El Economista (México) - Estrategias
¿Cuáles son las perspectivas económicas para el 2018? PROYECCIONES MACROECONÓMICAS 2018
EL AÑO 2017 FINALMENTE CONCLUYE. Este año estuvo caracterizado, entre otros factores, por eventos naturales catastróficos en lo interno y por incertidumbre en lo externo. En lo interno, los terremotos que sacudieron al centro, sur y sureste de nuestro país en septiembre, precedidos por los huracanes Irma, Katia y José, pusieron en jaque a la economía de esas regiones y demandaron una respuesta más que inmediata por parte de las instituciones mexicanas (públicas y privadas).
En lo externo, los efectos derivados por la (falta de una) política exterior (congruente) del presidente Donald J. Trump, así como los provocados por el huracán Harvey en el este de Estados Unidos, también pasaron la factura. Tensiones por la escalada de amenazas en Corea del Norte y, ahora, en Medio Oriente por la decisión de ese país de trasladar su embajada a Jerusalén (ignorando añejas tensiones entre palestinos e israelitas) generan presiones sociales y geopolíticas no vistas hace muchos (muchos) años.
EXPECTATIVAS MUNDIALES
De acuerdo con el Economic Outlook publicado recientemente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), son más comunes las señales en el sentido de que el crecimiento mundial se encuentra sincronizado, con muy pocos países en contracción económica y un mayor número de países en expansión o con bajos crecimientos positivos. Lo anterior ha resultado de la aplicación de varios años de políticas monetaria y fiscal expansivas, y pese a que la inversión privada de años recientes aún se mantiene muy débil.
Hacia adelante, las todavía bajas tasas de interés en países desarrollados y la relativa estabilidad de los mercados financieros podrían, de acuerdo con la OCDE, incentivar una mayor inversión por parte de empresas privadas, lo que traería consigo mejoras en la productividad y en los salarios. De consolidarse, es posible que finalmente se estén dando las condiciones para retomar una tasa de crecimiento de largo plazo de entre 3.5 y 3.75% a nivel mundial con un crecimiento del comercio de 4.1 por ciento.
En este escenario, la OCDE estima que Estados Unidos podría crecer en el 2018 a una tasa de 2.5%, superior a la que se tiene proyectada para el 2017 de 2.2 por ciento. Los países que mayor crecimiento presentarían en el 2018 son China (6.6%) e India (7.0 por ciento). El área Euro podría crecer 2.1% en el 2018, pero por debajo del estimado de 2.4% para el 2017. Japón y China, por su parte, crecerían 1.2 y 6.6%, respectivamente. México y Brasil lo harían en 2.2 y 1.9%, también respectivamente.
EXPECTATIVAS PARA MéXICO
Como se puede apreciar en el cuadro, el crecimiento económico de nuestro país, de acuerdo con varios analistas, podría rondar entre 2 y 2.5% durante el 2018; cifra que se ubica, en algunos casos, por arriba de 2.1% previsto por los analistas encuestados por Banco de México (“Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado: noviembre del 2017”). La mejoría de las expectativas de crecimiento en los Estados Unidos (de 2.2% en el 2017 a 2.5% en el 2018) serían el principal sustento de este panorama al incentivar nuestras exportaciones y producción manufacturera.
La inflación permanecerá presionada en niveles cercanos pero superiores a 4%, lo que pondrá un piso a las tasas de interés de referencia (CETES 28d), que rondarían 7% anual. El tipo de cambio, finalmente, se ubicaría por arriba de los 18.30 pesos por dólar en promedio durante el año. Si bien nuestro país podría crecer en el 2018 a una tasa mayor a la que se prevé para el año que está por concluir, deben tomarse en cuenta algunos factores que podrían incidir en esta perspectiva. El Banco Mundial, de hecho, mencionó dos en su reporte “Perspectivas económicas mundiales”, a saber: i) una reducción de las inversiones derivada de la incertidumbre en torno a la política económica en Estados Unidos, y ii) las elecciones presidenciales en México a mediados del año que entra.
Lo anterior, de hecho, pesó en la decisión del BM de bajar la proyección de crecimiento económico para México originalmente planteada de 2.5 a 2.2% en el 2018. Para el 2017, la estimación es de 1.7 por ciento.
La política monetaria podría consolidarse como un factor adicional de presión, pues se tienen contemplados de dos a tres incrementos en las tasas de fondeo por parte de la Reserva Federal y el mismo número de incrementos en las tasas por parte de Banco de México.
No deben desdeñarse los efectos que una escalada en los conflictos de Estados Unidos con Corea del norte y en el Medio Oriente podrían tener en los precios de las materia primas, particularmente en el petróleo y sus derivados.