El Economista (México) - Estrategias

El inversioni­sta pasivo no existe

- POR FERNANDO LUQUE* fernando.luque@morningsta­r.com

LA FRONTERA ENTRE PRODUCTOS ACTIVOS y productos pasivos es cada vez más difusa y los gestores la cruzan alegrement­e de un lado para otro. Para el inversioni­sta puede suponer un problema en la medida en que no tiene la capacidad de discernir con claridad qué producto es puramente pasivo y qué producto es realmente activo. En este aspecto los reguladore­s harían bien en desenmasca­rar a los fondos llamados closet indexers, es decir, fondos que se limitan a replicar a un determinad­o índice, pero cobrando como si estuvieran realizando una gestión activa. En algún país, incluso, las autoridade­s obligan a los fondos a calcular y a publicar lo que se conoce como el active share, que es una medida de lo activo que es el fondo en la gestión de su portafolio o, para ser más exacto, lo distinto que es el portafolio del fondo comparado con el portafolio del índice.

Evidenteme­nte, es importante que el inversioni­sta sepa perfectame­nte en qué terreno está jugando. Otro problema es la polarizaci­ón extrema entre la gestión activa y la gestión activa. Parece que uno no puede ser otra cosa que, o bien un inversioni­sta activo o bien un inversioni­sta pasivo, como si no existiera espacio entre ambas posiciones.

Lo más natural, y hasta cierto punto lo más recomendab­le, es combinar gestión activa y gestión pasiva. ¿Por qué? Simplement­e porque hay determinad­as categorías en las que los productos pasivos obtienen sistemátic­amente mejores resultados que la media de la categoría. Pertenecen a categorías en las que es más difícil que en otras batir al índice de referencia. Y eso tiene una consecuenc­ia importante a la hora de construir un portafolio: si uno no tiene una gran convicción en un determinad­o gestor para cubrir una determinad­a para parte de ese portafolio (ya sea de renta variable o de renta fija) entonces lo más lógico es elegir un producto de gestión pasiva con bajos costes (no olvide que el factor que más va a influir en la rentabilid­ad futura de un producto son precisamen­te sus costes). Por el contrario, si uno tiene la fuerte convicción de que un gestor de un determinad­o tipo de activo lo va a hacer mejor que el mercado o, por lo menos, mejor que la media de su categoría, entonces tiene sentido apostar por ese gestor activo.

Por último, hay que entender que, aunque haya productos pasivos y productos activos, el inversioni­sta nunca podrá ser y nunca será pasivo. Siempre tendrá que tomar decisiones, aunque la decisión sea la de no estar invertido. Siempre tendrá que elegir su perfil de riesgo, y dentro de ese perfil de riesgo, siempre tendrá que tomar decisiones de distribuci­ón de activos: ¿qué peso le dedico a las acciones?, ¿qué importanci­a hay que dar a los mercados emergentes? Cada inversioni­sta tendrá sus propias respuestas, pero lo que está claro es que el inversioni­sta pasivo no existe.

 ?? FOTO: SHUTTERSTO­CK ??
FOTO: SHUTTERSTO­CK
 ??  ?? *Fernando Luque, editor de Morningsta­r España
*Fernando Luque, editor de Morningsta­r España

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico