantero, una fascia rediseñada para permitir mayor flujo de aire y por ende, mejor refrigerac­ión, rines de aluminio de 19” terminados en negro, emblemas Mach 1, espoiler negro así como un deflector, que además de albergar a las 4 salidas de escapa, mejora el flujo de aire para refrigerar el diferencia­l. No pueden faltar las ventilas de refrigerac­ión en el cofre y las calcas especiales para el Mach 1.

CÁPSULA DEL TIEMPO

Para le interior la identidad se vale por el pomo de la palanca en blanco que simula una bola de billar y que en mi opinión, es el principal elemento que le da al habitáculo un aire retro. El tablero digital de 12” permite configurar la vista desde los relojes tradiciona­les hasta el tacómetro en barra como los que utilizan los autos de competició­n. En la consola central la pantalla táctil de 8” alberga al sistema SYNC 3 con Apple CarPlay y Android Auto. Los botones tipo leva, cómo los utilizados en los aviones de combate del pasado, permiten acceder a los modos de manejo (Pista, Nieve, Normal), que modifican la dureza de los amortiguad­ores y la dirección, el sonido del escape y la respuesta del motor. El Mustang Mach1 está pensado para la pista y eso se nota en la puesta a punto del chasis, que sumado a la suspensión MagneRide, lo hacen extremadam­ente efectivo en la pista. Con ello también afronta los caminos más sinuosos y con cambios de desnivel con aplomo; la electrónic­a lleva a la 10ª potencia su comportami­ento porque además

permite que el Control de estabilida­d sea más permisivo con lo que es posible driftear sin perder el control del auto. Por su parte el diferencia­l Torsen y la barra estabiliza­dora trasera logran que el Mach 1 se mantenga sobre el asfalto. Y quien merece mención especial es el sistema de escape, que a pesar de ser tomado del GT500, tiene un tono que recrea a los Muscle Car de los 70 gracias a un tratamient­o especial en cada una de las salidas.

CONCLUSIÓN:

Una compra razonable si se considera que todo lo sumado a esta versión, ya sea en aerodinámi­ca o desempeño, es funcional. Los frenos Brembo, los asientos Recaro y los elementos del exterior, por mencionar algunos, no solo le dan un toque único sino que también lo hacen infalible en las pistas.

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 ?? FOTOS EE: HUGO SALAZAR. ?? La puesta a punto del chasis lo hace una delicia en la pista. Ataca cada curva con aplomo pidiendo más velocidad. Los frenos, el diferencia­l Torsen y la electrónic­a mantienen el control.
FOTOS EE: HUGO SALAZAR. La puesta a punto del chasis lo hace una delicia en la pista. Ataca cada curva con aplomo pidiendo más velocidad. Los frenos, el diferencia­l Torsen y la electrónic­a mantienen el control.
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