El Economista (México) - Estrategias
Una lanza a favor de la gestión activa
VAYA POR DELANTE que soy de los que piensan que los ETF son una herramienta estupenda para los inversionistas, no sólo institucionales sino también los particulares. El éxito de este tipo de productos, que se limitan a replicar un determinado índice de renta variable o de renta fija, es patente cuando uno analiza los flujos de dinero que reciben a nivel mundial. En Estados Unidos, por ejemplo, por primera vez en la historia, los fondos cotizados y fondos índice están captando más dinero que los fondos de gestión activa. El argumento que esgrimen los defensores de los ETF es que la mayoría de los fondos supuestamente activos (aquí también habría que diferenciar entre los fondos puramente activos de aquellos que, aunque no llevan la etiqueta de fondos índice, se limitan a seguir de cerca el índice de referencia correspondiente) no consiguen batir a su benchmark.
Esa es la idea, por lo menos, que se ha instalado en la mente de los amantes de los ETF. Pero creo que merece la pena ser más precisos en cuanto al porcentaje de fondos activos que consiguen batir a su referencia. Porque cuando dicen que la mayoría de los fondos no baten a su índice, la mayoría… ¿cuántos son? Dependerá, por supuesto, del tipo de activo del que estemos hablando.
Por ejemplo, si analizamos una categoría amplia como la de renta variable de gran capitalización de la zona euro, de los 929 productos existentes a nivel europeo, 275 consiguieron batir al índice de referencia (en este caso, hemos elegido el Índice Morningstar Eurozone con dividendos reinvertidos) en los últimos cinco años. Es prácticamente 30 por ciento. No es, sin duda, un resultado alentador… pero, hay que decir que no es fácil batir a un índice de referencia.
Y si no, que se lo digan a los ETF… porque lo que nadie (o pocos) se preguntan es: ¿cuántos ETF de esta misma categoría consiguen batir al índice de referencia? Se lo voy a decir. En los últimos cinco años, de 46 productos disponibles a la venta en Europa tan sólo 23 pasaron la prueba. Es decir, 50 por ciento (frente a algo más de un 30% para los fondos).
Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Son mejores los ETF que los fondos? Mi opinión es que se ha generado un debate maniqueo entre estas dos formas de invertir que no ayuda en nada al inversor. Se han exaltado las virtudes de unos y exagerado los defectos de los otros. Tienen características distintas y entender esas diferencias y particularidades es lo que permite al inversor tomar las mejores decisiones en cada caso particular.