El Economista (México) - Autos
EN LA MISMA RUTA DE CRECIMIENTO
El suplemento Autos acompaña al desarrollo de la industria automotriz al informar sobre los sucesos más relevantes. Un rápido repaso sobre los hechos históricos más recientes confirma el dinamismo del sector y su importancia en la economía del país.
La industria automotriz mexicana es uno de los cimientos más fuertes de nuestra economía. Crea miles de empleos directos e indirectos, sembró la semilla de un creciente sector de proveedores de autopartes y sus efectos llegan a todas las actividades económicas de nuestro país. El suplemento Autos El Economista desde hace poco más de 16 años muestra al lector los sucesos más importantes como la llegada de nuevos modelos, pruebas de manejo para orientar al comprador de un vehículo así como elaborando investigaciones sobre el acontecer de este sector. Hoy Autos El Economista llega a la edición 1,000 y para ello te presentamos un recuento de la Industria Automotriz Mexicana y algunos de hechos que la han marcado en su historia reciente.
En entrevista para Autos El Economista, Guillermo Rosales, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, hizo un resumen del desarrollo industrial automotriz en México.
Fue el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, el que detonó el crecimiento de este sector. En los años anteriores las condiciones económicas del país no fueron las ideales a lo que se tenía que sumar un mercado automotriz reducido. “En 1988 lo que enfrentábamos en México era una crisis financiera y política muy importante con un mercado todavía denominado Cerrado. La producción en aquel tiempo se circunscribía a 5 marcas y por lo mismo el mercado estaba dominado por la oferta, pocas marcas, poca competencia, vehículos más caros que los que se podían adquirir en Estados Unidos y Canadá. Un periodo en el que el acceso al crédito se encontraba limitado. El año 1988 es el punto de partida en el que empezaron a cambiar las cosas con la apertura económica de México.”
PODER ADQUISITIVO
Para el titular de AMDA el llamado crack financiero de 1987, que si bien fue un fenómeno global, afectó profundamente a nuestro país. En su opinión las crisis económicas previas de 1976, 1982 y 1986 fueron las responsables de la debilidad de nuestra economía misma que no pudo resistir los efectos adversos de 1987. “México estaba afectado por una fuerte presión inflacionaria lo que limitaba el poder adquisitivo y sobre todo, la posibilidad de planear a largo plazo. Adquirir un vehículo estaba limitado a consumidores que tuvieran, además de un buen ingreso, estabilidad en el mismo.”
TLCAN, 1994
La apertura de las frontera norte del país y la paulatina reducción de aranceles permitieron el libre intercambio de productos. “La industria automotriz ha sido el sector que mejor representa los alcances de la integración económica en la región de América del Norte. En México pasamos a una apertura que permitió la atracción de inversión en el sector de la manufactura de vehículos ligeros y pesados, y no menos importante, la creación de una amplia base de proveeduría y con ello prácticamente todas las corporaciones automotrices más importantes hasta el momento cuentan con participación en México, bien sea en alguna fase de la cadena automotriz como la producción de autopartes, la producción y ensamble de vehículos o en la distribución de los mismos para el mercado nacional. Y eso también se ha visto reflejado en la oferta. De venir de un mercado cerrado hoy tenemos una competencia extrema, con más de 40 marcas de vehículos ligeros, más de 12 de vehículos pesados, tenemos precios de los vehículos que se encuentran entre los más bajos del continente americano, y todo esto surge a partir de 1994 con la entrada en vigor del TLCAN.” Rosales señaló que el consumidor mexicano asumió una posición de poder pues la llegada de más marcas le permitieron elegir un modelo de acuerdo no solo al precio sino a características técnicas, seguridad, rendimiento y de diseño. “Hoy el consumidor mexicano es uno de los más sofisticados del mundo automotor, no únicamente a nivel Latinoamérica sino que me atrevo a decir que mundial. Todo esto fue posible gracias a la competencia que tiene nuestro mercado.”
CRISIS 2009
La decisión del entonces presidente Vicente Fox de permitir la regularización de vehículos provenientes de Estados Unidos fue una presión más para el sector automotor que tenía que enfrentar la crisis económica de este año. “Tan solo en el periodo previo a la crisis, de 2006 al 2008, la entrada de vehículos usados fue 40% mayor a la venta de vehículos nuevos en el mismo periodo.”
VENTAS RÉCORD
Guillermo Rosales recordó que la cifra histórica de venta de autos nuevos fue posible porque se presentaron circunstancias favorables al mismo tiempo. “Posterior a la apertura del mercado, la competencia y mercado fueron creciendo pero el empleo formal y el acceso al financiamiento tenían limitaciones. Y este periodo (2014 a 2017), el poder adquisitivo que da el empleo formal aumentó de forma importante y los empleos crecieron en el ámbito industrial. Mucho de ello debido al éxito del TLCAN en la industria automotriz y manufacturera, lo que nos generó una mayor base de consumidores con empleo formal y acceso al crédito además de tener necesidades qué cubrir dado el segmento demográfico en el que se encontraban. Del lado de la oferta tuvimos una gran competencia, los precios más bajos de los vehículos en términos reales, la inflación en niveles controlados y las tasas de interés más bajas que se habían registrado hasta el momento, y sobretodo coincidiendo con los efectos favorables de la recién aprobada Reforma financiera impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto que incrementó la competencia entre los bancos y las financieras de marca. Además este periodo es el que marcó el mayor control en la entrada de vehículos chatarra provenientes de Estados Unidos con lo que los resultados fueron en beneficio del mercado.”
PERSPECTIVAS T-MEC
El renovado acuerdo comercial entre los tres países es una gran oportunidad de crecimiento para la industria automotriz pues “nos da una oportunidad para mantener e incrementar la producción principalmente de autopartes. Difícilmente vamos vamos a llegar al récord que obtuvimos en 2017 en la manufactura de vehículos ligeros dado que hay un ajuste de la demanda en Norteamérica y Europa pero las nuevas condiciones para que se pueda alcanzar el estatus de vehículo originario dentro del T-MEC abren oportunidades para seguir atrayendo inversiones e incrementar la manufactura de componentes de la región de Norteamérica y en México. Por otro lado la transición hacia vehículos eléctricos nos impone retos muy importantes que pueden ser oportunidades de crecimiento, o en su caso -si no hacemos lo necesariopudieran representar un riesgo para mantener la industria automotriz como la conocemos en función de sus beneficios para la economía”, finalizó.