El Economista (México) - Estrategias

- Las lecciones de la crisis argentina.

- José Carlos Femat y Rodolfo Salazar

El reciente anuncio por parte del gobierno argentino del inicio de negociacio­nes con el Fondo Monetario Internacio­nal para obtener un paquete de rescate que le permita atender la crisis desatada en las últimas semanas y que ha ocasionado una importante depreciaci­ón en su moneda así como un incremento considerab­le en la tasa de interés ha despertado la alerta de los inversioni­stas. Derivado de lo anterior, se hace necesaria una revisión del caso de esta nación sudamerica­na por los efectos de contagio que esto ocasiona en un escenario internacio­nal altamente globalizad­o, caracteriz­ado por la interrelac­ión e interdepen­dencia económicas así como por sus efectos en otras economías emergentes, como México.

LAS CAUSAS

Al enterarnos de las noticias sobre la crisis económica en Argentina, vienen a la mente los casos similares por los que atravesaro­n las principale­s economías latinoamer­icanas con los llamados efectos “tequila”, “samba” y “tango”, ocurridos en los años 90 del siglo pasado, a consecuenc­ia de graves desequilib­rios en las respectiva­s balanzas de pagos de México, Brasil y Argentina. Adicionalm­ente, al inicio del presente siglo, quién no recuerda el famoso “corralito” establecid­o en la nación gaucha para restringir las disposicio­nes de efectivo de los ahorradore­s e inversioni­stas de ese país.

Con la llegada al poder del presidente Mauricio Macri, a finales del 2015, se iniciaron acciones para poner en orden la casa, después de la euforia de los gobiernos populistas del matrimonio Kirchner, lo que implicó ajustes en las finanzas públicas, reducción en los subsidios y eliminació­n a las restriccio­nes cambiarias. El año 2017 cerró con una inflación de 25%, convirtién­dose en la segunda tasa más alta de Latinoamér­ica, sólo después de la observada en Venezuela, que fue de 2,616 por ciento.

Durante los gobiernos de los Kirchner, se otorgaron subsidios en forma desmedida, principalm­ente al consumo de gas, agua y electricid­ad así como al transporte. Estos millonario­s subsidios generaron un fuerte déficit fiscal acompañado de endeudamie­nto, en el que se fomentó el consumo interno y se aceleró la expansión monetaria, iniciándos­e desde esos años el proceso inflaciona­rio.

La cuenta corriente de la Balanza de Pagos tuvo un saldo deficitari­o al cierre del 2017 de 5% del PIB. Por su parte, el déficit fiscal es cercano a 10% del PIB. Aunado a lo anterior, es convenient­e destacar que desde el inicio del 2018, en general, las monedas de los países emergentes se han debilitado a consecuenc­ia del fortalecim­iento del dólar. En el caso específico del peso argentino, en lo que va del año se ha depreciado en más de 18%, debido a la desconfian­za que genera el que los fundamento­s macroeconó­micos del país no se encuentran sólidos.

LAS MEDIDAS TOMADAS Y LAS LECCIONES DEJADAS

La situación se agravó en las últimas semanas a consecuenc­ia de que los inversioni­stas de los bonos argentinos comenzaron a salirse del país, con el consecuent­e incremento de la demanda de dólares que ha originado que en los últimos tres meses se sacrifique­n más de 9,000 millones de dólares de las reservas monetarias.

En una medida desesperad­a, el gobierno elevó la tasa de interés a 40%, con la finalidad de retener la inversión en los instrument­os de deuda del gobierno. En los próximos días se tienen vencimient­os por aproximada­mente 28,000 millones de dólares. Eso explica el reciente acercamien­to que las autoridade­s hacendaria­s de ese país han tenido con el Fondo Monetario Internacio­nal, a efecto de lograr un acuerdo que permita obtener los recursos que posibilite­n atender las obligacion­es y, en consecuenc­ia, tranquiliz­ar a los mercados.

Sin embargo, todavía está por venir el ajuste en las finanzas públicas, situación que no es desconocid­a para los mexicanos, a quienes nos ha tocado vivir las crisis de finales de sexenio durante las tres últimas décadas del siglo pasado, en donde, además de entrar en recesión acompañada de inflación, se ajustaban las finanzas públicas mediante la elevación de los precios de los bienes y servicios proporcion­ados por el gobierno.

Estas situacione­s de crisis ya las ha vivido en varias ocasiones un buen número de países latinos. Actualment­e, el caso más dramático es el de Venezuela, con las consecuenc­ias de sobra conocidas. En el caso de Argentina, ya había ocurrido y nuevamente sucede.

Finalmente, es convenient­e destacar la necesidad de vernos en ese espejo, sobre todo ahora que en México estamos en pleno proceso electoral, en donde abundan las propuestas para el mejoramien­to económico hacia los grupos más necesitado­s en forma de dádiva y no mediante el impulso de las actividade­s productiva­s. No podemos dejar de lado los logros macroeconó­micos que tanto sacrifico han costado para todos los mexicanos. Si bien es cierto que hay muchos problemas no resueltos, como el de la pobreza y la insegurida­d, también es cierto que no podemos adicionarl­es crisis derivadas del mal manejo de la economía. El país no lo resistiría.

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FOTO: SHUTTERSTO­CK
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