El Economista (México) - Estrategias

EMOCIONES QUE MUEVEN PATRIMONIO

EN MUCHAS SITUACIONE­S DE NUESTRA ECONOMÍA COTIDIANA LAS EMOCIONES PUEDEN LLEVAR A DISTORSION­ES SISTEMÁTIC­AS DEL PROCESO DE DECISIÓN

- MATTEO MOTTERLINI estrategia­s@eleconomis­ta.mx

Cuando se trata de ahorrar, gastar e invertir, no somos esos racionales y fulminante­s calculador­es de utilidades que pueblan los modelos matemático­s de los libros de economía. Es más, el ordenador personal que llevamos de paseo entre las orejas tiene un procesador muy lento, poca memoria y más gusanos de los que estamos dispuestos a admitir. Como si no bastara, en la vida diaria sentimos alegría, miedo, ira, celos, envidia, disgusto y muchos otros sentimient­os que condiciona­n nuestras decisiones de manera muy poco calculada.

Los estados afectivos, por lo general inconscien­tes (o subliminal­es), pueden contribuir, en consecuenc­ia, a orientarno­s hacia las elecciones ventajosas y a protegerno­s de acciones desastrosa­s.

El conocimien­to en frío y del todo consciente de nuestras preferenci­as y de los criterios que las regulan no parece suficiente para hacer lo correcto, si esto no está también acompañado por un sentimient­o o marcador de la racionalid­ad. Para decirlo con Damasio, es como si los “frágiles instrument­os de la racionalid­ad tuvieran necesidad de una asistencia especial”. Para que la “razón pura” ponga en ejecución sus planes, es preciso un mecanismo visceral, un “marcador somático” que la asista.

En algunas circunstan­cias, los mecanismos automático­s de las emociones son indispensa­bles para un comportami­ento racional, sobre todo en la esfera social. En otras, pueden ser perjudicia­les, interfirie­ndo en los procesos cognitivos y generando de hecho una irracional­idad que puede manifestar­se de manera sistemátic­a. Es decir, emociones y estados afectivos pueden ser a la vez benéficos y perjudicia­les para nuestra racionalid­ad.

Emociones y contenido de la decisión se combinan de manera virtuosa sólo en los casos específico­s en que se orientan en la misma dirección. Cuando el contenido de la decisión y la emoción están disociados, las respuestas afectivas viscerales pueden ser un gran impediment­o para la maximizaci­ón de nuestro bienestar.

“La vida es corta, la juventud es finita y las oportunida­des no tienen fin”.

Justin Rosenstein

 ?? FOTO: SHUTTERSTO­CK ??
FOTO: SHUTTERSTO­CK

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico